Luna, mi amor.

Me enamoré de ella, sí;
y su brillo es tan perfecto y hermoso,
aunque sé, es imposible nuestro amor, 
pues ella vive en el cielo,
y yo, un pobre viviente en la tierra,
aún así, yo la quiero a ella, 
siempre le veo, cada noche,
sobre mí. 
Su haz de luz, atraviesa mi alma. 
Su frío penetra mis huesos 
y su hermosura me hechiza... 
Cada día que la veo, más me enamoro de ella
me estremece con su encanto 
y me perturba con su llanto. 
Algo hermoso tiene en su llegar,
pues no soy el único que le ha de notar,
hasta los más feroces del bosque,
le cantan cuando empieza a brillar.
¡Oh, maravilla del cielo! 
Eres tú, un ser tan especial, 
no te apagas ni un segundo, 
cuán hermoso es tu brillar. 
¿Qué tienes tú?, que me haces palpitar 
de maneras tan extremas, 
ya lo empiezo a disfrutar. 
Sígueme alumbrando así la vida, 
y yo te voy a esperar...