Narra Tauro:
—Hoy estamos aquí presentes para resolver este problema—me siento en la mesa que hemos acomodado—. Yo seré su juez hoy.
Siempre que hay problemas en la casa lo resolvemos de ésta manera. Escorpio y yo decidimos quién será el juez de la manera mas madura.
Con una moneda.
—¿Cual es el caso?— pregunto agarrando el martillo de la justicia.
—Señor juez, mi cliente el señor Virgo es el demandante en este caso—habla la abogada Aries con un traje gris muy sexy y ceñido.
¡Concéntrate, hombre!
—Mi cliente demanda a la señora Géminis por intento de homicidio — señala a la acusada.
— Bien ¿y la parte demandada?— Me giro hacia Géminis y su abogado.
—Buenos señor juez—habla Sagitario caminando al centro de la sala—. Hoy estoy aquí para defender los derechos de mi paciente.
—Idiota, es cliente, hoy eres un abogado— le susurra Géminis desde su lugar.
—¿Abogado? ¿Que me harás ser mañana? ¿un stripper?
—No me darían ni dos centavos por verte bailar—le murmura ella—. Aparte te dije que te compraría unos cheetos.
—¡Ah es verdad!—se dirige a mí de nuevo—vengo a defender los derechos de mi cliente señor juez.
—Bien que pase el desgrac...digo el primer testigo de los demandados.
—¡Llamo a la señorita Piscis al estrado!—la señala y ella abre los ojos sorprendida.
—¿Y-yo?—se señala ella misma.
—¡Si, usted!
Ella se levanta y se sienta en la silla a lado de la mia algo incómoda. Sagitario pone las manos en su espalda y comienza a caminar de un lado a otro.
—¿Dónde estaba el martes veinticinco de Marzo?—le pregunta Sagitario.
—¡Objeción señoría eso no tiene nada que ver con el caso!—Aries golpea la mesa.
—Al lugar—ella se sienta molesta.
—Estaba en... —ella parece ponerse nerviosa—en...no recuerdo.
—¿No lo recuerda o no lo quiere recordar?
—¡No es así! En serio no recuerdo.
—¡Claro que no recuerda! !Ese día usted se comió mis papitas!—estampa las manos en la mesa—¿lo hizo o no?
—¡No!¡ Digo si! ¿Qué?
—¿Entonces usted es la culpable?— la presiona Sagitario recargándose en la mesa y acercándose a ella.
—¡Si yo me las comí!—ella comienza a a llorar—. Lo siento, lo siento tanto.
—¡La hiciste llorar!— se levanta Virgo y trata de consolar a Piscis llevándosela de ahí.
—He terminado—concluye Sagitario aplacando su cabello.
—¡Eres un idiota! ¿Eso que tiene que ver con esto?— le grita Géminis.
—Nada, pero yo sabía que ella se había comido mis Doritos— le sonríe y ella se golpea la cara contra la mesa.
—¿Qué están haciendo?—entra Capricornio a la sala y nos ve a todos confundido.
— Tenemos un juicio para decidir quién se va, Virgo o los gatos.
— ¿Es en serio?— Capricornio se golpea la frente y voltea a ver a Géminis—. Si no te deshaces de esos gatos para mañana lo haré yo.
Él sube las escaleras y sólo escuchamos una puerta cerrarse.
—-Caso cerrado— golpe la mesa con el martillo—. Tengo hambre. Iré a ver que hay de comer.
Me levanto de ahí y varios me siguen.
—Cocinare spaghetti —dice Cáncer sacando cosas de la alacena.
—Yo te ayudo—Libra se pone un delantal.
Narra Géminis:
—¿Pero seguro que estarán bien?—le pregunto una vez más al señor.
—Si niña ya te dije que estarán bien, son pequeños, la gente los adoptará rápido—me contesta ya harto el tipo.
No es mi culpa que odie su trabajo.
—Bien, gracias—digo de mala gana y salgo del lugar.
Estúpido Virgo alérgico.
Estúpido Capricornio.
Estúpido Sagitario y sus Doritos.
Estúpido Peña Nieto.
Mientras miro al suelo pateando una piedra llego a donde esta Libra esperándome.
—¿Qué pasó?—pregunta ella enderezandose y guarda el celular en su bolso.
—Ya los deje—digo sin mas y comienzo a caminar.
Ella me alcanza y pasa su brazo por mi cuello.
—Tranquila, los adoptarán buenas personas, no estés triste—ella me sonríe.
— Eso espero—suspiro.
—¿Quieres ir por un helado? Estamos cercas del parque—propone.
—Ahorita no joven.
—Oh vamos tú amas los helados, te comprare uno doble—dice tratando de animarme.
—¿De pistacho y coco?
—Con nuez y jarabe de chocolate— agrega ella divertida.
—¡Vamos!
Narra Escorpio:
Hoy es un día perfecto para esto.
Sacudo la cabeza, agarro aire y entro a la sala.
No mejor no.
Me doy la vuelta y comienzo a alejarme. Me detengo con un pie a centímetros del suelo y aprieto el puño.
¡No seas cobarde! ¿Qué no tienes bolas?
Me meto a la sala y me dejo caer en el sofa a lado de Cáncer.
—Oye cangrejo—lo llamo tratando de sonar lo más casual.
—Mande—dice él sin despegar la vista de su libro.
—Ayer compre estos boletos para ir al cine a ver esa película de Zombies— cruzo los brazos algo nervioso.
—¿Porqué los zombies también lloran?—parece que se le iluminan sus ojos.
Genial, tengo su atención.
—Si, resulta que la chica que invite no pudo ir—me recargo en el sofá—. Pues no sé si quieras ir a verla conmigo.
—¿Yo?—él sonríe—. ¡Si! Pensaba comprar los boletos mañana pero quiero verla.
—Bien, vamos de una vez.—me levanto.
—De acuerdo—se levanta detrás de mí.
Esto es a lo que me refiero. Nada de " estoy lista en cinco minutos" fácil y rápido.
Camino a la puerta nos detiene Piscis.
—¿A dónde van?—pregunta curiosa.
—Iremos al cine—le contesta Cáncer emocionado como un niño—, a ver la película de Porque los zombies también lloran.
—¡Yo quiero esa ver esa película!— ella da un brinquito—. ¿Puedo ir con ustedes?
Puta madre.
—Lo siento, solo tenemos dos boletos.
¡Maldita sea, lee el ambiente mujer!
—No importa, tengo dinero para comprarlo.
—Bien vamos ya—le dice Cáncer.