La constelación de Gabriel.

Capítulo 02.

En cuanto Gabriel había escuchado que Alyssa era hermana de la chica que había robado y destruido su corazón, una idea bailo seductora por su mente: venganza. A través de ella podría vengarse de Alessia, pues aún recordaba la adoración en cada una de las palabras que ella utilizaba para referirse de su hermana pequeña. «Es mi alma gemela, el amor de mi vida» escuchó nuevamente las palabras de Alessia en su cabeza, haciéndole pensar que una genial manera de mostrarle lo que es un corazón roto a la rubia, era lastimar a la persona que ella más apreciaba en todo el jodido mundo.

Observó con sus ojos negros como la pequeña pecosa no había aceptado su mano extendida aún, la vio debatirse en si aceptarla o no. Hasta que finalmente lo hizo, sacudió en un breve saludo su mano, diciendo en palabras suaves su nombre:— Alyssa Jones.

La voz de Alyssa le parecía irritante, tan aguda que casi podía asegurar, un grito de ella rompería todas y cada una de las copas y vasos de cristal que en el establecimiento se encontraban. Se obligó a dirigirle una sonrisa ladeada, de aquellas que sabía podían ponerla a sus pies; él había esperado algun sonrojo de parte de la pecosa tal y como su hermana lo había hecho cuando le conoció en ese mismo lugar, pero ella apenas y le había sonreído de vuelta.

Aquello lo irritó demasiado, ver su falta de interés en él solo le provocaba ganas de mandar a las hermanas Jones a la mierda total.

— Alyssa, lindo nombre —Sin descaro alguna aduló a la joven que le parecía de lo más ordinaria—, al igual que la dama que lo porta.

La pecosa apenas y pudo sonreír, no por falta de ganas, sino que no tenía idea de como reaccionar frente al hombre que desde hacía mucho era él dueño de sus pensamientos. Le resultan tan difícil creer que él, Gabriel Mossan, estuviese frente a ella elogiando su nombre y no solo eso, si no ¡también a ella!.

Murmurando un torpe «gracias» sólo atinó a huir de ahí, excusándose con que era demasiado tarde para estar en una ciudad que no conocía en lo absoluto y no es que estuviera mintiendo respecto a desconocer la ciudad. Caminando entre la gente, Alyssa se abrió camino, intentando tener el mínimo contacto con todos las personas que bailaban disfrutando de la música que sonaba por todo el recinto; por un instante se detuvo a observar como todos danzaban y su cuerpo vibró de anticipación por querer moverse también con la música. Era algo que le avergonzaba aceptar, ella era una excelente bailarina como cantante, tenía una facilidad para sumergirse en el mundo de las notas musicales que bien ella podría ser la hermana talentosa en la familia.

— ¡Alyssa!

Aquel grito le resultó familiar a la rubia. De inmediato se giró para poder presenciar quien era el responsable de haberla llamado y lo encontró, Gabriel luchaba contra la multitud para poder llegar hasta dónde la pecosa se encontraba. A la rubia no le pasó desapercibido que él vestía tan formal aún estando en un club que estaba diseñado para relajarse, parecía tenso, tan ofuscado por alguna razón, y ella ansiaba poder saber que era aquello que lo mantenía en aquella postura tan estresante a simple vista.

En cuanto él llegó a su lado, se sintió axfisiada con su colonia tan varonil; el leve olor a brandy, cigarrillos y aquella loción le estaban provocando una leve presión en el vientre que bien podía identificar como solo una cosa: excitación. Alyssa estaba exitada al ver a aquel hombre de imponente presencia buscarla entre la multitud con desesperación, también al observar su cabello negro caer desordenado por su frente y no bien peinado hacia atrás como acostumbraba verlo en las revistas y/o reportes de la farándula; eso sin hablar de lo que le acababa de provocar el poder fijar sus ojos en aquellos labios finos y un tanto oscuros entre abiertos en busca de oxígeno. ¡Caramba, qué Gabriel era toda una tentación! Y ella estaba muy consiente de lo débil que era al tratarse de ese hombre.

— ¿Qué ocurre, Gabriel? —Se atrevió a tutearlo en su interrogativa. Decir que no le costó dejar fluir su nombre entre sus labios sería mentir, puesto a que en primera instancia sintió que no lo lograría.

Él le dedicó una gran sonrisa mostrando su perfecta dentadura, aquello no hizo más que revolverle el estómago y confundirla aún más en su estado extasiado tras haber conseguido el leve Interés de aquel hombre sobre ella. Pues, aunque Alessia sabía reconocer su belleza, también le costaba estar segura de ella misma cuando siempre había crecido siendo la sombra de su perfecta hermana, y no era de menos, puesto que Alessia era grandiosa en todo lo que hacia; en cambio, ella no. Por ello, ahora no podía dejar de sentir aquel nerviosismo invadir su ser al tener al hombre de sus más sucios sueños frente a ella.

— Ocurre que no puedo dejar que te marches —estipuló sin dejar margen a un posible oposición de la chica pecosa que removía nerviosa sus blancas manos sobre su vestido—. No cuando has logrado cautivarme, Alyssa.

Los labios de Alyssa formaron una perfecta "O" después de haber escuchado tal confesión proveniente de Gabriel Mussan. Y que la jodieran si no lucía tan malditamente atractivo con las luces fluorescentes de los reflectores iluminando su rostro con rasgos moros, aquel mismo que a ella tanto le resultaba atrayente. No tenía palabras para describir que tanto le había temblado el corazón cuando escuchó aquellas palabras, tampoco para poder explicar porqué sus bragas estaban húmedas.

— Y-yo —tartamudeó la pecosa y él casi quiso burlarse de su ingenuidad, era claro que era inexperta ante cualquier romance con alguien, su postura nerviosa se lo gritaba en la cara—. No se que decir, Gabriel.

«Podrías decirme en dónde está Alessia, Najima» pensó riendo levemente simulando haber sido enternecido por el actuar de la rubia con constelaciones en el rostro. Se sentía mal por tener que usar a la dulce pecosa para poder llegar a su descarada hermana que había robado su corazón, sin embargo, aquel sentimiento fue tan efímero que tal como llego se fue, dejando solo aquel sabor amargo de desolación que últimamente sentía cada vez más al ver toda la publicidad de la boda de su dulce Alessia.



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En el texto hay: perdon, romance, venganza

Editado: 20.12.2021

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