- Sigueme, - exclamó la mujer.
La seguí.
Al principio dude.
Me hice muchas preguntas que al parecer no tendrán respuesta, las dudas seguían y las preguntas inundaba en mi mente, - ¿Qué hace una mujer hermosa en el bosque?, ¿Porqué tiene una cabaña en medio de la nada?, ¿Cómo fue que me encontró?, esas preguntas rondaban por mi mente una y otra vez.
La mujer iba delante y yo tras ella, durante el trayecto ninguna de las dos no dijimos nada, caminábamos en completo silencio.
Tenía malos pensamientos por el hecho que mí mente me advertía que debo dejar de seguirla pero la poca conciencia que tenía no le hizo caso, solo continúe tras ella.
En un momento dado sin darme cuenta me había adelantado de la mujer, o sea eso creía yo, me voltee para mirar si estaba tras mío pero para mí sorpresa ya no estaba.
En lo primero que pensé fue que mi mente estaba volviendo a jugar conmigo, también me di cuenta que aún seguía en el mismo sitio.
No entendía nada de lo que acababa de pasar, o sea cómo que sigo en el mismo lugar, qué pasó de la mujer vestida de negro.
Acaso todo fue producto de mi imaginación.
No lo sé, estaba más confundida que antes. No se si quiero reír, llorar, gritar o correr, me siento tan impotente, no logró entender ni en lo más mínimo en la situación en la que me encuentro.
Me senté en el mismo lugar en el que me había sentado anteriormente pensando en todo lo ocurrido, y no encuentro una explicación lógica para aquello.
Supongo que todo fue producto de mi imaginación.
Suelto un suspiró.
Escuche una carcajada.
- Querida yo no soy producto de tu imaginación, - exclamó una mujer con sarcasmo, se me erizo la piel con tal sólo escuchar su voz.
En ese mismo instante quería gritar y correr, pero no podía hacerlo.
Me quedé inmóvil.