Salón Rojo. Zona de la competencia.
La arena donde competían se aisló con un escudo amarillo, hecho por los escuderos del palacio. Una protección muy útil para evitar daños secundarios de la batalla que se estaba llevando acabo.
Era una batalla feroz donde cada uno de los participantes luchaban por sobrevivir, porque no solo se enfrentaban a ellos mismos, eso sería demasiado fácil. Para hacer de esta selección algo interesante se pusieron obstáculos.
Los escoltas de la emperatriz estaban posicionados alrededor de la arena, su objetivo era hacer más difícil la prueba. Con sus habilidades y su experiencia no tardaron en ganar ventaja sobre los demás.
Elio y Zac, junto con los hermanos Relos se quedaron protegiendo a la emperatriz debido a que sus habilidades requerían un contacto físico, mientras que los demás disfrutaban haciéndole daño a los participantes.
Zyan fue el que hizo de la prueba una trampa viviente. Con su poder demoledor partió el suelo y lo hizo un campo inestable para caminar, al igual que con sus habilidades con las plantas hizo un mar de raíces anchas y venenosas.
Ezra y Leo permanecieron en sus lugares, observaban y de vez en cuando hacían uso de su poder para intentar dañar a los participantes.
Carlo tomo ventaja de las raíces que había creado Zyan, como ambos era terrarios pudo controlar bien el poder del escolta. Su ventaja acabo con el fuego de Leo quien termino lastimándolo de un brazo mientras que Ezra lo envolvió en ondas desestabilizadoras.
Gala y Lía decidieron hacer una alianza temporal para acabar con Carlo, lo envolvieron en un torrente de aire y agua que le impedía moverse. Lanzaron su cuerpo lejos de ellas una vez que estuvo inconsciente. Una amenaza menos.
La emperatriz observaba como las dos chicas ocultaban sus miradas una de la otra.
Interesante, pensó.
Su alianza se terminó y ahora tenían que enfrentarse al escudero que permanecía intacto envuelto en una burbuja roja hecha de energía destructora. Tenía que hacer que el atacara primero para que la burbuja desapareciera, pero Luka no tenía intención de destruir la única protección que tenía.
Ezra viendo esto utilizo su poder. El poder del chico se desestabilizo y su escudo desapareció por momentos. Ante su incapacidad de mantener su propio escudo tuvo que atacar, la marina no lo dudo y lo envolvió en una corriente de agua.
Un error fatal.
El escudero ante la amenaza de no poder respirar envolvió el cuello de su atacante en una soga hecha de su propia energía.
La falta de oxígeno los hizo desistir de su ataque cuando sintieron que el viento los envolvía. Lía los elevo en aire y los dejo caer.
Cayeron rendidos en el suelo. Se veía sangre salir de sus bocas.
Ezra miro al falco. La emperatriz con suave gesto de sus labios le pregunto si habían muerto. El escolta se acercó y tomo sus manos. Aún había flujo de energía, pero en el caso de la marina se estaba acortando. Iba a morir. Volvió a mirar arriba.
La respuesta lo confundió.
Sálvala. Decían los labios de su ama.
Sin dudarlo hizo lo que le pidió.
Eider había visto una conexión entre la marina y la Velia, algo mucho más que amistad. Eso hizo que se interesara un poco más en la prueba, pero lo que realmente llamó su atención fue la letalidad de los ataques de la Velia.
En el último de sus ataques lanzo por los aires a sus rivales, pero por una fracción de tiempo se pudo apreciar en su cara dolor.
Eider veía como sus emociones cambiaban de colores. El azul y el negro envolvían a la aparente ganadora. Tristeza y miedo.
Parecía que había ganado, su familia festejaba en su propio falco.
Carlo no dejó que eso pasara.
Hubo gritos.
Demasiados.
El miedo y la tristeza se apagaron de repente.
Lía había sido perforada.
En su estómago había un hoyo donde había pasado el tallo de una planta. Carlo había esperado el momento oportuno para atacar.
El clamor del público no se hizo esperar, todos los que habían estado apoyando a Carlo se levantaban de sus asientos para gritar su nombre. Todos, incluso los nobles.
Esto es lo que verdaderamente los une, el sufrimiento de otra persona. Festejaban y vitoreaban a Carlo, el chico sonreía al público de forma demencial mientras se vanagloriaba de su acto. Pateo el cuerpo de la chica y puso su pie encima de ella.
Esto hizo que los gritos se hicieran más fuertes.
Los escoltas se retorcían en sus lugares, ellos sabían que algo malo iba a pasar.
Carlo festejaba y se inclinaba ante el público que lo alababa, fue hasta que se atrevió a mirar al falco donde estaban los emperadores que se dio cuenta que faltaba la Emperatriz. Se sintió indignado, lleno de ira pensó todo tipo de insultos hacía la corona. La familia Ignis lloraba desconsolada por la pérdida de su hija. El chico les hizo una mueca de desagrado. Se agacho para levantar el cuerpo de Lía cuando un nuevo oponente se presentó ante él.
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Editado: 26.05.2023