La caminante del sendero

Noticia a la media noche

Los golpes en la puerta lo sacaron del sopor somnífero en el que se encontraba, vistiéndose rápidamente se apresuró a abrir la puerta.
- La han encontrado - informó el viejo y calvo capellán en cuanto se asomó.
-Donde?
-En los límites del bosque. Uno de los nuevos estaba saliendo de su turno cuando se topó con su cuerpo por accidente.
-Esta muerta?
-No lo sabemos, vino pitando a informarme en el momento. Le ordené regresar a vigilar, no vaya a ser que desaparezca. - termino con una satírica risa que mostraba sus podridos dientes.
-Alista mi caballo, voy en camino.
Conrad tomo su casaca y montando su caballo salió a afrontar la situación. Al fondo podía escuchar el retumbar de las campanas y la voz del capellán dando las nuevas noticias a gritos, despertando al pueblo en consecuencia. Sería una larga noche.
Al llegar a los límites del bosque la vio acostada sobre lo que parecía ser una cama de flores, su blanca piel brillaba con la luz de la luna, verla te hacía rememorar a las delicadas princesas de los cuentos infantiles, nadie que la viera por primera vez pensaría que esta mujer es acusada y buscada por brujería.
A unos metros de distancia se encontraba el guardia, un joven novato que a simple vista se veía muerto de miedo. Se dirigió a él y desmontó.
-Informe cadete. - El joven se puso en posición de guardia mientras sostenía las bridas de su montura.
-General, la encontré al terminar mi turno, me dirigía a informar al capellán y se me ordeno regresar. No ha habido ningún cambio desde entonces.
-Esta viva?
-No lo se señor, me he mantenido a distancia prudente. Se me aconsejó esperar órdenes.
-Bien soldado, descanse. Ate el caballo y regrese al pueblo.
Ordené mientras se dirigía al cuerpo de Anne a comprobar su estado.
-Disculpa señor, no creo que sea aconsejable que se quede solo con la bruja.
-Soldado, cual es su nombre?
-Usher Valor, señor.
-Bien Usher, no recuerdo haber pedido tu opinión, te estoy ordenando. Si quieres mantener tu puesto será mejor que recuerdes que yo doy las órdenes y tú las sigues. Quedó claro? - reprendió al joven mientras se acercaba peligrosamente al tembloroso cadete.
-Si señor, quedó claro. - respondió tratando de recobrar la compostura. Cumplió la orden y bajo corriendo la pendiente para regresar al pueblo.
Estando finalmente solo se apresuró al cuerpo de Anne e hinco una rodilla en el suelo a su lado. Tras una breve duda coloco una de sus manos sobre su pecho y al instante pudo percibir el palpitar de su corazón y el leve movimiento de su respiración. 
Dejo de retener el aire, se permitió un momento de debilidad y se inclinó sobre su cuerpo, necesitaba sentirla solo un segundo. Estaba viva. Después de semanas de incertidumbre aparecía frente a él y estaba viva.

 



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En el texto hay: romance, hadas, fantasia aventura

Editado: 11.04.2020

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