Paredes blancas con bocetos de batallas pasadas se alzaban frente a Sia , y personas del pueblo llegaban tomando asiento en sus respectivos sitios , diez hombres con barba se acomodaban en los alzados asientos frente a ella .
El ambiente en el gran lugar estaba cargado de murmuraciones y señalamientos hacia la pequeña hada pelirroja.
-Sia Saniten , se te hizo venir por un reciente acto contra las leyes de los ancestros – soltó uno de los sabios
Agache la cabeza , me sentía mal , avergoncé a mi padre y me deje llevar por las emociones
-Mírame – ordeno – podrías explicar que sucedió
-Yo – la duda se apoderaba de la pelirroja , como explicar que el sello que Adrastos le puso se quebró
-Habla – ordeno Adrastos poniéndose en pie –Dinos a todos que los elementos que liberaste pertenecían a Ignis y Trabem
El barullo se levantó, la gente mostraba horror en sus rostros mientras los sabios se removían incomodos
-Adrastos , tu como su guardián entonces aceptarías parte de la culpa – alzo la voz otro sabio – tú y el sello que impusiste son ineficientes
La cara de Adrastos se tornaba roja de vergüenza, bajando la cabeza
-Perdonen mi atrevimiento – hablo una mujer del pueblo – Pero ese monstruo amenazo la integridad de mi querida hija y otros
Es la madre de Neila , pensó Sia evitando todo contacto visual con los presentes
-Objeto eso – resonó una voz que acallo los murmuros – mostrando una gallarda e imponente figura – como se investigó, su hija estuvo implicada en la violencia desatada contra mi hija
-Mi hija solo estaba jugando – reprocho molesta la mujer
-Como los presentes observan la cara y brazos de Sia poseen un color no muy apto para su piel – mirando a la madre de Neila – si así se juega me gustaría escuchar que clase de juego saca hematomas y sangre
-Objeto – hablo otro hombre – Mi hijo tuvo que ser tratado por las Driades , el daño que esa niña causa es mayor
-Debo objetar – hablo una mujer – si el daño que su hijo recibió es grande, mentiría al decir que mi hijo tiene una ala dañada y la espalda destrozada – mirando al hombre – producto de un látigo de agua
El barullo domino por completo el lugar, siendo acallado por una pelirroja que caía al piso
-Me duele – hablaba entre jadeos – mi pecho duele – dando un escupitajo de sangre
El general Adad corrió aterrado hacia su pequeña hija tomándola en brazos
-Adad deja a la niña – advirtió un sabio
- Pero mi hija – mirando a la pelirroja, dejándola en la misma posición
-Evacuen todos – hablaron los ancianos , rodeando a la pequeña chica
Sia respiraba con dificultad, jadeando pesadamente y dando escupitajo que manchaban sus ropas
-EVACUEN – ordeno, los pasos de las hadas presurosas no se hicieron esperar dejando el recinto Jonver vacío
-Su cuerpo pequeño está siendo dominado por los elementos – hablo un sabio
Los demás asintieron comenzando a concentrar su san, formando un círculo que encerraba a la pelirroja
-No pueden hacer eso –hablo Adad mirando que los gritos de su hija se intensificaban
La oscuridad cubrió la vista de todos , los gritos cesaron junto con los rezos, una luz despejo las tinieblas que se levantaron
-Debemos colocar un sello más fuerte – hablo un sabio acercándose hacia una supuesta hada inconsciente
-No te acerques viejo – hablo la chica, escupiendo sangre – estúpidos seres
Los ojos de Sia tenían un color rojo, la mirada que mostraba no tenía ningún rastro de la hija de Adad
-Demonio suelta a mi hija – ordeno Adad
-Tu hija – soltando risas – dices que este ser es tu hija , déjame decirte que eres un hipócrita – parándose dificultosamente – ustedes nos encerraron en sus hijos y ahora recriminan que los liberemos – mirando su mano derecha – los recipientes son muy frágiles - mirando divertido a los sabios
-Serás castigado – hablo un sabio sacando un látigo de agua
-Te atreves a usar el don de uno de mis hermanos – mostrando rabia en sus ojos – morirás por tu descaro – soltando una llama roja que se expandía
-Sia mírame – hablo Adad dirigiéndose al demonio
-Es estúpido hablarle a un cuerpo muerto – soltó el demonio – Puedo mandarte con ella si lo deseas, sacando un chispa purpura
El demonio preparaba el golpe a lanzar pero fue interrumpido por un escupitajo de sangre y su caída abrupta al piso
-SIA- grito el general corriendo a socorrer a su hija
-Adad – hablo un sabio apagando las llamas que los rodeaban – Debemos deshacernos de ese demonio
-Pero mi hija
-Lo escuchaste – mirando el cuerpo de la pelirroja – Fue consumida
-Necesitamos matar el recipiente del demonio – uno de los sabios bajaba la cabeza – Lo siento Adad