Capítulo 8

El sonido de la alarma daba comienzo a un nuevo día y una nueva rutina tanto para Manuel como para Cathia, y como a diferencia de otros días en cuanto la alarma sonó los dos se levantaron de la reconfortante cama para comenzar sus actividades, mientras Manuel fue a tomar una ducha Cathia comenzó a hacer los deberes comenzando en su propia habitación y después prosiguió a preparar los desayunos mientras Manuel se terminaba de preparar y despertaba a los niños, y como sería muy lógico a diferencia de todos los días Cathia no se dispuso a disfrutar el desayuno con su familia, sino que lo tomo muy de prisa mientras terminaba de ordenar los almuerzos y lo que se había ensuciado en la cocina, ella  pensaba que si realizaba las actividades a la par sería más fácil terminar con todos los pendientes a tiempo para ir a dejar los niños al colegio y poder hacer compras y el resto de los pendientes y quedar libre para poder marcharse a su nuevo empleo en el horario adecuado.

La mañana continuo sin ningún contratiempo y muy apegado al plan de Cathia, los niños emprendieron su camino al colegio y Manuel a su empleo, no sin antes prometer que llegaría a las 3:00pm en punto, Cathia fue a hacer las compras del día al supermercado cerca de su casa y a diferencia de otras veces, se encontró a la gran mayoría de sus vecinas, que como ella iban a hacer las compras muy temprano, aunque ella siempre iba a medio día, pues disfrutaba más que el supermercado estuviera casi desolado en ese horario.

Cuando Manuel llego a su trabajo la secretaria lo llamo junto con todos los contadores para poder dar la noticia que tanto ansiaban, por fin dirían quien se quedaría con el contrato nuevo del cliente extranjero, la junta comenzó y los pendientes se asignaban a todos excepto Manuel, Jack y Juliana, todos con contratos en la empresa por más de siete años, obviamente el CEO no arriesgaría el contrato en manos de cualquier persona y los que se quedaban en esa oficina expectantes de noticias eran los más confiables para el Señor Contreras.

-Bueno ya que todos tienen sus actividades asignadas pueden retirarse.- El Señor Contreras espero que el resto se fueran para poder continuar hablando.- Bien, ustedes tres son mis mejores hombres y el contrato solo quedara en manos de uno de ustedes, los reportes no los puedo comparar porque tienen el mejor desempeño pero haremos una pequeña entrevista con el cliente y dependiendo sus aptitudes y actitudes el cliente y yo haremos una evaluación de quien sería el mejor para llevar este contrato.

Manuel sabía que no sería fácil pero estar entre los últimos tres de toda la compañía era algo que si o si lo beneficiaria, todos volvían a sus puestos y cuando fuera hora se reunirían con el cliente.

Un par de horas después los tres últimos candidatos se reunían de nuevo en la sala de juntas esta vez, con el cliente presente, la mente de Manuel solo tenía en cuenta que dependiendo la moral del cliente, podría elegir a Juliana como su asesora por el simple hecho de ser mujer, algo que él tenía en cuenta por su educación y por su experiencia en la empresa, donde todo mundo sabía que el Señor Contreras mantenía una relación extra marital con su asistente, por eso ella siempre se mantenía con una actitud prepotente y altiva, y con ese tipo de precedentes en la compañía era muy obvio que cada que una mujer ingresaba a la compañía o ascendía de puesto era la cotilla de la oficina, donde divulgaban que el puesto era ganado no por habilidades laborales, si no por favores sexuales, por eso Manuel no tenía buenas referencias para poder dejar que su esposa trabajara y que alguien como el Señor Contreras abusara de su esposa.

Ya reunidos en la sala de juntas se presentó el nuevo cliente, Austin Berwin copropietario de la empresa de seguridad tecnológica y cámaras, recién llegado del Reino Unido iniciando por su parte la cadena de empresas de seguridad en el continente americano apoyado por su padre desde tierras británicas, después de dar los respectivos saludos se sentaron para poder conversar un poco.

-Bien señor Berwin, ellos son mis mejores hombres para usted, pregunte lo que sea necesario y posteriormente  podremos asignar el mejor para su compañía.- informaba el señor Contreras.

Iban y venían preguntas respecto a las compañías por parte del señor Berwin y del señor Contreras y Manuel, Jack y Juliana respondían de la mejor forma posible para cada uno, mientras los demás evaluaban propuestas y actitudes para poder escoger al mejor para el puesto.

La junta termino y regresaron los tres contadores a sus puestos correspondientes, mientras en la oficina privada del señor Contreras se llevaba a cabo la evaluación para que el día siguiente el contador asignado comenzara a trabajar directamente con el caso del señor Berwin.

El tiempo pasaba, los minutos corrían convirtiéndose en horas muy pronto, Cathia volvía a casa con la mayor prisa que había experimentado en meses, pero eso no le quitaba el entusiasmo y todos los deberes se hacían la comida, cena y merienda se preparaba, los platos se lavaban y a la 1:00pm en punto todo menos Cathia estaba listo, así que se dispuso a ducharse y arreglarse para su primer día de trabajo y después poder tomar un almuerzo y esperar a Manuel para poder marcharse.

Los niños llegaron en el autobús escolar como todos los días, Cathia veía el reloj impaciente viendo que los minutos continuaban avanzando y Manuel aun no llegaba, su angustia crecía pues sabía que su camino duraría 20min aproximadamente pero los imprevistos siempre se debían contemplar y si ella salía de su casa después de las 3:20pm no llegaría a tiempo