Capítulo 1: La Confesión

María estaba nerviosa. Había estado saliendo con su novio, Juan, durante casi dos años, pero últimamente había estado sintiendo una atracción intensa por otra persona. Se sentía culpable por tener estos sentimientos, pero no podía evitarlo. Había conocido a Pablo en el trabajo y desde el primer momento había sentido una conexión especial con él.

Esa noche, después de cenar con Juan, María decidió confesarle sus sentimientos. Se sentaron en el sofá de su apartamento y María tomó una respiración profunda antes de hablar.

"Juan, hay algo que necesito decirte", comenzó María, mirando fijamente a los ojos de su novio. "He estado sintiendo algo por otra persona. Su nombre es Pablo y...".

Juan la interrumpió antes de que pudiera terminar. "¿Pablo? ¿El chico del trabajo? ¿Estás diciendo que estás enamorada de él?".

María asintió, sintiendo un nudo en la garganta. "Sí, lo siento. No quería lastimarte, pero no puedo ignorar lo que siento por él".

Juan se levantó del sofá y comenzó a caminar de un lado a otro de la habitación, claramente molesto. "No puedo creer que me estés diciendo esto. ¿Cómo pudiste hacerme esto, María?".

María se levantó y se acercó a Juan, poniendo una mano en su hombro. "Lo siento, Juan. No quería lastimarte, pero necesitaba ser honesta contigo. No quiero perderte, pero no puedo ignorar lo que siento por Pablo".

Juan la miró a los ojos, su expresión suavizándose un poco. "¿Qué quieres decir con que no quieres perderme? ¿Estás diciendo que quieres estar con los dos?".

María asintió, sintiendo un alivio al ver que Juan parecía estar dispuesto a escucharla. "Sí, Juan. Quiero estar contigo, pero también quiero explorar esta conexión que siento con Pablo. ¿Podemos intentar algo diferente?".

Juan la miró durante un momento antes de asentir lentamente. "Está bien, María. Si eso es lo que quieres, entonces lo intentaremos. Pero prométeme que serás honesta conmigo en todo momento".

María sonrió, sintiendo un peso levantarse de sus hombros. "Gracias, Juan. Te prometo que seré honesta contigo. Te quiero mucho y no quiero perderte".

Juan la abrazó con fuerza, sintiendo un torbellino de emociones en su interior. Sabía que esta nueva situación sería complicada, pero estaba dispuesto a intentarlo por el amor que sentía por María.