Han pasado dos días desde que regresé y el dolor finalmente ha desaparecido, aunque en algunas ocasiones siento punzadas que me recuerdan las alas que perdí.
Kamron y Archie limpiaron la habitación donde solía dormir antes de que Gabriel me llevara consigo, esa misma tarde, por lo que las últimas dos noches he descansado allí.
Escuché cuando Kamron llegó a casa después de su cita y un pensamiento, que todavía trato de olvidar, cruzó mi cabeza: Ella besándolo o viceversa.
No pude evitar que un escalofrío recorriera mi espalda y a partir de ese momento me propuse conquistar a Kamron. Por él permití que me arrancaran mis alas y perdí a mi familia, por lo que no puedo permitir que ocurra lo mismo con él, así que planee imitar lo que los humanos hacen cuando quieren llamar la atención de la persona que aman.
- Arlynne. Kam y yo ya nos vamos. Volveremos temprano.
Volteo para ver a Archie, quien se encuentra en la entrada, sosteniendo una caja de herramientas en su mano.
- Tenemos trabajo en Russell, pero volveremos alrededor de las cuatro.
- Yo podría acompañarlos. Puedo ser de ayuda.
- Lo sé, Arlynne, pero será mejor que te quedes y descanses por unos cuantos días más. Kamron está sorprendido por lo rápido que sanas, aunque por ese mismo hecho, no podemos garantizar que tus heridas hayan cicatrizado adecuadamente.
Sé que Archie solamente trata de ser amable y cuidar de mí, sin embargo, no puedo quedarme en casa y esperar a que los hermanos trabajen solos.
- Kamron revisará tus heridas a fondo hoy después de que volvamos. Si todo está bien, entonces hablaremos de trabajar entre los tres, lo prometo.
- De acuerdo.
Confío en que Archie cumpla con su promesa, por lo que acepto su palabra.
- Tengan un buen día.
- Gracias, Arlynne.
Archie abre la puerta y antes de desaparecer de mi campo de visión, llama a su hermano.
- ¡Apresúrate, Kam!
Kam aparece del interior de su habitación con la mirada fija en el celular, por lo que no se percata que estoy en su camino hasta que choca conmigo.
- ¡Oh! Lo lamento.
- No hay problema. Ten un buen día.
Observarlo a los ojos me recuerda la imagen de él y Emily besándose y no puedo evitar sentirme molesta.
- No te alejes de la casa y si necesitas llamarnos, Archie ya te dijo que encontrarás un celular viejo en el cajón de su armario.
Ayer, Archie se preocupó por enseñarme lo básico acerca de la utilización de un celular, por lo que tengo los conocimientos necesarios para realizar una llamada en caso de emergencia.
Me dejo llevar por mis impulsos y me atrevo a levantar los tobillos del suelo para alcanzar los labios de Archie y depositar un rápido beso.
Mi acción toma por sorpresa a Kamron, por lo que no responde a mi beso, sin embargo, sonríe después de que alejo mi rostro del suyo.
- ¡Kam!
El grito de Archie provoca que Kamron corra hasta la entrada y cierre la puerta antes de desaparecer.
Tengo muchos pensamientos en mi cabeza acerca de mi nueva vida humana. Debo obtener un empleo para poder conseguir dinero y subsistir a la vez que ayudo a Kamron y Archie con los gastos de la casa, sin embargo, tengo un plan que no puedo esperar a ejecutar.
Corro a mi habitación y elijo varias prendas de vestir del armario. Dos minutos más tarde me encuentro preparada para salir. Tomo el poco dinero que todavía queda y que había dejado en el interior del armario antes de irme. Busco en el armario de Archie aquel abrigo que había visto ayer, mientras me mostraba dónde guardaba el celular, y lo tomo para poder cubrir mi cabeza con la capucha para pasar desapercibida.
Me aseguro de que todas las ventanas se encuentren cerradas y salgo de la casa, no sin antes, cerrar la puerta con la llave que Archie dijo que siempre ocultaba bajo una bolsa de semillas junto a las patatas cultivadas en el jardín delantero.
Coloco la llave en el bolsillo de mi pantalón y empiezo a caminar rumbo al pueblo. En el camino calculo el tiempo que podría demorarme. Nada me garantiza que Archie y Kamron regresen a las cuatro de la tarde, por lo que mi plan consiste en regresar a casa antes de las dos de la tarde.
Al no tener un vehículo en el cual pueda transportarme, ni tampoco alas con las que pueda volar, me veo obligada a caminar junto a la carretera, mientras me esfuerzo por recordar el camino exacto hasta el supermercado dónde Archie realiza la compra de los alimentos.
No llevo un reloj con el que pueda percibir la hora, sin embargo, cuento los segundos en mi cabeza para calcular el tiempo que he estado fuera. El supermercado no es lejos, no obstante, al ir caminando, me tardo poco más de una hora en llegar.
El ejercicio me sirve para elevar la temperatura de mi cuerpo, ya que el ambiente es frío y durante el trayecto, un par de gotas de lluvia cayeron en mi rostro.