La Boda de Raquel

Dudas

 

Y fue la noche y vino el día,
Allí en el jardín las flores cantaban una melodía,
Pero nada se comparaba
Con la canción que inundaba
El rostro de felicidad
Que a un joven allí embargaba.

Encontró a Raquel nuevamente sentada
En el mismo lugar de la tarde pasada.

Después de saludar,
Ambos en silencio miraron
El sol que se empezaba a ocultar.

A la distancia dos personas de la mano,
Observaban el mismo atardecer.

-Aun sigo sin entender...-
Dijo Raquel.
¿Podrías continuar con tu definición?
Sabes a lo que me refiero,
Y es en serio que lo digo:
Aunque entenderte yo quiero
Aun no le hallo sentido.
Entonces... Instructor...
Continúa, ¿que es amor?

-El amor es un sentimiento
De un amplio significado
Y perdona si te miento
O si estoy equivocado.
Te cuento que en mi caso,
Con un beso y Un abrazo,
Mi madre me enseñó el amor.
Ese es amor materno,
Un amor puro, amor eterno.
Por poco tiempo la vi,
Pues muy joven la perdí...

Tras una larga pausa,
Raquel retomó la conversación:

-¿Que piensas tu que causa
La frialdad de mi corazón?

-Su corazón no esta congelado,
O habría dejado de latir...
Quizás tan solo no había llegado
Alguien capaz de derretir.
Alguien capaz de enfrentarle
Alguien que le enseñe a sentir...
Alguien capaz de enseñarle
Que el amar también es vivir.

"El egoísmo y la frialdad
Jamás traen felicidad".

-Sabiamente has hablado.
¿Cual es tu propia definición?
Ya que lo has experimentado...

-Si me preguntas lo que creo,
Lo que entiendo por amor,
Es lo que siento cuando te veo,
Pues desde el momento de mi llegada,
Mas que a ti no he amado nada.
Te pertenece mi corazón,
Pude sentirlo con tu mirada.
No necesito usar la razón,
No necesito entenderlo,
Solo tengo que sentirlo.
No busco comprenderlo,
Yo solo debo vivirlo.

"Eso pienso en este momento,
Eso pienso cuando estoy contigo.
Amor, bello sentimiento,
Pero si no es correspondido
Se convierte en el peor castigo"

"Ahora te quiero preguntar:
¿Quieres conocer el amor?
Yo te lo puedo enseñar
Porque soy un buen profesor".

La princesa se molestó,
Y de su asiento se levantó:

-Muchos jóvenes he conocido,
Muchos de ellos lo han intentado,
Mas ninguno ha podido...

Ninguno lo ha logrado!

Y tú... ¿Quien te crees que eres?

Dime... ¿Quien te has creído?

Son todos iguales ustedes.

 

-En el mundo hay mucha gente,

De mi alto, con mi voz,

Pero yo soy diferente,

Como yo no existen dos.

Y aunque conozca a otro hombre,

Que tan cariñoso fuera,

Que tengamos el mismo nombre,

Que te hable de la misma manera

Dudo que como yo te quiera.

Y si se parece por fuera,

Aunque como yo se llame,

No hay quien te quiera y que te ame

Como yo se amo a ti.

Porque no ha nacido en el mundo

El que sienta un amor tan profundo

Como el que yo siento por ti.

 

La princesa se negaba

A creer lo Que escuchaba,

Pero el joven insistía

Y fijamente le veía:

 

-¿Me falta sinceridad?

¿Dudas que sea verdad?

Dime lo que debo hacer

Para que me puedas creer.

 

La princesa le miró con frialdad:

 

-Claro que no dudo que seas sincero,

El problema no es que me quieras...

El problema es que yo no te quiero.

 

El joven sintió

que algo en su pecho se quebró.

Y aunque estaba muy dolido,

Con tristeza preguntó:

 

-¿ Es esa la realidad?

¿Me has dicho la verdad?

 



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Editado: 22.04.2018

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