La caída del cielo negro: Guerra en llamas

CAPÍTULO 8: Amanecer.

Recuerdos de una ciudad reluciente y grande se mostraban como brillantes imágenes, cerca de un imponente castillo, en un campo abierto adornado por arboles de cerezo, una niña y un niño peleaban con espadas de madera y observándolos un hombre que portaba una gran capa de colores morados, la niña tenía el cabello negro y ojos rojizos, parecía bastante seria, el niño era un poco más bajo de estatura y también tenía los cabellos negros un tanto largos y atados con un trozo de tela haciéndole una coleta, justo después del combate el hombre que los vigilaba se acercó al chico y este le sonreía.

BLACK: ¿Lo hice bien padre?

VELAD: Eres fuerte, y aprendes muy rápido.

BLACK: Ashley es rápida y mucho más fuerte que yo jaja, creo que jamás le ganare.

La chica miraba a ambos algo tímida agachando la mirada sin decir una sola palabra, Black al voltear a verla reía un poco.

BLACK: ¡Quisiera ser tan fuerte como tú!

Velad puso su mano derecha sobre la cabeza del chico y se inclinó un poco para poder estar a su altura.

VELAD: Algún día, tú reinaras en estas tierras, y cuando lo hagas deberás defender a todos los que aquí se encuentran. Sé que serás capaz...

BLACK: Cuando sea rey... ¿Ashley puede ser mi reina?

VELAD: -soltando una pequeña risa mientras la chica de ojos rojizos se mostraba sorprendida y algo sonrojada despeinaba al pequeño diciéndole- Eso se lo tendrás que preguntar a ella.

BLACK: ¿Qué dices Ash? ¡Sera divertido!

...

...

¿?: ¿Ashley?... ¿Ashley?... ¡Ashley!... Respóndeme...

La joven de cabellos negros despertaba levemente y miraba frente a ella a la angustiada Lucy quien se notaba desarreglada y con los ojos llorosos, habían pasado la noche en un granero abandonado, Ashley estaba exhausta y el sueño que acababa de tener solo le hacía obtener más dolor en su pecho, Lucy por su lado también se encontraba mal pero sin embargo trataba de que su cuidadora se diera cuenta que ya era de día.

ASHLEY: ¿Dormí demasiado?

LUCY: ¿Tendremos que irnos ya?...

ASHLEY: Iremos... A Galardan... Si aún hay algo que podamos hacer, seguramente será ahí...

LUCY: ¿Estas bien?...

La chica de cabellos castaños preguntaba aquello ya que una lágrima se derramaba despacio sobre la mejilla derecha de su acompañante, aunque Ashley quería mostrarse fuerte en aquel momento.

ASHLEY: Si lo... -limpiaba su rostro con todo el brazo y luego ajustaba su armadura un tanto rápidamente- Lo estoy... Estaré bien... Solo... Hay que irnos...

Lucy no hizo más que ponerse de pie y tomar el saco de provisiones que había llevado antes para cazar, Ashley se aproximó a su caballo y con gentileza le desato subiendo al mismo, Lucy se aproximaba un tanto más calmada pero tenía las manos temblorosas, Ashley le ofreció su mano y antes de que subiera Lucy soltando unas cuantas lagrimas le mira a los ojos.

LUCY: Siento... Que están bien... Leo... Mi padre... El rey... Todos...

Ashley desvió su mirada tratando de ocultar su dolor, su rostro estaba sucio y su cabello desarreglado, pero su mano seguía extendida ofreciéndole ayuda, la que termino aceptando y tras un esfuerzo la chica de cabello castaño subió al caballo y sujeto con firmeza la cadera de Ashley, quien antes de empezar a cabalgar dijo en un susurro

ASHLEY: Anoche... No quise ver las estrellas en el cielo...

Entre valles y bosques, el viaje de ambas se extendió todo el día, al llegar el crepúsculo Ashley siguió sin detenerse, su caballo ahora iba más lento, estaba cansado, Lucy cubría su rostro con una capucha y soltaba llantos silenciosos, el tiempo parecía acelerarse, la noche cayó sobre ellas pronto y no hubo más remedio que detenerse en una ciénaga del bosque, esperando tener suficiente tiempo como para descansar sin ser vistas.

ASHLEY: Come algo... Y duerme... Vigilare esta noche...

LUCY: Tú también necesitas descansar...

ASHLEY: No te tienes que preocupar por mí...

Ashley ataba al caballo junto a uno de los arboles ancianos de aquel bosque y al llegar más al centro de la ciénaga se agacho analizando el sitio.

LUCY: De todas formas es difícil que sepan que estamos aquí... -La chica se acercó lo suficiente para agacharse junto a ella, acomodando un tronco viejo para obtener algo en que sentarse-

Finalmente y al cabo de unos minutos Ashley dejo de estar tan alerta y se unió a Lucy sentándose a su lado y limpiándose el rostro con las manos que aún estaban cubiertas por sus guantes, Lucy le observaba melancólicamente y volteaba hacia el cielo, la noche de aquel dia era despejada, tan despejada que estaba llena de estrellas...

ASHLEY: Tu padre siempre pensó que un cielo lleno de estrellas era hermoso...

LUCY: Lo es... Aunque triste al mismo tiempo...

ASHLEY: Black me dijo una vez... Que cuando un héroe cae... Una estrella cae con el... Considera que las creencias están mal...

LUCY: ¿Y si fuese verdad?

ASHLEY: Eso quisiera...

LUCY: ¿Tu no eras de aquí verdad?... Escuche una vez decir a mi padre... Que viniste de otras tierras...

ASHLEY: Soy de Sarah... Pero viví en las Islas del Amanecer hasta lo que ocurrió...

LUCY: ¿Lo que ocurrió?...

La joven con ojos rojizos empezó a explicarle a Lucy todo lo que ocurrió en su vida en tiempos pasados, una pequeña niña de apenas 6 años que parecía ser muy alegre, la única hija del rey de las Islas del Amanecer, tierras pacíficas y prosperas que hoy representan el mayor representante pesquero de Sarah, en su cumpleaños número 6 la vida le hizo un regalo muy desagradable a Ashley, su padre murió de una enfermedad que le aquejaba desde hace 3 años, de forma misteriosa su madre desapareció apenas una semana después dejando a la niña como única heredera legitima, además del hermano del difunto Rey, Robert Brown, un empresario reconocido en todo Sarah, se decía entre rumores que aquel buscando la corona hizo desaparecer a la madre de la pequeña y pronto se encargaría de ella.



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En el texto hay: reinos, guerras, medieval

Editado: 28.08.2018

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