La chica del flamenco

XVI

La música llenaba el vacío que inundaba el auto, y hacia todo esto menos incómodo.

No lo soportaba más asi que dije lo primero que se me pasó por  la cabeza, fuese apropiado o no.

-Me imagino que nunca pensaste que sacarías a la cárcel a una chica que apenas conoces-bromeé.

Solo asintió y siguió mirando a la carretera con el ceño fruncido.Y ahí estaba el silencio incómodo aún más.

-No dirás nada?-pregunté.

-Es que no entiendo que se te puede haber pasado por la cabeza para hacer una cosa así.Podría haber sido peor, podrías estar en un hospital en este momento o incluso o algo peor-un escalofrío le recorrió la espalda.

-Estas juzgándome-miré para otro lado porque no era lo suficientemente valiente como creía que era.

-No, no me malentiendas-apretó mi rodilla-No lo estoy haciendo, simplemente me entra en la cabeza por que lo hiciste. Tengo entendido y asumido que eres salvaje, pero no sabía que a ese punto.

-Hay mucho que no sabes de mí todavía.

-Y si me cuentas?

-Para qué?

-Para conocerte.Para desentrañar el misterio que Megan Laurens es.

-Cómo sabes mi apellido?

-Eso es lo de menos, ahora habla.

-Prométeme que no te irás corriendo luego de esto.

-Acaso has matado a alguien-dijo sonriendo.

-No.Pero no deja de ser igual de malo-exale-Mi padre tiene problemas con el juego, luego de que mi madre muriera hace unos años atrás , estos se intensificaron, sus apuestas se fueron volviendo peores al punto que vendió cosas de nuestra casa, y tuvo que pedirle un préstamos a la mafia.

-No entiendo , cual es la parte en la que tengo que correr?

-En la parte en la que te cuento que si no le entregamos a la mafia local , más de $50.000 , terminaré muerta.

Le tomó tan solo unos minutos asimilar todo lo que le estaba contando .

Y si la situación no fuese lo suficientemente compleja y rara , seguramente me estaría riendo, pero básicamente le estaba contando a un perfecto desconocido que mi padre había apostado mi vida ante la peor escoria de esta sociedad y que teníamos dos opciones:

O pagábamos.

O me mataban.

Y si bien me ideología de vida siempre fue de la de “vivir salvajemente y morir joven y bella” no quería hacerlo a los 20.

De hecho estaba pensando en pertenecer al famoso club de los 27.En el que se encontraba mi ídol Amy Winehouse.

Chris frenó el auto de repente y mi pecho golpeó con fuerza el cinturón de seguridad.

Se giró hacía mi y me tomó la mano.

-Yo te ayudaré.No dejaré que nada malo te pase.Simplemente no lo permitiré.

No se que me llevó a besarlo , si su genuina preocupación, el hecho de ver un escape o su actito de príncipe azul que viene a rescatar a la damisela, pero se veía condenamente tierno y necesitaba sentir sus labios sobre los míos.

 

 

 

 

 

 




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