La casa esta vacia

le gustaban los girasoles

Simple, indeleble, y
casi inefable. Y, ¡Oh, permitame!
Digo casi porque por momentos el viento
avivaba mis sentimientos.

Espíritu de guerrera,
Jamás olvidaré aquella primavera,
De girasoles y brisa costera,
¡Ay, pobre de mi sonrisa austera!
Vergüenza tenía ella de que tú la vieras.

Aquella joven rostro de Lucifer,
Adornaba su cabello con pequeños girasoles,
Que arrancaba ferozmente de la playa Benaver,
Y luego cantaba en las estaciones,

Con el acento propio de los españoles.

¿Y qué era yo comparado con girasoles?
Un hombre vestido de negro con el alma hecha jirones,
Al cual, la vida le había pasado sus miles de infracciones,
que andaba pagando mientras daba los viejos sermones
en un pequeña iglesia de Dolores.



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En el texto hay: amor, decepción, crecimiento

Editado: 27.12.2021

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