La Bruja Roja

15. Residencia Andreux

Vale, ese había sido un buen golpe. Después de mi repentina presentación ante el secretario Ministerio, el señor Víctor Roselini, este se quedó estupefacto por un momento antes de presentarse como el adulto responsable que era.

No pasamos demasiado tiempo allí, pero puedo decir que ese sujeto necesita unas buenas vacaciones.

Se me aseguró que allí estaría a salvo, que ya lo malo había sucedido y que era muy valiente por enfrentarme sola a todos esos peligros en aquel edificio. Yo sólo asentí a todo lo que salía de la boca del secretario con la esperanza de que eso terminara lo más pronto posible para ir junto al señor Louge a donde fuera. Si, suena terriblemente inconsciente, pero no tenía lugar a donde ir y no quería volver a pisar los servicios sociales del Ministerio en un tiempo.

Pasamos como una hora en su oficina, ellos hablaron un poco más de mi "adopción" por parte del señor Andreux y se firmó una convocatoria para el próximo sábado, es decir, dentro de tres días, donde el señor Louge sería el representante de la casa Andreux y el responsable de mi cuidado de ahora en adelante. Firmaron un papel y nos dejó ir, escoltados por un par de guardias unas cuantas cuadras.

Al salir el aire fresco del medio día golpeó mi rostro lleno de sudor y respire profundo, había sobrevivido a otro atentado contra mi vida. Este era el tercero, contando el que se llevó la vida de mi abuela, al que lograba esquivar por el cuello.

Sí no hubiera entrado al bosque en aquella oportunidad, seguramente estaría muerta. Baje la mirada a mis palmas, que aún tenían esas marcas doradas que se confundían con mi piel morena a la luz del sol, y agradecí mentalmente al ser que me había ayudado.

El señor Louge caminaba a mi lado en silencio, quizás cohibido por la presencia de los guardias. Había dejado en el piso a Katy Kat quien ahora caminaba delante de nosotros tranquilamente.

—Señor Louge.

—¿Si, Mary?— arrugue la nariz ante mi primero nombre, y el adulto a mi lado sonrió de medio lado.

—¿Cuándo llegaremos a...ese lugar?— pregunté, recordando que no debía confiar en nadie a partir de ahora.

— En realidad, estamos a punto de llegar.

—¿Queda tan cerca del Ministerio? Creí que sería más...apartado de la sociedad— mire a mi alrededor, áreas urbanas llenas de casas y plazas donde las personas se reunían no me parecían el lugar adecuado para practicar magia. El sólo sonrió y se deslizó detrás de un farol, desapareciendo ante mis ojos en un instante.

Fruncí el ceño y gire a ver a los guardias; mantenían un aire tranquilo y parecía que estaban a punto de volver al Ministerio. Observe de nuevo el farol y me despedí con la mano antes de cruzar como lo había echo el señor Louge. Al dar la vuelta, los guardias ya no estaban y el mayordomo me esperaba con una sonrisa y la puerta de un auto abierta.

Katy Kat no se hizo de rogar y subió con total confianza al vehículo mientras yo pensaba que esto parecía un secuestro. Subí al asiento trasero, cerró la puerta y entró al asiento del conductor.

—Bueno, hay varias cosas que debes saber sobre la magia.— puso ambas manos sobre el volante y el auto cobro vida inmediatamente— Lo primero, es que la magia es lo que se conoce allá en el otro mundo como energía, y sólo un clan puede hacer uso de la misma. Por supuesto, con el tiempo se fue adaptando su uso para actividades cotidianas de cualquier persona, pero sólo un drankur puede manipularla.

Demonios, quiero un cuaderno para anotar toda esta información.

Tocó un par de botones y del interior de su saco sacó una llave que introdujo en una cerradura, y del techo del auto algo crujió. Inmediatamente tape mi cabeza y estuve a punto de tirarme al piso cuando la estridente risa del mayordomo me hizo volver a sentarme avergonzada.

—La residencia Andreux está muy lejos de aquí, ¿no piensa que conducir hasta allí, cierto?— volvió a reírse y vi alarmada como una especie de portal se materializaba en frente del auto— Para llegar a la residencia debe tener una llave de estas, le daré una en cuanto empiece el colegio para evitar problemas, aunque estaré la mayoría del tiempo allí después de las tres de la tarde.

Alzó la llave cobriza que tenía un sello parecido a una rosa, y avanzó lentamente hasta que fuimos consumidos por el portal. Alrededor del auto parecía como si alguien hubiera tirado pintura de todos los colores, y cuando quise tocar la ventana un fuerte frío llegó a la punta de mis dedos.

—Estamos viajando muy rápido, así que no le recomiendo abrir esa ventana.—me aleje rápidamente de la ventana y me posicione en medio de los asientos traseros, con Katy echado a mi lado.— Como le comentaba hace unos días, debido a varios incidentes, su educación ha sido terriblemente atrasada en comparación a sus compañeros, pero no debe preocuparse puesto que yo le enseñaré lo básico.

Lo mire a través del espejo retrovisor alarmada. Mis habilidades con la magia estaban en número negativos, y creo que es imposible incluso para el mejor de los magos entrenarme.

Ni siquiera mi madre había podido, ¿Cómo piensa lograrlo usted?

Aparte esos pensamientos de mi mente y me concentre en la imagen que empezaba a formarse delante de mi; de la tierra empezó a brotar una reja negra tan alta como mi antiguo colegio, y detrás de ella una mansión escondida entre las plantas se asomaba tímidamente. Pronto el mayordomo se cerco a un comunicador que, después de analizar su rostro con lo que parecía un escáner, abrió las rejas de par en par dejándonos entrar a la propiedad.

Mis padres no eran millonarios, de eso estaba segura, pero vivíamos mejor que el promedio. Sin embargo este lugar era suficiente para ponerme a temblar de emoción; sólo el dueño de todo esto sabría que secretos esconde, pero yo planeaba ser una investigadora competente.

—Y esa escuela a la que iré...Nímode?




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