Emma.
Mi papá solamente me observa analizandome luego de explicar cómo pude llegar hasta aquí a través de un portal que una bruja abrió para mi.
Se que suena muy loco y no lo culparía si no me cree, pero bueno espero que sí lo haga ya que todo el asunto de los hombres lobos si lo hizo, así que no debería parecerle loco lo del portal.
Uno, dos, tres minutos pasan y todavía me observa sin decir ni una sola palabra, así que cansada de este silencio tan abrumador; decido hablar.
—Papá, sé que es difícil de creer, pero di algo por favor.—Le pido.
Mi papá niega con una sonrisa tan característica de él.—No es que no te crea, hija. Claro que te creo, yo siempre he dicho que mi niña no miente, pero lo que estoy pensando es que regresaste por ese portal y dejaste mi carro allá. Se que es un carro viejo que a veces cuesta arrancar, pero era nuestro carro.
OH DIOS MIO.
El carro de mi papá, lo he olvidado por completo. Recuerdo lo mucho que le costó poder comprarlo y ahora yo por mis problemas he venido sin el carro. La culpa no tardó en invadir mi cuerpo.
—Papi lo siento.—Estamos en el sofá así que no dudo en acercarme y poner mi rostro en su pecho.—Estuve más pendiente de mi dolor, que no pensé en nada más. Buscaré un trabajo y ahorraré para comprarte otro carro.—Le prometo.
—No te preocupes mi niña, primero es tu bienestar y si para que estuvieses mejor era salir de ese lugar lo más pronto posible, hiciste lo correcto.—Con sus manos toma mi rostro.—Dime, cual fue la razón por la cual te fuiste, la última vez que hablamos te escuchabas feliz.
Sin poder detenerlo, las lágrimas salen mis ojos llenando mi rostro al segundo, hago un puchero porque no quiero llorar, pero el dolor en mi pecho se intensifica al recordar todo lo sucedido, al recordar a Cristian eligiendo a esa mujer. Mi padre me observa estupefacto cuando sollozos salen mis labios y mi llanto se intensifica, se que es la primera vez en que me ve llorar así ya que ni cuando era niña mostraba mi sufrimiento, pero ahora aquí estoy a mis veintidós años llorando como una niña pequeña en los brazos de mi padre porque me han roto el corazón.
Mi padre me suelta el rostro para envolverme entre sus brazos.—¿Qué ha pasado, Emma? Me estás asustando, hija.
Solamente niego en respuesta ya que por el llanto las palabras no salen de mis labios, solo sollozos.
Cuando me enamore de Daniel, pense que era el amor de mi vida, un amor verdadero, pero estaba equivocada; el amor que llegue a sentir por mi novio o ex novio no es ni la cuarta parte del amor que he llegado a sentir por Cristian, es un amor que se tatuo en mi alma y corazon, el es mi complemento y mi alma llora por su otra mitad.
Quisiera devolver el tiempo o advertirle a la Emma del pasado que no vaya a Lycans, que está mejor en Londres feliz con su novio, quisiera volver a ser esa Emma que era feliz, pero sé que Cristian, Lycans y los hombres lobos han marcado mi vida.
…………
Luego de veinte minutos en donde solamente pase llorando en los brazos del único hombre que jamás me decepcionará, pude calmarme y contarle lo sucedido. Mi padre se mantiene en silencio acariciando mi cabello mientras le cuento desde el principio, cómo conocí a William, el momento en que conocí a Cristian, los momentos felices que viví con él, la fiesta y la llegada de su esposa.
Mi padre da un respingo cuando menciono a esa mujer.
—¿Cómo se llama? ¿Cómo es físicamente?—Pregunta algo ¿temeroso?
—Se llama Alicia y no la pude detallar correctamente ya que estaba encasillada en mi dolor, pero lo que logro recordar es que es una mujer bella de piel algo morena, cabello negro.—Extrañada logro observar como mi padre traga saliva con preocupación en sus ojos.—¿Pasa algo? ¿Conoces a esa mujer?—Pregunto, aunque dudo mucho que la conozca.
El hombre frente a mi trata de cambiar su expresión, pero no lo logra del todo y esta actitud que mi padre está tomando es muy rara.
—No la conozco, solo quería saber cómo era esa mujer por la cual ese hombre te ha roto el corazón y ¿Sabes que?—Me da una sonrisa que me brinda paz.—Ese hombre no supo escoger, tú tienes algo especial, mi niña. Naciste para grandes cosas y hay que agregar lo hermosa que eres, así que trata de reconstruir tu corazón que por muy compañero tuyo de vida puede ser, pero algo mejor vendrá para ti.
No negaré que las palabras de mi padre apaciguaron un poco mi dolor. A partir de este momento trabajaré en borrar los recuerdos y el amor que le tengo a Cristian Harrison.
El sonido de mi celular me alerta de que ha llegado un mensaje que hace que mi atención vaya a aquel aparato.
Daniel: Hola. Necesito que hablemos ¿Te puedo llamar?
William
Jamás en mis tantos años de vida el arrepentimiento y la culpa me había consumido tanto como lo está haciendo ahora.
Estoy arrepentido y culpable de haber ocultado que mi hermano tenía esposa a Emma; la imagen de su rostro lleno de dolor, el momento en el que se ha desmayado vienen a mi mente y maldigo mil veces a mi hermano y a mi mismo. Hemos destruido a esa inocente chica alegre que un día se apareció a las afueras de la manada para comprobar nuestra existencia, mi hermano la destruyó en el momento que le ocultó que estaba casado y yo al ser cómplice de ese secreto.
Camino ansioso por toda mi habitación al mismo tiempo que paso mis manos de manera constante por mi cabello, las ganas de ir a su habitación y saber como esta me están matando. Se que en este momento aún se encuentra inconsciente ya que Eric me lo ha informado, pero aun asi quisiera estar con ella, poder compartirle mi calor, acariciar su rostro y poder permitirme ser el primero en ver el verde sus ojos cuando despierte aunque se que Eric no me dejara verla, por alguna razón él se ha encargado de velar por ella, se ha tomado el papel de protector y se encuentra muy enojado con nosotros, tan enojado que no me extrañaría que comience un ataque como los de su padre.
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Editado: 29.10.2024