Epilogo

CHRISTOPHER

El último día del festival ya había llegado y si alguien me hubiese dicho que esta era la manera en la que lo pasaría, definitivamente lo habría golpeado en la cara.

Paseaba por la feria, con mi chaqueta cubriéndome la espalda y un paraguas en la mano y en la otra una pequeña urna donde llevaba el resto de la persona a la que alguna vez amé.

Algunas personas habrían pensado que era utópico creer que nos podríamos haber enamorado en menos de un mes, pero así fue.Nuestra relación fue fugaz, espontánea y única y no esperaba que todos los entendieran.

Ni tampoco esperaba que todos entendieran el porqué caminé casi 5 kilómetros hasta llegar a un lago en el que descansaban millones de flamencos.

Este era su lugar,si lo era. Era especial como ella, delicado,bello y lleno de vida. Es por eso que decidí arrojar sus cenizas aquí. Es lo menos que podía hacer por ella.

“La chica del flamenco” se reencontraría con los de su especie y ahora podría ser feliz junto a su madre.

Yo por mi lado, la llevaría conmigo para siempre.Siempre y cuando mirara el dibujo que ahora tenía tatuado en mi piel.

Un flamenco idéntico al que tenía ella en su cuerpo.

Hay personas que llegan a nuestra vida para dejar una huella en esta. Y eso es exactamente lo que Megan Addison Laurens había hecho en la mía.