La chica del bus

V CAPÍTULO

V Capítulo

 

Este último mensaje que recibí de ella fue impactante, no supe que más hacer que sentarme en una banca que vi cerca y pensar un poco. Si siento algo por ella debo de saber a dónde va, qué habrá querido decir con eso, ella si acelera mi pulso u lo detiene a placer, tanto vacío en mi pecho y estomago no sería posible si no fuese ella el motivo, todo era verdad pero cómo eso me iba a decir a dónde se iría. Era absurdo, no se me ocurría nada, muy poco sabía de ella, ni siquiera conocía su apellido o gustos, ¡Nada! Aunque esperen un momento, parecía como si ella frecuentara Bonjour’s …  ¿Francia? ¿Podrá ser?

No lo sé, era muy pronto para afirmar algo así, pero es lo único que tengo y es mejor que nada.

 

Esa mañana al llegar a mi casa inicié una ardua búsqueda en la internet acerca de este restaurante; efectivamente encontré redes sociales correspondientes a Bonjour’s, encontré fotos de sus habituales clientes supongo, pero nada, ella no estaba, entonces qué debía hacer. Dejé la búsqueda y decidí leer un poco hasta que no resistí y me quedé dormido, estaba algo cansado, no soy muy bueno para madrugar.

Al levantarme noté que ya estaba oscureciendo, volví a entrar a internet para tratar nuevamente de descifrar el enigma, pero nada,  no entendía, sí me encantaba, me enloquecía; era como pensar en un manantial en el que derramas amor y bebes pasión, era más fácil tratar de besar a la lujuria en el cuello y seducirle hasta hacerla enloquecer sobre ti, que olvidarla a ella, que dejar de pensarla, de desearla pero si la misma lujuria, no, desearla con anhelos de sueños rotos, con imaginación de un niño en una avalancha de nebulosas y polvo cósmico. En definitiva prefería morir y vagar por el eterno infierno que aguarda por mí, cargar con cadenas de pecados y desvelarme en pensamientos de dolor desgarrador por el vacío un destino tortuoso a voluntad, prefería eso a tratar de vivir engañándome por ilusiones idiotas e hipócritas que me llevaban a esperar por verla regresar a mi lado, debía hacer algo y hacerlo pronto.

 

Pensé toda la noche en ella hasta que nuevamente el sueño me pudo. Recuerdo que esa noche soñé con ella y al despertarme lo hice con una gran sonrisa en mi rostro, fue un sueño increíble puesto que había soñado con ella porque en realidad poco recuerdo de ese sueño, lo único importante había sido ella y lo demás no importaba.

Esa tarde en la universidad se me ocurrió la idea más tonta y loca de mi vida, ¿Y si voy tras ella? Pero ¿Dónde podrá estar? Nada confirmado era mi impedimento y claro, el dinero, ¿Cuánto necesitaré para viajar a Francia y lograr sostenerme, bueno, sólo para viajar, allá luego miraré qué hacer. Fue como una señal, de estupidez tal vez, me levanté de mi silla y salí de mi clase, como si nada, estaba decidido y confundido, era una completa locura, debía dejar mis estudios en pausa para ponerme a trabajar y ahorrar para poder viajar.

Salí de la universidad y me dirigí a un parque que estaba cerca para meditarlo bien, pero era inútil, siempre terminaba en lo mismo, la quiero a ella y quiero que esté conmigo, algo dentro de mí me dice que es la indicada y realmente espero no equivocarme porque de lo contrario me arrancaré el corazón y lo usaré de pisa papeles.

Esa tarde fui a casa y hablé con mi madre, le expliqué que quería ir tras esta chica, que lo intentaría durante un año y si aun así no la encontraba regresaría con la cabeza en alto y retomaría mis estudios; la idea no la tomó de buena forma mi madre, pero la entendía, estaba dejando todo, mi vida, mis estudios, a mi familia por ir tras una ilusión.

 

Pasaron unos cuantos días durante los cuales busqué trabajo desesperadamente, pero no encontraba, no importaba en qué buscará trabajo, todos concordaban en lo mismo, – No tienes experiencia laboral – Pero cómo demonios quieren que tenga experiencia laboral si no me dan trabajo. ¡Qué idiotas!

Busqué durante dos semanas trabajo, entregué hojas de vida, llené formularios, me ofrecí por internet como si fuera un pescado fresco y de buen sabor, pero nada. Perdía mis esperanzas, Dos semanas sin estudiar por algo que no salía tal cual lo había planeado.

El martes de la tercer semana iba pasando por Bonjour’s y decidí entrar a preguntar por una vacante o algo por el estilo, efectivamente me dijeron que unos de sus empleados había renunciado sin previo aviso la semana pasada, pero que hacía dos días habían contratado a alguien y ya no necesitaban a nadie más pero que me tendrían en cuenta, les agradecí y me fui directamente a casa, ya el estrés se apoderaba de mí.

Al llegar a mi casa mi madre me estaba esperando con una leve y pícara sonrisa en su cara.

 

– Qué pasa mamá, ¿Por qué esa sonrisa tan tenebrosa?

– No digas ridiculeces hijo, dime ¿Aún quieres ir a buscarla?



#46954 en Novela romántica

En el texto hay: destino, pasion y deseo, amor

Editado: 08.04.2019

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