- Tres días!!! - repetí alzando la voz.
La tensión volvió a mi otra vez, el enojo creció, lo empujé y salí del auto nuevamente enojada.
Llegué a mi apartamento, estaba bastante cerca, podía sentirlo caminando detrás mío.
-Necesitaremos más chocolate? - escuché su voz decirme.
-Haran falta como cien barras - le contesté con rabia.
- Cabo - llamó él - compra cien barras de chocolate, los vamos a necesitar.
Lo miré con enojo, subí las escaleras con rapidez, abrí la puerta y arrojé el bolso, los lentes y las llaves al sofá.
-Donde está esa linda pareja que te cuida - me preguntó mirando alrededor.
-Es su día libre. Cuando pensabas decírmelo? O simplemente te ibas a ir y dejar las cosas como están?, A final de cuentas que somos Teniente, acaso soy una distracción para ti? - le pregunté de frente.
-No eres una distracción, ni eres para pasar el rato, sabes que significas más que eso para mí - me respondió con sinceridad.
- No, Teniente, no lo sé - le dije tercamente.
En realidad si lo sabía, nadie se comporta de esa forma con otra persona si no se siente algo fuerte por ella, pero quería saber en qué posición estaba pues no habíamos hablado nunca de sentimientos.
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Editado: 14.08.2021