Son llamas malditas- grito mi compañero tendido en el piso con una de sus alas quemadas debido al fuego infernal que nos rodeaba
-Los demonios del Trabem están rodeando el castillo – hablo otro de mis acompañantes
-No puede ser- golpeando el piso- La Reyna está en peligro , morirá si el demonio Ostium llega
-No podemos hacer nada general, estamos rodeados y los hombres no pueden volar el hielo que los demonios Glacies liberan congelan sus alas, lamento decirle que este es nuestro fin , toda la aldea perecerá
-No –conteste – Podemos hacerlo si concentran todo el San dentro mío , eso podrá mantener a raya a los demonios hasta que los sacerdotes lleguen y los sellen , ganaremos tiempo para que Astiun llegue y pueda detenerlo
-Estás loco Aedan , morirás y tu alma ya no subirá con nuestros antepasados quedaras reducido a la nada- reprocho Adad
-Es por nuestro reyno , por mi hija y la Reyna- mirando con determinación al hombre frente a el
-La dejaras huérfana – contesto- no puedes dejarla así, ella aun no te conoce
-Es por el futuro de ella – tomando mi mano –Protégelas a ambas
Aedan fue rodeado por sus hombres , quienes dispuestos dieron todo el San al cuerpo de su capitán , pronto sus ojos se iluminaron y su cuerpo fue transformado en un millón de destellos brillantes que paralizaron a los demonios
-MALDITO IDIOTA-grito Adad , golpeando el piso con fuerza , llorando como un pequeño niño