Se encontraron gratamente sorprendidos cuando comprobaron que las informaciones, anónimas, que recibían se ajustaban a lo que realmente ocurría dentro de las mismas. Se encontraban ya cerca de la Junta de la empresa de Tomás Miranda, y se reunió la Junta de Presidentes de la Corporación.
Fernando: “Bueno, ahora hay que coger el toro por los cuernos. Disponemos actualmente del 54,86% del capital social de la empresa de Tomás, así que podremos hacer y deshacer a nuestro antojo, pero creo que deberíamos ir con cautela porque ese Tomás es muy traicionero y no me extrañaría de que intentase cualquier jugarreta para obligarnos a cambiar la intención de nuestro voto.
Mi propuesta para la Asamblea próxima es que rechacemos las cuentas, de esa forma obligaremos a dos cosas, por un lado tendrían la necesidad de reformularlas y por otro tendrían que reformar el Consejo de Administración…”
Lucía: “¿Se admiten sugerencias?”
Lourdes: “¿Qué tienes en mente?”
Lucía: “Creo que deberíamos llevar una contrapropuesta en vez de esperar que Tomás reforme su Consejo de Administración, deberíamos ser nosotros quienes forcemos esa reforma o mejor destituir el de Tomás y nombrar un nuevo Consejo… Sí sé lo que me van a decir. Que Tomás tiene casi el 40 % del capital, pero nosotros le ganamos con casi el 15 puntos en el mismo, sino quiere tener más problemas con la Justicia tendrá que adaptarse a lo que dispongamos…”
En la Junta se produjo un silencio tenso. La propuesta de Lucía, era provocar un enfrentamiento directo con Tomás. Aunque todos estaban de acuerdo con la idea, nadie se atrevía a ponerle el cascabel al gato.
Amanda: “¿A quién propones para sustituir a Tomás?, porque en el fondo esa es la idea que tenemos todos: Quitar a Tomás de en medio”
Lucía: “La verdad no sé quién puede sustituir a Tomás, pero creo que quien puede dirigir la transición de la empresa es nuestra Jefa Lourdes…”
Todos se rieron con la expresión de Lucía, la cual se puso como un tomate al comprobar la reacción del resto de los miembros. Lourdes le dirigió una mirada matadora y Lucía se avergonzó pero eso le duró lo que la risa, mal contenida, tardó en aparecer en el rostro de Lourdes.
Lourdes: “Bueno si no hay otro candidato llevaré las riendas de la empresa, sólo hasta que se nombre el nuevo Consejo de Administración y cuando esté funcionando que elijan a la que quieran…”
Lucía: “¿Y si es él?”
Amanda y Fernando dijeron al unísono, “No lo creo”, dejando a Lucía aún más perpleja. Sospechando que algo se traían entre manos. Después de la Junta fueron a su casa, para Lucía, aquella ya era su casa, aunque sus padres le habían regalado un pequeño apartamento en la casa de su Abuela, pero su casa era en donde vivía junto con Lourdes.
Lourdes: “¿A qué viene esa carita de enfado?”
Lucía: “¿Qué tramáis Fernando, Amanda y tú?
Lourdes: “Ellos no lo sé, pero yoooooo”, con cara de no haber roto un plato en su vida.
Lucía: “Sí, tú sabes que se está cociendo en la trastienda de la Junta, porque Paco me dio la enhorabuena…”
Lourdes: “Bueno Paco te dio la enhorabuena por lo del voto en la Junta de Gobierno, porque el que fueses miembro con voz pero sin voto fue idea suya…”
Lucía: “Entonces, según tú, fue Amanda quien los convenció para que, al momento de graduarme pase a tener voto en la misma…”
Lourdes: “Más o menos, se nota que vas bien encaminada…”
En ese instante Lucía se abalanzó sobre Lourdes tumbándola sobre el sofá del hall. Y comenzaron a besarse con pasión.
Lourdes: “Te quiero mi niña berrinchosa…”
Lucía: “Yo también te quiero, mi sorpresora mayor del reino…”, mientras se desvestía e intentaba hacer lo mismo con Lourdes.