Querido diario:
No acostumbro desahogarme contigo, pero aprendí una pequeña cosa a lo largo de mis cortos 17 años.
A veces hay que dejar muchas personas atrás, algunas van a doler y otras no tanto, las que duelen es porque aún creías que ibas a tener un largo tiempo para que esa persona te enseñara eso por lo cual la enviaron a tu camino, las que no duelen es porque su tiempo contigo ya había expirado, pero como todavía las mantenía en mi vida por miedo a progresar o a quedarte sola no las soltabas
También aprendí que no puedes cargar el dolor de tu pasado junto al miedo de tu futuro porque eso hará que tu presente se congele en un bucle de aburrimiento y cotidianidad que sentirás que nada cambia, aunque tu cambies tu rutina.
Y por último aprendí que el miedo está bien, porque a veces algunas situaciones de la vida se sienten como si estuvieras caminando hacia la muerte y solo los idiotas no se asustan por la muerta, hasta la persona más lista en algún momento tuvo miedo de morir, pero luego lo acepto
Así que agradezco a la vida por haberme enseñado estas cosas durante estos años y estoy orgullosa de ser capaz de notarlo ahora