"La Carrera contra el Tiempo"

Capitulo 2

La amenaza invisible

Después de correr durante horas, Tomás estaba exhausto. Se había alejado lo suficiente de su casa como para estar seguro de que el monstruo no lo alcanzaría, pero no sabía adónde ir desde allí.

De repente, su teléfono sonó. Tomás sacó su teléfono y vio que era su amigo Juan.

"¿Hola?" dijo Tomás, tratando de recuperar el aliento.

"Tomás, ¿estás bien?" preguntó Juan, preocupado. "Recibí un mensaje de texto tuyo diciendo que necesitas ayuda".

"Sí, necesito ayuda", dijo Tomás, aliviado de que alguien se preocupara por él. "Algo terrible me ha estado persiguiendo. Me siento atrapado".

"De acuerdo, ¿dónde estás?" preguntó Juan. "Iré a buscarte".

Tomás le dio la dirección y Juan llegó en poco tiempo. Cuando llegó, vio a Tomás sentado en la acera, con una mirada de cansancio y de preocupación en su rostro.

"¿Qué está sucediendo?" preguntó Juan, acercándose.

"Algo me ha estado persiguiendo", dijo Tomás, explicando lo que había sucedido. "No sé lo que es, pero es peligroso. Me obligaron a correr durante horas y horas, y estoy exhausto".

"De acuerdo, te llevaremos a un lugar seguro", dijo Juan, ayudando a Tomás a ponerse de pie. "Pero primero, necesitas descansar un poco".

Tomás asintió y se subió al coche de Juan. Condujeron hacia el departamento de Juan, donde Tomás pudo descansar un poco y recuperar fuerzas. Sin embargo, no podía sacudir la sensación de que algo andaba mal. Sentía como si algo peligroso estuviera al acecho, esperando a que bajara la guardia.

Más tarde esa noche, mientras cenaban, Tomás habló con Juan acerca de lo que había sucedido. Le explicó lo que había visto y lo que había sentido. Juan escuchó con atención, frunciendo el ceño mientras intentaba comprender lo que estaba sucediendo.

"Esto es extraño", dijo Juan, tratando de encontrar una explicación lógica. "Pero tal vez fue solo un sueño. Tal vez estabas dormido y te imaginaste todo esto".

"No fue un sueño", dijo Tomás, con una expresión seria. "Lo vi y lo sentí. Fue real".

"De acuerdo, lo que sea que haya sido, lo solucionaremos", dijo Juan, tratando de tranquilizarlo. "Pero necesitamos más información. Necesitamos saber qué es lo que te persigue y cómo podemos detenerlo".

"¿Cómo podemos hacer eso?" preguntó Tomás, con una mezcla de esperanza y de preocupación en su voz.

"No lo sé", admitió Juan. "Pero trabajaremos juntos para encontrar una solución. No te preocupes, amigo. Estoy aquí para ayudarte".

Tomás se sintió un poco mejor al escuchar esto. Sabía que podía contar con Juan para apoyarlo y ayudarlo a enfrentar lo que fuera que lo estuviera persiguiendo. Sin embargo, todavía sentía una amenaza invisible en el aire, esperando a que cometiera un error

Al día siguiente, Tomás y Juan comenzaron a investigar en línea en busca de cualquier cosa que pudiera ser útil en la búsqueda de respuestas. Pasaron horas revisando diferentes páginas web y foros, pero no encontraron nada útil.

Finalmente, decidieron visitar la biblioteca local para ver si podían encontrar algún libro o documento antiguo que pudiera proporcionarles alguna información valiosa.

Después de un tiempo, encontraron un libro muy antiguo sobre mitología y leyendas, que parecía contener información relevante. Mientras lo hojeaban, encontraron una sección sobre una criatura mitológica llamada "El Cazador de Sombras", una entidad que se dice que persigue a las personas que han visto algo que no deberían haber visto.

"Esto podría serlo", dijo Tomás, señalando la sección. "El monstruo que me perseguía ayer era una sombra. ¿Podría ser El Cazador de Sombras?"

"Es posible", dijo Juan, frunciendo el ceño mientras leía más sobre la criatura. "Pero esto es solo un mito. No hay forma de que esto sea real".

"Entonces, ¿qué sugieres que hagamos?" preguntó Tomás, sintiendo una sensación de impotencia. "Si esta cosa es real, ¿cómo podemos defendernos?"

"Podríamos tratar de encontrar más información sobre esta criatura", sugirió Juan. "Y quizás podamos encontrar alguna forma de defenderse contra ella".

Tomás asintió, sintiéndose un poco más esperanzado. Tal vez podrían encontrar una solución después de todo.

Pasaron los siguientes días buscando información en línea y en libros antiguos en la biblioteca, tratando de encontrar cualquier cosa que pudiera ayudarlos a lidiar con El Cazador de Sombras. Finalmente, encontraron una referencia a un talismán que supuestamente protegía a las personas de ser cazadas por esta criatura.

Decididos a intentar cualquier cosa para protegerse, Tomás y Juan buscaron el talismán. Después de varios días de búsqueda, finalmente lo encontraron en una tienda de antigüedades. Era un medallón dorado con un símbolo extraño grabado en el centro.

Cuando Tomás y Juan se acercaron a la tienda, se sintieron un poco incómodos al entrar. Era una pequeña tienda oscura, llena de antigüedades extrañas y polvorientas. El dueño de la tienda, un anciano arrugado, los miró con ojos penetrantes mientras entraban.

"¿Qué buscan?" preguntó, con una voz ronca y profunda.

"Buscamos un talismán que nos proteja de El Cazador de Sombras", dijo Tomás, sosteniendo el libro abierto en su mano.

El anciano miró el libro por un momento antes de asentir. "Sí, tengo uno de esos. Es una antigüedad muy rara. Pero les costará caro".



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En el texto hay: accion, suspenso, terror

Editado: 20.02.2023

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