CAPITULO X
BESOS BAJO EL MUERDAGO…
Quién lo diría ya había pasado el año escolar, como había adelantado suficientes materias y mis promedios eran casi perfectos, si deseaba podía tomarme el año siguiente sin cursar, pero quien querría perderse de compartir el último año con los mejores amigos que se podían imaginar, si todo salía como lo planeaba en poco tiempo, debería irme del pueblo que me había visto crecer, que me había visto sufrir y por fin encontrar el amor.
El separarme de Anghelo me preocupaba, nunca nos habíamos distanciado, no por tanto tiempo.
Caleb… pensar en que estaríamos juntos me rizaba la piel, los dos en la misma universidad. Ambos soñábamos con ir a Harvard o Princeton habíamos mandado nuestros trabajos para solicitar una beca, solo necesitábamos una respuesta. Por mi parte, me había tenido que esforzar bastante para lograr unos promedios altos ya que sino jamás me aceptarían en ninguna universidad de ese tipo de categoría y Caleb tenía la bendición de poder solventar su carrera en la universidad que él se propusiera. Y los gastos que eso implicaba.
Como todos los años festejábamos navidad en nuestra casa, pero luego de medianoche la familia Delladova, los padres de Franco y Pablo, realizaba una fiesta donde asistía todo el pueblo, luego de cada fiesta todos nos sentábamos a orillas de la costa frente a una fogata y hablábamos de lo vivido en el año. Era una fiesta muy esperada por todos.
Esa tarde tomé mis ahorros y le pedí prestada la camioneta a mi hermano.
_mmm, se te ve muy contenta estas ansiosa por la fiesta de esta noche.
_si, es la primera navidad que pasamos como pareja. le respondí a la ligera tomando unas galletas del frasco que estaba sobre la mesada de la cocina.
_necesitas dinero? Me pregunto casi corriendo para aminorar mi paso. Lo mire con incertidumbre, me intrigaba saber de dónde había deducido que iba de compras. _ no te hice ningún regalo por tus calificaciones, así que no quiero que gastes tu dinero, en Estados Unidos tendrás tus gastos y quiero que despilfarres tu dinero ahorra todo lo que puedas. Lo mire y note su preocupación y angustia por mi partida. Lo abrace.
_no tienes por qué premiarme por nada, mucho menos por sacar buenas notas. Le dije al oído.
_sé que sientes que es tu deber, pero también es mi deber premiarte de vez en cuando o por lo menos déjame mimarte ¿sí? Me dijo con la ternura y amabilidad tan característica de él.
_porque no guardas tu ese dinero y sacas a tu novia de paseo. El me miro boquiabierto _crees que no lose, vivimos en un pueblo demasiado chico. Le sonreí y giñé mi ojo.
_si, ya lo creo. Murmuro _ aun así toma, mi novia está conforme, así como esta.
_hay te pusiste colorado, que tierno! Tomé las llaves y tratando de esquivar el bulto quise seguir lo más rápido, pero él siempre me llevaba la delantera
_ ¡Na, na, na! Toma te lo tienes merecido. Coloco el dinero en el bolsillo de mi camisa. _ve y cómprate algo lindo.
_gracias. lo besé y salí cerrando la puerta de casa.
Fui a comprarme un vestido ya que Anghelo insistió en que debía ser lindo por lo que esta vez dejé la sencillez que me caracterizaba en la forma de vestirme.
Entre a la tienda de SAnder`s y en vidriera había un vestido que solo en mis sueños podría usar, pregunte por curiosidad el precio me imaginaba que nunca podría pagar uno así, al escuchar el monto mire mi bolsillo cerré los ojos y dije _me lo probare. Aun así, sino me alcanzaba quería vérmelo puesto
No deje de pensar en la expresión de Caleb al verme en ese vestido, me miraba en el espejo y por fin me encontraba guapa, tan hermosa como la mujer que el hombre que yo amaba se merecía. Marcaba mi silueta, mi cintura, mi cuerpo había cambiado desde el año pasado a ahora, mis curvas estaban bien definidas, mi cola, hasta mis pechos habían crecido, eran firmes y redondos y este vestido me quedaba como los dioses. Por un momento me ruborice y pensé que diría Caleb al vérmelo puesto, me estremecí al imaginar sus manos sobre mi cuerpo, soñando como me lo arrancaba en vez de apreciarlo, volví de mi ensueño y me dije _me veré lo suficientemente sexy.
_o si ya lo creo. Escuche una vos muy familiar.
_Pam… que sorpresa! Corrí a saludarla.
_te ves preciosa Lizz. Dijo en tono de preocupación. _por lo que escuche… quieres verte sexy? Solo la mire alejándome de su abrazo _solo te pido, no vayas hacer ninguna locura que luego vayas a arrepentirte.
_locura!! Quédate tranquila Pam, Caleb nunca me faltaría el respeto. Además, no, no hemos insinuado nada de ello. Dije con incomodidad
_que? pregunto desencajada
_si, como lo oyes… es solo. Que él no me ha insinuado nada con respecto a ese tema, a veces me digo que es porque él es demasiado ubicado, demasiado caballero y luego, pienso que yo no soy… me senté en un sofá
_lo suficientemente sexy…termino Pam mi frase _ya veo. Se sentó a mi lado acompañando mi incertidumbre. _pues, entiendo, pero yo que tú me quedaría tranquila y agradecería que todavía no me insinué nada sobre eso. Dijo casi perturbada por tener que hablar de este tema conmigo, pero ella sabía que con quien más lo podría hacer, ¿con Anghelo? ¡Na!
_él es tan correcto, que quizás ni tenga eso pensamientos, o quizás es demasiado maduro como para entender en que nos meteríamos en grandes problemas si algo sale mal.
_tu eres perfecta, tanto para él, como para cualquier hombre. Es solo que también debe tener sus miedos al respecto.
se acomodó en el sofá para mirarme más de frente _Lizz… tu eres como una segunda hija para mí. Asentí. _ pero, debes saber que cuando llegue el momento piensa bien si es realmente con la persona que lo harías, si realmente estás segura de lo que vas a perder. ¿Me entiendes?
#4540 en Novela romántica
#285 en Joven Adulto
amistad y amor, amistad reencuentros perdon, problemticas adolescentes
Editado: 11.06.2020