La Dama De Negro

CAPÍTULO 21

Ella quiere matarme.

Ella quiere matarme.

Ella quiere matarme.

Ella quiere matarme.

Murmuré apenas audible, estaba agitada y asustada.

Supongo que Giovanni no oyó lo que dije por qué no dijo nada al respecto, solo puso una cara de confusión.

Era la razón por la que no quería dormir por las noches porque era un infierno.

No recuerdo casi nada, lo único que sí recuerdo es que alguien quería matarme.

Solo pensar en eso me hacía sentir fatal.

Hundí más mi rostro en el cuello del chico que me estaba abrazando.

Sé que él está muy preocupado por mi estado, pero no había nada que hacer.

Mi padre cree que todo esto es una actuación, pero no es así, y yo quiero que él entienda eso.

 

**************


Estaba sentada leyendo un libro viejo en la biblioteca, no tenía pensado en volver a casa por el momento.

Todos los libros de acá estaban viejos y llenó de polvo, también había telarañas por doquier.

Me había aburrido de leer libros, no tenía nada interesante. Me levanté y empecé a buscar otro, caminaba de un lugar a otro en busca de algo que llamase mi atención.

Escuché algo caer a unos cuantos metros de mí.

Un periódico.

Me acerqué a aquel periódico viejo y lleno de polvo. Lo levanté, lo iba a volver a colocar al lugar del que se había caído.

Pero.......

Una parte de aquel viejo periódico llamó mi atención.

MASACRE DE LA FAMILIA COLLINS 
 


El apellido Collins ya había leído en algún lado, pero no logro recordar donde lo había leído.

Comencé a leer.

Masacre de la familia Collins
 


 

Una familia bastante conocida en la aldea fueron hallados muertos en su cabaña que quedaba en el bosque.
 


La familia Collins son de Irlanda, cada cierto tiempo vienen a pasar las vacaciones en el condado norte de Carolina del Norte en su cabaña. Son unas personas muy buenas y muy reservadas.

Por desgracia, en la mañana del 13 agosto fueron encontrados muertos por unos de los guardabosques que estaba haciendo su recorrido rutinario. El Sheriff había dicho que habían muerto en la noche del 12 de agosto.

Habían encontrado a una sobreviviente, la hija de dieciséis años, Valéry Collins Spallanzani.

La señora Margareth Spallanzani de Collins, de treinta y ocho años de edad, había recibido diez puñaladas con arma blanca.
El señor William Collins de Spallanzani de cuarenta años de edad, había recibido dos disparos en la cabeza, lo cual había acabado con su vida instantáneamente.

Los hijos fueron torturados y asesinados brutalmente.

Judith Collins Spallanzani de diecinueve años de edad, fue ultrajada con objetos y degollada con una cierra eléctrica.
Masón Collins Spallanzani de trece años de edad, había recibido un disparo en la cabeza y otro en el corazón.
Los mellizos Jayden Collins Spallanzani y Kayden Collins Spallanzani de siete años de edad habían sido torturados, le habían cortado los pies y las manos con la misma cierra eléctrica con la que habían degollado a la hermana mayor de diecinueve años de edad.

La última niña de diez años de edad, Jada Collins Spallanzani, no fue encontrada. continúa su búsqueda.

El sheriff de la aldea había dicho que Valéry, la hija de dieciséis años de los Collins, había asesinado a toda su familia, también mencionó que ella intentó autolesionarse por algunas heridas que tenía.

Hasta el momento no hay sospechosos nuevos, y todo apunta a Valéry, ya que es la única que sigue con vida.

Después de haber leído todo aquel periódico me quedé perturbada, no podía moverme del lugar.

Y recordé que el apellido Collins había leído en la computadora de mis padres, y recuerdo que no había leído aquel archivo porque ellos llegaron en ese momento.

Tuve muchas dudas y preguntas, es que todo esto era muy confuso.

Mire de qué año era el periódico, era de agosto de 1995, de hace mucho tiempo.

Me puse a buscar más periódico de ese año.

Busque y busque y no había hallado nada en concreto.

—Elena, sigues aquí?, —preguntó una voz que reconocí de inmediato.

—Sí, —afirmé.

—Tu mamá está preocupada por ti, —me hace saber.

Me sentí mal por un momento.

—Pues dile que estoy bien.

—Te mando esto, —dijo bajando en unas de las mesitas una bolsa negra.

No sé lo que habrá dentro y ni me interesaba saberlo.

—Gracias Giovanni.

Él sonrió y asintió.

—Oye...., —me cortó antes de que pudiera seguir hablando.

—No se lo diré a nadie que estás aquí. —dejo salir.

Sonreí, no era eso lo que quería decir, pero me alegraba escuchar aquello.

—Lo sé y gracias por eso.

—Si necesitas algo sabes donde localizarme. —me hace saber.

Asentí con la cabeza.

Cuando él se estaba por ir, hice la pregunta que quería hacer anteriormente.

—¿Sabes algo de la familia Collins?.

Él detuvo sus pasos y volteo para mirarme.

—No mucho, —dejo salir apenas audible.

Él parecía estar tensó y nervioso.

—¿Me lo cuentas?, —pregunté dubitativa.

Como se había quedado en silencio, añadí: -Si no quieres hacerlo, no te preocupes.

—La familia Collins era muy conocidas en la aldea por más que ellos eran reservados y antisociales. Mi abuelo encontró los cadáveres de la familia cuando estaba haciendo su patrulla en el bosque. Según mi abuelo Valéry tenía problemas mentales y fue ella quien acabó con todas sus familias, también era la única sospechosa en ese momento y no había ninguna evidencia que apuntará a otra persona.

Saber ese detalle fue impactante.

Pero tenía curiosidad de que habrá pasado de Valéry.

—¿Qué pasó con Valéry?, —pregunté con curiosidad.

—Ella fue encerrada en un manicomio, de la cual escapó después de tres meses, volvió a la cabaña, después de eso nadie sabe qué pasó de ella, algunos de los aldeanos habían dicho que se había quitado la vida, otros que sigue viviendo en la cabaña en busca de venganza, pero ninguna de las teorías no fueron confirmados.




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