Capitulo diez

- Cuando te piensas levantar – lo escucho pronunciar, así que rápidamente intento levantarme de encima de Asra, pero el dolor en mi brazo me impido que completara mi hazaña volviendo a caer encima de él.

Suelta un bufido y el mismo me empuja hacia un lado para bajarme de su regazo, se levanta del suelo sacude la tierra que tenía encima su pantalón se acerca al cerdo salvaje se acuclilla al lado del cerdo y saca la daga de su interior, voltea su mirada hacia mí, su mirada era seria no mostraba ninguna emoción pero de alguna manera no sentía como si hubiera hecho algo que podría considerarse como malo, era como si me juzgara con la mirada por lo que hice.

- No me mires de esa forma, salve tu vida – es lo primero que sale de mi boca aun sin que él diga nada.

- Claro, salvaste mi vida de un cerdo salvaje – hace una mueca – porque un cerdo salvaje si me puede matar, pero los humanos y los mitad bestia no – lo dice alzando una ceja.

Era más que obvio que no, si pudo con dos humanos armados también podía con un cerdo salvaje, pero no tenía conocimiento de que tipo de animal era el que corría hacia nosotros, tampoco sabía si era un animal o una mitad bestia, en este punto de mi vida realmente me esperaba cualquier cosa.

Me levanto lentamente sintiendo mi brazo escocer de dolor, al estar por fin de pie lo volteo a ver y veo que acerca su cara al animal muerto y respira profundamente con sus ojos cerrados, luego voltea su cara nuevamente hacia mi solo que esta vez parecía como si algo lo estuviera martirizando, mantenía su mandíbula apretada con las venas de su cuello intentando resaltar, sus ojos se encontraban fuertemente apretados mientras intentaba respirar profundo

Aun sin abrir sus ojos me ordena: - busca piedras y un poco de leña para encender una fogata – me dice – me encuentro un poco hambriento y ya que no piensas alejarte de mi haz algo bueno y colabora -dice al mismo tiempo en el que baja su cabeza con la mirada al suelo y suelta un suspiro pesado

- Emm... ah... yo... si lo hare enseguida – ha aceptado que me quede con él, aunque se que no le voy a ser de mucha ayuda, porque solo pensémoslo sabe defenderse de cazadores, humanos, tiene una perfecta puntería, una fuerza de otro mundo y es guapo, además de que me ha salvado dos veces de haber muerto, así que creo que no debería de quejarme por lo que me pida hacer.

Doy media vuelta y empiezo mi búsqueda de leña realmente no camine muy lejos ya que estaba rodeada de madera por todas partes, aunque la mayoría de árboles eran demasiado altos como para poder alcanzar a cortar alguna rama, solo fueron unos cortos pasos buscando un poco de madera, alce mi mirada topándome con una pequeña cascada cayendo a lo largo de un lugar bástate rocoso formando al final de esta un pequeño lago alrededor de este se encontraban varias piedras grandes y pequeñas, algunas estaban lo suficientemente cerca como para estar húmedas y las otras que se encontraban un poco mas lejos y se encontraban.

Di media vuelta para volver en donde se encontraba Asra, al llegar al lugar en el que encontraba lo que veo es Asra con sus dos manos en el suelo respirando entrecortadamente, con un poco de saliva chorreando de su boca lentamente intento acercarme a él, pero me detiene

- !!Detente ahí¡¡ - me grita toma su mochila de su espalda con una sola mano y me la lanza – allí hay una botella busca agua y llénala, escóndete en el lugar más profundo que encuentres y no salgas, aunque me escuches llamarte – di un paso hacia él con la intención de hacer caso omiso y ayudarle, pero lo único que hace él es alejarse y volverme a gritar - ¡¡que te largues de una vez!! –

Esta vez si obedecí, tome su mochila me la puse en el hombro y volví al pequeño lago en el que me encontraba hace un par de minutos, esto es el colmo se que fui yo quien insistió en irme con él y que no debería estarme quejando ya que no se opuso cuando lo empecé a seguir bueno aunque tampoco dijo que lo podía seguir, aun así tampoco era necesario que me trate así si no quería que lo siguiera solo tenia que decirlo no estaba la necesidad de que me gritase que me largara y si quería espacio para el solo con decir; "déjame a solas un momento por favor" era más que suficiente.

Luego de llegar al pequeño lago llenar la botella de agua empecé a caminar rápidamente hasta llegar a la cima de la cascada, no era muy alto, pero si fue un poco complicado llegar hasta acá, tomé un poco de agua de la botella y seguí caminando lentamente, me detuve al ver una madriguera de conejo un poco escondida entre las raíces de un gran y viejo árbol. Tomo mi forma de conejo y doy pequeños saltos hacia la madriguera para poder asegurarme de que se encontraba vacía.

- Estoy bastante lejos de donde él se encuentra como para que logre encontrarme – la madriguera se encontraba vacía así que arrastrando la mochila con mis dientes logre meterla al interior de esta.

Había pasado bastante tiempo y realmente no podía escuchar nada, pensé en salir de la madriguera, pero algo dentro de mí me decía que no debía de salir que era mejor obedecer lo que Asra había dicho y esconderme lo mejor que pudiera.

- Conejiita – escucho una voz cantarina gritar, sonaba un poco idéntica a la de Asra solo que un poco mas ronca y me provocaba escalofríos – donde estas bonita conejita – vuelve a gritar

Asome mi cabeza por la entrada de la madriguera, pero no pude ver a nadie cerca así que me volví a esconder en lo más profundo de esta "recuerda Eliza no salgas, aunque él te llame"

- Oh bonita conejita donde estas – lo vuelvo a escuchar con esa voz cantarina – ¿no saldrás a jugar conmigo? – era un poco escalofriante realmente tenia mucho miedo, pero había algo en esa voz que me atraía hacia él – ven pequeña conejita solo quiero saborearte un poco –

Tenia miedo, la voz cada vez se escuchaba un poco más cerca como si supiera donde me encontraba escondida, su voz era muy parecida a la de Asra, pero no quería creer que fuera él realmente le estaba rezando a todas las estrellas para que no fuera él.