—¿En qué estás pensando?— le murmuró Dana a Lug suavemente al oído, posando la mano sobre su pecho en la cama.
Él se dio vuelta hacia ella:
—No sabía que estabas despierta— le dijo, sonriendo y dándole un beso en la frente.
—En esta cueva sin ventanas, es imposible saber si ya amaneció o no, pero creo que ya es de mañana. Aun así, no siento deseos de separarme de tus brazos todavía— le dijo ella, acurrucándose contra su cuerpo.
Él la abrazó dulcemente y le acarició el cabello con un largo suspiro.
—¿Te preocupa Akir?
—Akir, Juliana, Augusto, lo que oculta Humberto…— enumeró Lug.
—Hmmm— se mordió el labio inferior Dana.
—¿Me olvidé de algo?
—Lug…— comenzó ella, y luego calló.
—¿Qué pasa? ¿Tiene que ver con Cormac? ¿Con Nuada?
—Llewelyn— murmuró ella.
—¿Su habilidad?
—No, no exactamente. No quiero abrumarte con más cosas, yo…
—Dímelo, Dana. Nos prometimos sinceridad, ¿recuerdas?
—El anillo de tu madre.
—¿Qué hay con él?
—Está activo.
Lug saltó de la cama y comenzó a vestirse con urgencia.
—¿Y ahora me lo dices?— le reprochó.
—Lug, escúchame…
—¿Cuánto tiempo?— le espetó él.
—Varios días, pero…
—¡¡¡Varios días!!! ¡Por favor dime que Llewelyn no lo ha usado todo el tiempo! ¡Dime que lo tiene guardado!
—Ha estado en su dedo todo el tiempo— dijo ella con un hilo de voz.
—¿Dana, estás demente? ¿Cómo dejaste…?
—¡Lug!— lo cortó ella, tomándolo del brazo y obligándolo a sentarse en la cama. Él contuvo su furia por un momento y le dio la oportunidad de explicarse.
—Cormac y yo hemos estado intentando que lo deje, pero él se niega cada vez con más vehemencia. Cormac dice que si se lo sacamos por la fuerza podemos hacerle daño, que tiene que ser por su propia voluntad.
Lug se agarró la cabeza.
—¿Por qué está activo? Wonur está en su prisión, el anillo no debería servir— trató de razonar Lug.
—Cormac no lo sabe.
—¿Estás segura de que está activo?
—Sí, Lug.
—¿Y lo ha tenido puesto por días? ¿Cómo puede soportarlo? Yo apenas pude tenerlo en mi dedo por segundos antes de que casi me corrompiera irremediablemente.
—No parece tener ese efecto en él.
—Pero tiene un efecto, ¿cuál es?
—Está más sereno, maduro, seguro de sí mismo. La Perla le ha ayudado a controlar su habilidad y aumentarla de una forma increíble.
—¿Ninguna señal de corrupción en su comportamiento?
Dana suspiró.
—Reacciona de manera más agresiva ante los eventos, no de una forma viciada, sino más bien como un guerrero reaccionaría en defensa propia o de su gente.
—¿Eso es todo?— preguntó Lug, sospechando que había algo más.
—Cormac me dice que le ha mentido varias veces.
—¿Había razón para ello?
—Proteger la Perla.
—Esto no me gusta, no me gusta nada.
—Si Wonur no la está controlando, ¿entonces, quién?
—No lo sé— negó Lug con la cabeza.
—Cormac dijo que la Perla era un instrumento de amplificación. Algo así como tu espada, pero más delicado, más suave.
—¿Qué quieres decir? ¿Que tal vez nadie la está controlando más que el propio Llewelyn? Pero entonces, ¿por qué mentir para protegerla? Llewelyn nunca nos ha mentido, no está en su naturaleza.
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Editado: 12.10.2019