Capítulo 3
Baje del ático para ver cómo se encontraba Daniel, mi lindo hijo de tan solo dos años, y revisar si seguía durmiendo, y efectivamente así era. Escuché como golpeaban la puerta y fui a ver quien era. El cartero me saludó amablemente como siempre lo hace, y aunque no estoy muy segura creo que siente algo por mi. Me entregó la carta y se despidió risueño.
Al mirar la carta no la reconocí ya que no tenía la postal de ninguno de mis familiares o amigos, era del juzgado. Me quedé unos segundos mirando la carta sobre la mesa, simplemente la miraba, no la movía ni la habría, solo la miraba.
Algo preocupada decidí abrirla, decía lo siguiente: “Querida Srt. Bristol, esperemos se encuentre bien. Esta carta fue enviada a su persona por el siguiente hecho. Se la acusa de la desaparición del Sr. Fortunato Bristol por parte de sus familiares cercanos, por lo que se le pide cordialmente que se presente en el juzgado el Jueves de esta semana a más tardar para así empezar con el proceso del juicio. Usted tendrá derecho a un abogado, ya sea elegido por usted o proporcionado por nosotros. Esperamos verla pronto y resolver esta situación lo antes posible. Saludos cordiales, Sr. Jones”.
No podía creerlo, seguramente fue la arpía de su madre, siempre protegiendo a su “niñito”, inclusive hasta cuando ya se fue al otro mundo.