Los rebeldes y las tropas de algunos nobles que se oponen al rey llegaron a las afueras de la ciudad en un secreto mantenido matando y sobornando a oficiales y espías, donde los altos mandos se reúnen con algunos agentes que los esperaban con varios uniformes de guardia de la ciudad y el palacio, el plan era simple, algunos oficiales y soldados disfrazados de guardias, se reúnen con los soldados que ya están dentro de la ciudad y lanzan tres golpes simultáneos, uno en el palacio, otro en la ciudad y otro fuera de ella.
Caidron se infiltró hasta las barracas donde se reunió a toda su familia en el patio, la familia Skosers tiene unas instalaciones especiales para uso de ellos, el resto de los soldados no tienen permitido entrar a menos que tengan órdenes del jefe de la guardia del palacio. Todos lo miraban, unos con cara de sorpresa, otros con indignación, neutralidad, ira, miedo y desprecio, se oyen susurros, ¿cómo es posible que un desertor y un ladrón tenga el descaro de volver al lugar del cual huyó?
Seis hombres sobre salen del resto, uno de ellos se acerca a él, Deir Skosers, patriarca de la familia, un hombre de unos 60 años, tamaño normal, jorobado, esbelto, pelo cano, corto y rizado, un parce en el ojo derecho y un color canela en el izquierdo, piel quemada por el sol y el fuego, nariz gruesa, labios finos, vestido con la túnica del patriarca, una túnica azul celeste con nubes grises en los bordes, un par de rayos salen de estas, simulando un cielo inverso y el emblema de la tormenta en la espalda, un anillo y un collar plateados con el mismo emblema, el segundo, más joven,
Caidron se arrodilla ante ellos y alza sus brazos ofreciendo a Tandoreo, el patriarca levanta su mano y le permite hablar. Sé que no debo estar aquí y que renuncié a todo cuando me fui hace ya diez años, sé que no tengo derecho a portar nuestro apellido y emblema, menos aún a pedirles nada, pero ruego que me escuchen. La multitud comienza a abuchearlo e insultar a su persona, esto siguió hasta que el patriarca levantó su mano pidiendo silencio, acto seguido comienza a hablar. ¿a qué has venido después de tantos años joven guerrero y porqué razón debemos escucharte? He venido solo por una razón, a pedirles su ayuda, en dos días atacaremos la ciudad, les imploro que se mantengan al margen, no luchen, no quiero tener que luchar, mucho menos matar a alguien de mi propia familia, la multitud vuelve a vociferar, esta vez algunos empezaron a lanzar piedras, nuevamente vuelve a calmarse para que el patriarca hable. ¿por qué debemos ignorar el juramento de con nuestro señor y apoyar a un desertor? Porque este desertor fue elegido por Tandoreo, lo que me da el derecho a exigir un juicio por combate, si pierdo seré ejecutado como un criminal, si gano serán reconocidos mis derechos como portador, en ese momento se levanta y cuelga a Tandoreo de su cinturón, esta vez la multitud se queda muda.
Drier pensativo, rasca su barbilla, se encuentra entre la espada y la pared, acaba de invocar el derecho más sagrado (Tandoreo elige a su portador por su propia voluntad, cuando uno aparece automáticamente se vuelve heredero del patriarca actual y la segunda persona con mayor rango dentro de la familia, si es un desertor o un exiliado puede exigir un juicio por combate para reestablecer sus antiguos privilegios) tras un minuto de silencio, el patriarca empieza a hablar. Ciertamente tienes derecho a exigir un juicio por combate, pero también tengo el derecho de negarme, aunque no puedo ignorar las ganas que todos tenemos de ver cuánto has madurado como guerrero, tu determinación ha llegado a mi corazón, por eso acepto el duelo, también tengo derecho a elegir un campeón, pelearas contra el oponente que elija, y yo elijo a Catato Venandi, quinto miembro del consejo de ancianos y tu padre (los Skosers se dividen en 6 ramas, las cuales se van rotando el cargo de patriarca, las ramas se usan para determinar de quienes descienden, todos son descendientes de Skor el magnífico, el cual fundó la familia y sus 6 hijos son los fundadores de cada rama, así que su nombre completo es Catato Skosers Venandi). Un hombre de unos 50 años, alto, esbelto, pelo negro con canas, piel quemada por el sol, ojos castaños, nariz fina, labios finos, vestido con una túnica del consejo de ancianos, blanco con detalles grises, patrones de viento y el emblema de la tormenta en la espalda.
Todos los presentes quedan mudos, ninguno cree que el patriarca sea tan cruel para enfrentar a un padre y a un hijo en un duelo de ese tipo, Catato se retira y vuelve preparado para el combate, todos van al campo de entrenamiento, una vez ahí los dos hombres se ponen de frente y miran fijamente, Catato con una mezcla de orgullo y lastima, Caidron con frustración, uno de los ancianos se coloca en el centro y dice lo siguiente.
¡Siguiendo nuestras tradiciones, el desertor Caidron Venandi ha invocado el derecho al duelo y nuestro patriarca Drier Tenebris ha aceptado y designado un campeón, este es Catato Venandi, quinto miembro de nuestro consejo y padre del desertor, las reglas son simples, ambos lucharán hasta que uno de los dos muera o quede incapacitado, está prohibido rendirse, honren nuestras costumbres y hónrense como guerreros, comiencen!
Los dos corrieron hacia el centro, antes de chocar sus armas Catato lanzó varios rayos hacia Caidron y este a su vez lanzaba ráfagas de viento, al chocar los cuchillos con la espada brotaron chispas, Catato barrió sus piernas haciendo caer a Caidron, pero este le golpeó el vientre con el puño izquierdo, ambos recuperaron la postura y prosiguieron sus ataques, las armas se movían rápidamente, mientras que los guerreros corrían y saltaban de un lado a otro, ninguno cedía un centímetro, se separaron y se prepararon para usar magia, Catato lanzando truenos, rayos y destellos, Caidron lanzando agua, viento y relámpagos, pareciera que se formó una nube de tormenta en medio de la arena.