La Caída del Hada

CAPITULO 2

Paredes blancas con bocetos de batallas pasadas se alzaban frente a Sia , y personas del pueblo llegaban tomando asiento en sus respectivos sitios , diez hombres con barba se acomodaban en los alzados asientos frente a ella .

El ambiente en el gran lugar estaba cargado de murmuraciones y señalamientos hacia la pequeña hada pelirroja.

-Sia Saniten , se te hizo venir por un reciente acto contra las leyes de los ancestros – soltó uno de los sabios

Agache la cabeza , me sentía mal , avergoncé a mi padre y me deje llevar por las emociones

-Mírame – ordeno – podrías explicar que sucedió

-Yo – la duda se apoderaba de la pelirroja , como explicar que el sello que Adrastos le puso se quebró

-Habla – ordeno Adrastos poniéndose en pie –Dinos a todos que los elementos que liberaste pertenecían a Ignis y Trabem

El barullo se levantó, la gente mostraba horror en sus rostros mientras los sabios se removían incomodos

-Adrastos , tu como su guardián entonces aceptarías parte de la culpa – alzo la voz otro sabio – tú y el sello que impusiste son ineficientes

La cara de Adrastos se tornaba roja de vergüenza, bajando la cabeza

-Perdonen mi atrevimiento – hablo una mujer del pueblo – Pero ese monstruo amenazo la integridad de mi querida hija y otros

Es la madre de Neila , pensó Sia evitando todo contacto visual con los presentes

-Objeto eso – resonó una voz que acallo los murmuros – mostrando una gallarda e imponente figura – como se investigó, su hija estuvo implicada en la violencia desatada contra mi hija

-Mi hija solo estaba jugando – reprocho molesta la mujer

-Como los presentes observan la cara y brazos de Sia poseen un color no muy apto para su piel – mirando a la madre de Neila – si así se juega me gustaría escuchar que clase de juego saca hematomas y sangre

-Objeto – hablo otro hombre – Mi hijo tuvo que ser tratado por las Driades , el daño que esa niña causa es mayor

-Debo objetar – hablo una mujer – si el daño que su hijo recibió es grande, mentiría al decir que mi hijo tiene una ala dañada y la espalda destrozada – mirando al hombre – producto de un látigo de agua

El barullo domino por completo el lugar, siendo acallado por una pelirroja que caía al piso

-Me duele – hablaba entre jadeos – mi pecho duele – dando un escupitajo de sangre

El general Adad corrió aterrado hacia su pequeña hija tomándola en brazos

-Adad deja a la niña – advirtió un sabio

- Pero mi hija – mirando a la pelirroja, dejándola en la misma posición

-Evacuen todos – hablaron los ancianos , rodeando a la pequeña chica

Sia respiraba con dificultad, jadeando pesadamente y dando escupitajo que manchaban sus ropas

-EVACUEN – ordeno, los pasos de las hadas presurosas no se hicieron esperar dejando el recinto Jonver vacío

-Su cuerpo pequeño está siendo dominado por los elementos – hablo un sabio

Los demás asintieron comenzando a concentrar su san, formando un círculo que encerraba a la pelirroja

-No pueden hacer eso –hablo Adad mirando que los gritos de su hija se intensificaban

La oscuridad cubrió la vista de todos , los gritos cesaron junto con los rezos, una luz despejo las tinieblas que se levantaron

-Debemos colocar un sello más fuerte – hablo un sabio acercándose hacia una supuesta hada inconsciente

-No te acerques viejo – hablo la chica, escupiendo sangre – estúpidos seres

Los ojos de Sia tenían un color rojo, la mirada que mostraba no tenía ningún rastro de la hija de Adad

-Demonio suelta a mi hija – ordeno Adad

-Tu hija – soltando risas – dices que este ser es tu hija , déjame decirte que eres un hipócrita – parándose dificultosamente – ustedes nos encerraron en sus hijos y ahora recriminan que los liberemos – mirando su mano derecha – los recipientes son muy frágiles - mirando divertido a los sabios

-Serás castigado – hablo un sabio sacando un látigo de agua

-Te atreves a usar el don de uno de mis hermanos – mostrando rabia en sus ojos – morirás por tu descaro – soltando una llama roja que se expandía

-Sia mírame – hablo Adad dirigiéndose al demonio

-Es estúpido hablarle a un cuerpo muerto – soltó el demonio – Puedo mandarte con ella si lo deseas, sacando un chispa purpura

El demonio preparaba el golpe a lanzar pero fue interrumpido por un escupitajo de sangre y su caída abrupta al piso

-SIA- grito el general corriendo a socorrer a su hija

-Adad – hablo un sabio apagando las llamas que los rodeaban – Debemos deshacernos de ese demonio

-Pero mi hija

-Lo escuchaste – mirando el cuerpo de la pelirroja – Fue consumida

-Necesitamos matar el recipiente del demonio – uno de los sabios bajaba la cabeza – Lo siento Adad




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