—46—

La angustia me puede.
Mi pobre niña no para de llorar, se me parte el corazón al no poder consolarla. Doy un paso hacia delante para ir con ella.

—Un paso más, uno solo, y voy a apretar su cuello tan fuerte que conseguiré callarle por fin.

—Nancy, su hijo se buscó lo que le pasó. Deme a mi hija, y no vamos a levantar cargos en su contra —le dice Paul desde el umbral.

—Cállate, cállate... ¡Callense! —Grita fuera de control. Picky continúa ladrándole sin parar. —¡Que te calles!

Hace el gesto de pegarle al perro, y éste, no duda en tirarsele  encima. Ella grita del dolor, la ha mordido. Sufro por mi niña, aprovechando que está distraída, corro hacia ella. Mi mira con odio, yo la miro con preocupación, mi niña es muy frágil, temo que le hagamos daño si trato de quitársela.

—Suelte a la niña, Nancy. —Le ordena Sawyer.

—Maldito perro.

Entre los dos consiguen que suelte a Rose, se la quito y me alejo de ella. La acuno en mis brazos y siseo para consolarla, está asustada. Picky siempre lo supo, él sabía que esta mujer no traía nada bueno. Ella grita, lanza maldiciones para todos y me acusa de ser la asesina de su hijo. Víctor llega a la habitación para llevársela con Sawyer. Me recuesto en la pared y lloro, es una forma de liberar toda la tensión que creció en mí durante estos minutos.

—Ya pasó, cariño. —Paul nos abraza a ambas, tratando de no aplastar a la bebé.

— ¿Cuándo va a acabar esto? Ya no puedo más —le digo empapada en llanto.

—Vamos a adoptar las medidas legales necesarias para evitar que se nos vuelva a acercar. Tranquila, mi amor. —Rose continúa llorando,  él me la quita. —Hola, mi vida.

Veo como la carga paseándose por la habitación, mientras controlo mis nervios. Me duele el pecho de solo imaginar lo que hubiese ocurrido si Sawyer no llega a tiempo para decirnos. El llanto desaparece, Rose parece muy entretenida con el dedo de su padre, su pequeña manito se lo está tomando. Él me mira, ha conseguido calmarla. No espera mucha para venir hacia mí, me siento protegida. Quiero pensar que esta ha sido la última prueba para nosotros, que ya no habrá más peligros, necesito la certeza de que ha llegado a su fin. Mi guardaespaldas favorito regresa para decirnos que se la han llevado, que debemos levantar los cargos por intento de secuestro, que es lo que suponemos planeaba hacer. No le deseo ningún mal, es más, puede que como madre alcance a comprender su dolor, tal vez solo quería sentirse mejor haciéndome pagar. Unos minutos después, nos reunimos con el detective en la sala para que tome nuestras declaraciones, queda firmado que hemos sufrido un ataque de su parte. Según él, Nancy —cuyo nombre real es Jacqueline— entró a trabajar con el propósito de hacernos daño, como parte de su colaboración con sus hijos, ella filtraba toda la información que obtenía de nosotros a Jack, han encontrado la guarida de él, estaba oculto justo en el edificio de enfrente, tan cerca que nadie sospechó de ella, la mujer queda fichada como cómplice en el secuestro de Paul y Theodore, además de ayudarle al artífice del accidente de Clare y culpable del envenenamiento de Picky. Mi peludo había estado ingiriendo pequeñas cantidades de veneno durante días, lo que terminó por alterarse al estar en contacto con las plantas en casa de los padres de Paul. ¿Cómo pudimos dejar entrar al enemigo en casa? Ella parecía tan buena persona al inicio, que ni siquiera se podría sospechar. Consiguió hacerse pasar por su hermana gemela, quien desde años atrás se encuentra en estado vegetal por un misterioso accidente que jamás pudo ser esclarecido. Jacqueline, había sido dada por muerta al lanzarse de un puente cuando escapó de un manicomio, donde controlaban su síndrome, la mujer tenía una doble identidad, estaba jodidamente loca, por ello le fue fácil usurpar a su hermana. Me da asco, me es simplemente repugnante lo asquerosa que pueden llegar a ser las personas. Paul se va para acostar a Rose, y yo me quedo en la cocina, no pienso comer nada preparado por ella, tampoco nada de lo que aquí se encuentre, necesito una limpieza general de todo el lugar. No me gusta tirar la comida, pero no estaré tranquila consumiendo algo que posiblemente ha sido alterado, cierro la bolsa de croquetas de Picky, definitivamente no va a comer de eso.

Sawyer regresa tras acompañar al detective a la salida.

—Gracias por estar pendiente de nosotros, de estar alerta cuando yo lo había olvidado. Eres un ángel, Sawyer, si no hubieses venido... —mi voz se convierte en un hilo.

—Mi deber con la familia, es velar por su protección. La investigación se complicó un poco, pero por fortuna ha salido a tiempo para evitar una desgracia. Phoebe, solo cumplí con mi deber, hice una promesa de compromiso a la seguridad de las personas.

—Estabas de vacaciones, Sawyer.

—De vez en cuando, suelo saltarme las órdenes de mis superiores. —Dice burlón. —Ahora que he conseguido dar por finalizado esto, tomaré mis vacaciones. Y Phoebe, felicidades por la bebé.

— ¿Puedo darte un muy personal abrazo? —asiente. —No volveré a quejarme de que me sigas a todos lados, es más, me pondré un GPS para hacerte más fácil el trabajo.

—Eso me sería muy útil, señorita.

—Por favor, no hay que mencionarle nada de esto a mi padre, es un de más que lo sepan. Porque aún no le has dicho no, ¿Verdad?

—No, esto es nuestro primer secreto.

Hemos decidido pedir comida italiana a domicilio, puesto que mi amado esposo me ha brindado su apoyo en cuanto a limpiar todo. Picky nos acompaña en la cena, mi listillo y hermoso peludo, bromeo con lavarle la boca para desinfectarlo. Paul se ríe de mis tonterías. Cuando terminamos todo, nos vamos a la habitación para descansar.

Me acomodo del lado contrario al normal que ocupo para dormir, así puedo estar acurrucada y sin golpearle la herida. Por fin, una noche para estar juntos, siendo libres. Dejo mi cabeza sobre su pecho mientras sus dedos se enredan en mi pelo. Cierro los ojos para descansar. Abro los ojos... Rose nos está dando las buenas noches, ha despertado.