Alex
Suena la alarma de un despertador.
Riiiiiing.... Riiiiiing.... Riiiiiing....
Abrí los ojos lo máximo que pude, estaba recién levantado, apenas eran las 6am; estaba en el dilema de levantarme y ser pieza productiva de esta sociedad u observar mi pantufla por la próxima media hora....
Media hora despuñes
Después de mi media hora reflexiva con mi pantufla, decidí por fin levantarme de mi cama, me movía con paso lento pero constante, solo desea una taza de café, la verdad ni sabía que día era, solo supe había amanecido y hasta ahí todo mi conocimiento.
¡Me dirigía al baño, abrí la puerta y —! UNA ARAÑA GIGANTE ¡espera... es solo un calcetín— dije en voz alta aliviado de no tenerme que enfrentar a una araña gigante. Vi mí reflejo en el espejo, contemplando mi rostro, abrí la llave del agua, un jabón para la cara y me la lave, me seque mi cara; con mi cepillo de dientes y un poco de pasta me lave mis dientes y por último tuve que usar el trono de Zeus.
Ya un poco más atento a mi alrededor me dirigía de nuevo a mi dormitorio, está vez para cambiarme por algo más cómodo en lo que llegaba la hora de irme a trabajar, para esa mañana elegí un conjunto de un pantalón corte de color azul, con una camiseta color verde y un par de tenis algo viejos, pero cómodos. —Listo, ya estoy listo para iniciar mi mañana— me felicite en voz alta, luego de mi gran logro, levantarme de la cama temprano un domingo.
Me dirigía con una sonrisa hacia mi cocina, no sabía que iba a cocinarme el mejor chef del país, ósea yo, en esa mañana, revise mi refrigerador en busca de algo que no esté caducado o con hongos; huevos, un catón de leche, tomate, cebolla, verduras varias, mantequilla, salchichas, una lata de gaseosa a medio tomar; poco más había en aquel precario refrigerador, pues o estaban caducos o tenían un extraño moho creciendo encima.
Bueno, luego del recuentro de alimentos, tengo 3 huevos, una salchicha, un tomate, una cebolla y media barra de mantequilla; todo lo demás era un viaje a mi trono sagrado.
—Muchas ganas de cocinar tampoco es que tenga—me dije mientras pensaba en que cocinarme con aquellos precarios alimentos. —ya se, mejor me voy a comer a un restaurante de por aquí— me dije, tan orgulloso de mi decisión.
Me moví ágilmente a mi habitación, procedí a ponerme un poco más elegante para salir a comer: un pantalón de mezclilla de color azul, algo desgastado pero que mantenía su esencia original, una camisa para vestir de color morado, me puse unas botas estilo Chelsea color negro, al final me puse mi reloj de mano y puse todo lo necesario en mis bolsillos listo para salir a comer.
Salí de mi casa a eso de las 7.45am, conduje en mi carro un Dodge charger algo antiguo, pero, esto hacía que me gustara más, la verdad no sabía a donde ir, solo decidí comer afuera, recordé que cerca de la empresa Kilton había una cafetería con una fama creciente, decidí que iría a conocer esa cafetería.
Conduje con entusiasmo a esa cafetería “¿cómo será que se llama? ¿Qué comidas servirán? ¿su fama será pura sobrevaloración, o tendrá sus motivos de tener esa fama?” decidí dejar de pensar en que comería, pues se me hacía agua la boca.
Llegue a la cafetería, La Chimenea, al entrar en la recepción, note que tenía una ambientación rustica y acogedora, poco fue el tiempo que espere, pues al momento siguiente de haber llegado un mesero se me acerco, me pregunto si necesitaba una mesa, y después me llevo a la mesa correspondiente.
Me senté —este asiento es muy cómodo, ¿de qué material es? — le pregunté al camarero, sin saber que decirme solo me vio
—no recuerdo de que están hechos los muebles, lo que le puedo asegurar, es que están ahí para darle el mejor descanso mientras come en nuestra cafetería— esto lo dijo con una sonrisa cálida —aquí le entrego su menú, volveré en breve a recoger su orden— respondió, para después marcharse a atender otras mesas.
Elegí un desayuno del menú, tarde mi tiempo, pues todo sonaba muy delicioso. —disculpe señor mesero, ya estoy listo para pedir— el mesero que me atendió y guío a mi mesa volvió
—bueno señor, dígame ¿qué es lo que desea? — me dijo siempre con una sonrisa. Le di mi orden y un rato después me trajo mi plato.
El tan solo oler mi desayuno, recordé con una gran nostalgia a mi infancia.
Cuando era niño, recuerdo que mi madre era de inglesa y mi padre era australiano, creo que se conocieron en un viaje en un crucero o que mi padre atropello por accidente a mi madre, no recuerdo bien esa historia. También tenía una hermanita pequeña a la cual quería con todo mi ser.
Recordaba con tierna nostalgia aquellos días donde mi madre cocinaba el desayuno, y todos nos sentábamos a la mesa, comíamos en familia, donde lo último que faltaría sería el amor...
Bueno, todo eso, hasta el día del accidente...
—Disculpe señor, ¿le sucede algo? — dijo el mesero, al notar tristeza en mi mirada.
—estoy bien, descuide, solo que su comida me llevo a revivir momentos del pasado, por lo demás, un platillo muy delicioso, volvería a comerlo— conteste con una voz calmada y satisfecha
—me alegro señor, aquí está la cuenta—dijo dándome la cuenta (ni modo que algo más)
Luego de pagar la deliciosa comida, volví a mi vehículo, vi en mi celular había un recordatorio de mi agenda virtual Reunión con la nueva heredera de la compañía a las 2pm, bueno, recién marcaban las 9am, tengo que estar en la empresa a las 10am, por lo que tiempo es lo que me sobraba.
Conduje de regreso a mi pent-house en el centro de la ciudad, entre a mi casita para darme una ducha, luego de eso, me puse la ropa correcta para ir a trabajar, un traje de color negro, una camisa blanca y una corbata de color morado, me fui a mi trabajo conduciendo mi auto favorito un Dodge charger.
Llegue a Murphy´s Group, el lugar donde trabajo y soy presidente, y empecé mi día laboral con todo, de las 10 a las 11am, me la pase revisando papeleo y autorizando movimientos de campañas de marketing; de 11 a 12am, estuve revisando y monitoreando la productividad laboral y el cómo aumentar la eficiencia de esta; a partir de las 12am para 1pm estuve hablando con los contratistas, y sus opiniones para futuros proyectos y por último de 1 a 2pm estuve revisando los planes que teníamos en proceso.