La Ciudad De Cristal

Capítulo 7: La Sombra en el Umbral

Capítulo 7: La Sombra en el Umbral

Aleksa y Thorin avanzaron con cautela, cada uno confiando en sus habilidades únicas mientras se acercaban a la entrada del observatorio. El sonido sordo que habían escuchado resonaba en sus mentes, un recordatorio constante de que el peligro acechaba en cada rincón de la Ciudad de Cristal. El brillo suave del orbe, aún encerrado en su sello, parecía intensificarse a medida que el misterio en la puerta se desarrollaba.

Thorin fue el primero en llegar a la entrada, sus ojos grises afilados como cuchillas mientras escaneaba la oscuridad exterior. A pesar de la avanzada tecnología a su disposición, no pudo detectar nada inusual. El aire estaba cargado de una tensión palpable, y el silencio que los rodeaba era casi insoportable.

—¿Ves algo? —preguntó Aleksa en un susurro, su voz apenas audible mientras se colocaba a su lado.

Thorin negó con la cabeza, frunciendo el ceño.

—No hay nada en los sensores, pero algo no está bien. Podría ser una forma de interferencia mágica.

Aleksa cerró los ojos por un momento, extendiendo su percepción mágica hacia el exterior. Sintió una presencia, tenue pero inconfundible, moviéndose en las sombras.

—Hay alguien ahí fuera —susurró, abriendo los ojos de golpe—Alguien o algo que no quiere ser visto.

Thorin asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. Activó un pequeño dispositivo en su muñeca, enviando un pulso electromagnético a través de la zona para detectar cualquier anomalía oculta. Durante un breve instante, una figura encapuchada apareció en la pantalla holográfica, apenas visible antes de que desapareciera de nuevo en las sombras.

—Ahí está —murmuró Thorin—Solo un destello, pero es suficiente. No estamos solos.

Aleksa apretó los dientes, preparándose para lo que venía.

—¿Qué hacemos? —preguntó, mirando a Thorin para ver si tenía un plan.

Thorin mantuvo la calma, su mente calculando las opciones.

—Dividámonos. Yo rodearé por la izquierda y tú por la derecha. Si nos coordinamos bien, podemos atraparlo entre los dos.

Aleksa asintió, sus ojos destellando con determinación.

—De acuerdo. Pero ten cuidado, no sabemos a qué nos enfrentamos.

Con un rápido asentimiento, ambos se movieron en silencio hacia sus respectivas posiciones. Aleksa se deslizó a través de la oscuridad, usando su magia para enmascarar su presencia mientras rodeaba el edificio. Sentía el palpitar de su corazón en sus oídos, pero se obligó a mantener la calma. Thorin, por su parte, avanzaba de manera sigilosa, usando los datos de su dispositivo para mantenerse fuera de la vista del intruso.

Mientras ambos cerraban el cerco, la figura encapuchada comenzó a moverse con mayor urgencia, como si hubiera detectado su presencia. Sin embargo, su escape fue interrumpido cuando Aleksa emergió de las sombras justo en su camino, su mano alzada con un hechizo preparado.

—¡Detente! —ordenó, su voz resonando con autoridad.

La figura se detuvo en seco, pero en lugar de atacarla o intentar huir, simplemente se quedó inmóvil. Thorin apareció detrás de la figura, su dispositivo activado y listo para neutralizar cualquier amenaza.

—No estás en posición de negociar —dijo Thorin con frialdad—Identifícate ahora mismo.

La figura encapuchada levantó lentamente las manos en señal de rendición, y con un movimiento pausado, se bajó la capucha, revelando un rostro joven y marcado por cicatrices, con ojos llenos de una mezcla de temor y desesperación.

—¡Espera! No soy un enemigo —dijo la joven, su voz temblorosa pero clara—Mi nombre es Lyra. Soy una… una desertora del Distrito Arcano.

Aleksa y Thorin intercambiaron una mirada, sorprendidos por la revelación. Lyra parecía no tener más de veinte años, pero en sus ojos había una profundidad que sugería que había visto más de lo que alguien de su edad debería.

—¿Una desertora? —preguntó Aleksa, bajando lentamente su mano pero manteniéndose en guardia— ¿Qué estás haciendo aquí?

Lyra tragó saliva, nerviosa, pero mantuvo su postura.

—Escuché rumores sobre ustedes dos. Sobre cómo estaban trabajando juntos para proteger el artefacto. Yo… yo también quiero proteger la ciudad. Pero no podía quedarme en el Distrito Arcano. Las cosas están empeorando allí, y ya no confío en nuestros líderes.

Thorin la miró con escepticismo.

—¿Y cómo podemos confiar en ti? No sabemos nada sobre ti ni sobre tus intenciones.

Lyra asintió, comprendiendo sus dudas.

—Lo sé, no tienen razones para confiar en mí. Pero sé cosas sobre el artefacto, cosas que podrían ayudarles. Por favor, solo denme una oportunidad de demostrarlo.

Aleksa observó a Lyra, sopesando sus opciones. Podía sentir la sinceridad en sus palabras, pero también sabía que las apariencias podían ser engañosas. Sin embargo, si Lyra decía la verdad, podría ser una aliada valiosa.

—Está bien —dijo finalmente Aleksa, dirigiéndose a Thorin—. Deberíamos escucharla. Si sabe algo útil, podría ser la clave para desentrañar el misterio del artefacto.

Thorin miró a Aleksa, sus ojos llenos de cautela, pero finalmente asintió.

—De acuerdo. Pero no dejaremos de vigilarte —advirtió a Lyra, su tono firme.

Lyra asintió rápidamente.

—Gracias. Les prometo que no se arrepentirán.

Con la tensión todavía palpable en el aire, los tres regresaron al interior del observatorio. Mientras caminaban hacia el centro de la sala, Lyra comenzó a hablar, revelando lo que sabía sobre el artefacto y los peligros que podría traer a la Ciudad de Cristal.

Y así, con una nueva y desconocida aliada en su equipo, Aleksa y Thorin se adentraron más en el intrincado laberinto de secretos y conspiraciones que rodeaban el artefacto. Las preguntas que surgieron esa noche no hicieron más que aumentar, mientras la amenaza que acechaba en las sombras se hacía cada vez más real.

Fin del Capítulo 7.



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En el texto hay: narrativo

Editado: 14.11.2024

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