Aclaracion: Antes de leer el capítulo quiero aclarar algo ya que algunos en los comentarios están un poco confundidos. La Compañera Del Alfa pasa años después de La Compañera Del Rey Vampiro.
Disfruten el capítulo.
Emma.
Con las manos entrelazadas entramos al salón principal, encontrándonos al señor Richard, William, a su novia pelirroja y a un chico desconocido para mí junto con una señora, sentados en los sillones teniendo una amena conversación que es interrumpida cuando notan nuestra presencia.
El primero en levantarse es el señor Richard.—¡Emma, hijo! Los estábamos esperando. Ya ha llegado nuestro primer invitado.—Señala al chico que se levanta de su sitio con una elegancia que jamás podré tener.
Lo primero que noto es su piel pálida un claro recordatorio de lo que es, así que siento mis manos sudar al caer en cuenta que estoy en la misma habitación con un vampiro.
¡Un vampiro! Me parece muy surrealista.
Mi corazón comienza a bombear muy rápido cuando el chico se acerca a nosotros.—Cristian, es bueno verte de nuevo.—Saluda a mi compañero con una gran sonrisa dibujada en sus labios, aunque no parece tan sincera a mi parecer.
—Eric, igualmente es bueno verte.—Cristian suelta mi mano para ponerla en mi cintura.—Te presento a mi compañera, su nombre es Emma. Emma…—Cristian se queda callado por un momento y es cuando caigo en cuenta que nunca le dije mi apellido.
—Willson, Emma Willson.—No pasa por desapercibido como Cristian, William y su padre fruncen el ceño, pero no le pongo atención ya que estoy observando como los ojos del chico brillan al verme. Por unos segundos me permito detallarlo dándome cuenta lo guapo que es, es castaño casi rubio y sus ojos grises, un gris profundo.
Me sorprende cuando toma mi mano para depositar un beso en forma de saludo, siento su sonrisa en mi piel.—Mucho gusto, Emma. Mi nombre es Eric.
—Igualmente un gusto.—Le devuelvo la sonrisa mientras nos vemos fijamente, por alguna razón me siento a gusto con su presencia y no, no siento ningún tipo de atracción por él de forma física, solo una rara sensación agradable.
Un carraspeo hace que deje de observar al tal Eric para volver a ver a Cristian que se encuentra con el ceño muy fruncido y en sus ojos refleja molestia.
—Disculpen, lo olvidaba.—El chico vuelve hablar. Voltea hacia la señora que se encuentra a unos pasos detrás de él—Ya conocen a mi querida nana, Eduvina.
—Claro que la recuerdo. Que bueno que haya venido.—Mi compañero me acerca a él al mismo tiempo que habla.
—Estoy ansiosa por la celebración .—La señora dirige su mirada hacia mí, se la devuelvo tratando de entender si es Vampiresa o loba, pero no parece de ninguna de esas especies.
—Cristian, quisiera hablar contigo en privado.
—Claro, Eric. Podemos ir a mi despacho.—Me suelta dándome un pequeño beso en los labios.—Te buscaré en un momento.—Vuelve a juntar nuestros labios en un beso más profundo que sin importar que esté su familia o los invitados, se lo devuelvo.
Nos separamos.—Iré a la habitación a guardar los vestidos.—Trato de convencerme que es por eso y no para huir lejos de William y de su novia, ya que me da nauseas verlos juntos.
Sin dirigirme a nadie más, salgo del salón hacia mi habitación.
Cristian.
Entro a mi despacho con el príncipe pisándome los talones. Voy directamente a mi silla sentándome al mismo tiempo que Eric se sienta frente a mí.
—¿Cómo están tus padres? ¿Por qué este año no han podido venir?—Le pregunto poniendo mis codos en el escritorio y recargando mi mentón en mis manos.
Damián y su esposa jamás se habían perdido una celebración de la manada y me parece sospechoso que ahora no hayan venido cuando hemos comenzado a sospechar de que el mismísimo Damián está detrás de los ataques.
Eric cruza sus piernas elegantemente haciéndome recordar a su padre.—Cristian, seré directo… Mi padre es el que los está atacando.
Ok, si tenía mis sospechas o más bien ya estaba seguro, pero que su propio hijo venga a confirmarlo me toma totalmente por sorpresa.—¿Qué?—Es lo único que puede salir de mis labios.
Frunce sus labios viéndome un poco hastiado.—Se supone que los lobos tienen buena audición, entonces debiste escuchar muy bien lo que he dicho.
Quito mis brazos del escritorio y me enderezo en mi asiento.—Si te escuché, solo… solo que me toma por sorpresa de que tu padre esté detrás de todo esto, se supone que nuestras familias se llevan bien.
Se encoge de hombros mientras su mirada viaja por todo mi despacho.—No deberías de sorprenderte, ya sabes como es mi padre.—Su mirada nuevamente queda en mí, una mirada vacía.
—¿Por qué me lo dices? ¿Sabes que estás traicionando a tu padre?
Mis sentidos se encuentran en alerta porque me huele mal que venga a vender a su padre, tiene que ser algún plan de ataque.
—Mi madre me ha pedido que te avisara.
—¿La reina?—Me sorprendo más—¿Por qué estaría traicionando a su marido?— Es absurdo que la mujer traicione a su compañero por nosotros, no le encuentro lógica.
La reina es una mujer que ama a su marido y sería incapaz de traicionarlo.
El chico ya hastiado pone los ojos en blanco.—Haces muchas preguntas. Mi madre es una mujer con un corazón noble y no le gusta que por causa de mi padre se estén perdiendo vidas inocentes… Además —Por primera vez un tipo de emoción se refleja en sus ojos.— Aquí tenemos algo que nos interesa y no gastes saliva preguntando porque no te lo diré, no es el momento.—Se levanta de su asiento y comienza a caminar mientras curiosea algunos libros que tengo en mi pequeño librero.—Mi padre tenía pensado atacar el día de la celebración de tu manada, mi madre supo de esto y para evitarlo lo convenció de salir de viaje en celebración por su aniversario de casados.—Toma un libro y lo hojea.—Siempre han llevado una relación de amor-odio pero a pesar de eso, mi padre no le niega casi nada. Aprovechando el atraso a la inminente masacre que mi querido padre planea hacer, mi madre me ha enviado aquí para que estén preparados. Eduvina se quedará aquí con ustedes, es una bruja muy poderosa y podrá ayudarles en los días difíciles que vendrán.
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Editado: 29.10.2024