Lo vi donde estaba esperándome y tome rumbo contrario, ya Cabo le habría dicho que había escuchado su conversación.
Tome un autobús público y me senté en la primera silla que encontré, no había arrancado el automotor cuando él también se había subido y estaba sentándose a mi lado, trató de tomar mis manos pero no se lo permití, abrí mi bolso saqué mis lentes oscuros y me los puse, había dejado de usarlos desde que estaba con él aunque nunca los sacaba del bolso.
Trató de tomar nuevamente mis manos y me dijo:
- Soliange, ven hablemos.
-Mira no me toques ahora mismo que puedo ser agresiva y no quiero ser lo contigo - le respondí.
Él me quedó mirando y no hizo mas intento para tocarme.
-Iba a decírtelo de verdad, pero no sabía cómo - empezó él a hablar.
-Que tal, Soliange me voy de misión, no se cuanto duraré fuera, de pronto me hieran o es posible que hasta regrese muerto - le dije con el temor y la preocupación disfrazada de enojo.
Necesitaba calmarme, no podía dejarme llevar por mis emociones. Empecé a rebuscar en mi bolso, sabía que tenía el calmante justo para estas ocasiones.
Lo encontré al fondo de mi bolso, una pequeña barra de chocolate, la abrí y comí la primera pastilla. A los pocos minutos empecé a relajarme visiblemente. El se pegó a mi lado y tomó mis manos.
-Ven, hablemos en otro lugar - me habló tiernamente, me levanté del asiento y nos bajamos del autobus.
Cabo nos seguía en el carro militar, se detuvo y nos subimos en el.
- Cabo detente mas adelante y dejamos un momento a solas - dijo él.
-Si, teniente - respondió el.
Se detuvo unos metros más adelante y se bajó.
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Editado: 14.08.2021