La Dinastía (libro 10. Borelishka et Varetskhy)

Cap. 26 Tragedia

 

Riùrik. Septiembre, 2007

 

Iyul despertó sobresaltado y enseguida supo la razón. De modo que se alistó a toda prisa, y aunque su intención era irse derecho a buscar a Kyv, cabría suponer que estando donde estaba, y después de casi veinte días de angustia, el peso de la responsabilidad volvió a caer sobre él. De manera que colocó su deseo de ver a Kyv en pausa, y decidió ir a hablar con su padre, porque había llegado la hora de informarle acerca de su nuevo estado civil.

Por la hora, supuso que Iziaslav ya debía haber salido hacia Riùrik, de modo que fue a ver cómo estaba Lucien y a despedirse de él. Sin embargo, cuando entró a la habitación, estaban todos allí.

  • Kasny din – saludó
  • Lo serán para ti que puedes ir a donde se te antoje – respondió Lucien, con lo que quedó claro el humor del que estaba
  • Kasny din, syn – lo saludó Iziaslav, pues Dylan parecía muy ocupado intentando que Lucien se estuviese quieto
  • ¡No tengo por qué estar en esa maldita cama, así que déjame en paz!

Como era evidente que el niño estaba bien, Iyul caminó hacia donde estaba Iziaslav.

  • Athayr, necesito hablar un momento contigo, de manera que si puedes acompañarme…
  • ¿Y por qué no puedes hacerlo aquí?

Lucien había dejado de forcejear con Dylan de forma súbita al captar, más que la petición de Iyul, el tono, lo que lógicamente encendió una ruidosa señal de alarma en su cerebro.

  • Porque tal vez no sea asunto tuyo – dijo Dylan de malas, pues llevaba toda la mañana peleándose con Lucien y ya estaba harto
  • Regreso más tarde, Lucien. Por favor…
  • Ustedes no van a ninguna parte – dijo empujando a Dylan – Y tú, vas a decir aquí y ahora qué es eso que…
  • Lucien, ya basta – lo detuvo Iziaslav

No obstante, Lucien aparte de lo malcriado que todos sabían que era, también era sumamente entrometido, pues mientras discutía, había invadido sin consideración la cabeza de su hermano y ahora había abierto los ojos con desmesura, y aunque también abrió la boca, de ésta no salió ningún sonido, pero eso no era garantía de que no estuviese diciendo  nada, solo que no lo estaba haciendo en voz alta.

  • ¿Que tú hiciste qué?

Iyul cerró los ojos con brevedad, pero tanto Iziaslav como Dylan, pensaron que Lucien le había hecho algo a Iyul, así que Dylan reaccionó en consecuencia.

  • Déjalo en paz, Luciano
  • Está bien, dyrthàir, no me está haciendo nada – dijo Iyul

Como ahora quien parecía enfermo era Lucien, se sintieron preocupados, o al menos lo estaban Iziaslav y Dylan, porque Iyul sabía con exactitud lo le sucedía.

  • Athayr, siéntate por favor

Iziaslav entendió, con más rapidez que Dylan, lo que había sucedido, pero siguió preocupado, y en realidad ahora mucho más, porque si Lucien siendo como era, consideraba que Iyul había hecho algo mal, el asunto debía ser realmente una catástrofe, algo de lo que estaba bastante seguro, pues la actitud de Lucien estaba gritando fuerte y claro, que él no solo ya lo sabía, sino que pensaba lo anterior. No obstante, intentó conservar la calma, pues entre otras cosas, no se imaginaba a Iyul cometiendo ningún despropósito, pues ni cuando era niño había sido ni la mitad de terrible que habían sido sus hermanos, y fuera de la vez que decapitó a la chica en su tienda, nunca había dado problemas.

  • De acuerdo, syn. Si no te importa que el Rybik también escuche, pues estoy seguro que el entrometido de Lucien ya lo sabe, entonces te escucho – dijo con escasa delicadeza
  • No se preocupen por mí, regresaré luego – dijo Dylan
  • No es necesario – lo detuvo Iyul – porque no era que pretendiese ocultárselos, y de hecho, no podría aunque quisiera, y no quiero. Es solo que quise participárselo primero a él
  • ¿Participarme qué? – preguntó Iziaslav a quien no era que le sobrase la paciencia
  • Primero quiero que sepas que no lamento lo que hice, lo que puedo lamentar es no habértelo dicho antes de hacerlo, pero…
  • Al grano, Iyul

Iyul sabía lo poco que a Iziaslav le agradaban los largos discursos, y que era una de las razones por las que no le gustaban los políticos, ya que en su opinión, perdían mucho tiempo hablando, y una de las cosas por las que siempre sacudía a Mikha que no podía estarse callado, y por la que había enviado a Yves tantas veces al calabozo antes de lograr enterarse de nada que él quisiese decir. De manera que tomó aire y lo miró.

  • Me casé hace casi tres semanas – dijo en forma directa

No obstante, si bien Iziaslav captó el mensaje con corrección, pues fue muy claro y directo, Dylan demoraría un poco más en hacerlo, y en el caso de Lucien que ya lo sabía, solo estaba sentado sujetándose la cabeza con las manos. Iyul solo estaba mirando las diversas expresiones de su padre, y aunque el beneficiario de un trato violento siempre había sido Mikha por ser como era, y no los otros tres, él se preparó lo mismo para ello, pero no en silencio.

  • Entiendo si estás molesto, porque soy consciente de mi posición y que la misma me obligaba a someter a la consideración del concejo, un posible enlace matrimonial. Sin embargo…




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