La Dama De Negro

CAPÍTULO 11

 

 

 

— Averiguarlo por ti misma, — espeta la señora con tranquilidad, yo en cambio rodé los ojos.

— ¿Cómo puedo averiguarlo?, — pregunté después de algunos segundos, la señora me miró con una sonrisa, — Esperó que tengas logística, — Dijo sin dejar de mirarme, a lo que yo cuestionó con el rostro confuso pero la mirada desafiante — ¿A que te refieres? — Te daré un ejemplo, sino entiendes no es problema mio, — Pues bien, — Respondí con curiosidad, — ¿Cómo llegue a tu habitación? si anteriormente estaba sentada en la cocina charlando contigo, — Dice con mucha seriedad y encogiéndose de hombro.

Era muy obvio y además tiene mucha lógica con lo decía, aunque ni siquiera le había preguntado de como había llegado a mi habitación pero eso no importaba lo que aquí sí importaba es cómo mi madre apeteció así de la nada.

Y ahí mismo entendí todo.

— Ohhhh ya lo entendí, GRACIAS!!! — Dije con una sonrisa en el rostro. — De nada, y ¿no quieres saber como llegue a tu habitación?, — Preguntó, a lo que respondo, — Eso es lo qué menos importa, — Ella solo me observa de forma incrédula, — Sí tú lo dices! Pues bien, — Espeta con desinterés.

Sin darle importancia salí de la habitación dirigiéndome hacia la escalera.

Como la escalera estaba conectada con la sala enseguida la pude ver, al parecer ella detectó mi presencia y me mira con una cara que expresa algo como 
*<¿Qué quieres?>*, y algo me dice que ella no era mi madre, algo de ella no me cuadra, baje la escalera dirigiéndome donde se encuentra ella seguía observándome con la misma cara que antes. Al acercarme a ella, habla, — ¿Qué quieres?, — Es lo primero que dice, yo simplemente la mire extrañada por la forma en que me habló, parecía molesta o no se como explicarlo pero se que no es mi madre, — ¿Puedo sentarme a tu lado?, — Pregunté tímidamente a lo que ella acepta, me senté a su lado, el ambiente era bastante incómodo, el ambiente era muy tensa.

Yo nunca sentí esa sensación cuando estaba con mi madre pero al estar con está sentía como la piel se erizaba, ninguna habló por la cual era aún más incómodo, quería preguntarle algunas cosas pero no tenía el valor suficiente, cuando me iba a levantar ella habló, — ¿Querías preguntarme algo?, dice con una voz serena y tranquilizadora, — Emmm....solo olv... — Fui interrumpida por ella, — Solo pregunta, — Insiste con curiosidad, — Ok, — Dije algo fría y cortante haciendo la primera pregunta, —¿Porqué no estabas en tu habitación? cuando fui a buscarte no te había encontrado. — Miraba por todos lados buscando una excusa, es como si fuese que las paredes puedan darle alguna excusa. — Pues estaba en la habitación para invitado. — respondió sin mirarme.

La peor mentira que escuchado en mi vida, conociendo bien a mi madre casi nunca entra en la habitación para huésped excepto cuando va limpiar u ordenar.

— Que raro, — Fue lo único que salio de mi boca, ella simplemente sonríe. Justo se me vino la pregunta perfecta, a está si que no va encontrar una excusa que le ayudé a mentir. — ¿Dónde está papá? — Pregunté sería, ella de inmediato me mira con una cara que no sabe que decir al respecto, pero después de algunos segundos responde, — Tú padre tiene un asunto pendiente así que fue a solucionarlo. — respondió mirando fijamente la pared

QUEEEEEEEEEEEEEE!!!!!!!! eso es la mentira más absurda de todo el mundo, me reí fuerte llamando su atención, — ¿Estás bien?, — Pregunta incrédula, — Sí, pero dejame decirte algo eres terrible mintiendo, — Dije casi gritando y enfadada, a lo que ella me da una bofetada diciendo — No me vuelvas a gritar pequeña malcriada. — Sin creer lo que acababa de pasar, me levante de inmediato dirigiéndome hacia la escalera, — NO ERES MI MADRE, — Grite desde arriba y fui corriendo a mi habitación poniéndole seguro. Respire profundo y luego empecé a caminar en círculo tratando de procesar todo lo ocurrido allá abajo.

— ¿Qué tienes?, — Pregunta la señora preocupada, sin responder a su pregunta, la respondo con otra pregunta enfadada — ¿Y tú aún sigues aquí?, —  A lo que ella responde — A donde quieres que me vaya!, — No dije nada, simplemente susurraba.

—ELLA NO ES MI MADRE, ELLA NO ES MI MADRE, ELLA NO ES MI MADRE, ELLA NO ES MI MADRE, — es lo único que podía decir y lo repetía una y otra vez, aquella señora solo me miraba con preocupación y al final decide hablar, — Te lo dije, — Dice levantándose de la cama.




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