Siendo que necesitaban las nuevas pruebas y sin eso no podían avanzar, Istvan le ordenó a Yves tomarse un descanso, pues, aparte de que seguía preocupado por aquel enrojecimiento de sus ojos, aquel individuo llevaba más de 72 horas en frenética actividad, y aunque no estaba muy seguro de que el muchachito fuera a hacerle caso, se habría sorprendido al enterarse que lo había hecho.
A la mayoría de los itsliev no les gustaban los departamentos, pues los encontraban pequeños e incómodos, algo más bien natural si realmente eran itslievs, es decir, si procedían mínimo de los primeros siglos de esta era, ya que la mayoría había vivido en grandes extensiones de tierras, y había muchos que nacieron perteneciendo a la nobleza, de modo que éstos últimos a lo que estaban acostumbrados era a las dimensiones de sus castillos. La única posible excepción era Lucien, pero no era que pudiese decirse que sus departamentos fuesen precisamente pequeños, y los que tenía en Nueva York o Río, por ejemplo, eran mansiones aéreas.
Yves estaba a medio camino entre los itslievs y los que no lo eran, porque poseía un departamento, al menos nominalmente, ya que lo utilizaba poco debido a que la mayor parte del tiempo estaba corriendo de un lugar a otro por distintos motivos, y los escasos momentos que se daba para estar en reposo, generalmente lo hacía en la habitación que tenía en Levzheir.
No obstante, en esa ocasión decidió hacer uso del mencionado inmueble, y después que se dio un baño, decidió que también debía comer algo, de modo que estaba en ello cuando sintió la presencia.
Posiblemente Yves iba a seguir mortificando a Radek, pero en ese momento llegaron Iván e Iliar.
Radek se había movido para agarrar una botella cuando escucharon el silbido de un objeto que atravesaba el aire, y al segundo siguiente vieron la hoja que se clavaba en el mueble-bar a solo unos centímetros de la cabeza de Radek.
Sin embargo, la voz de Iván ordenándole guardar silencio, penetró la cabeza de Yves muy a tiempo, pues Lucía había entrecerrado los ojos y caminaba hacia él en actitud amenazante. No obstante, en ese momento todos notaron lo que no habían visto debido a que Yves no los había estado mirando.
Iván era el único que no había dicho nada, sino que se había acercado y lo miraba con atención.
Si bien todos conocían su condición, los únicos que habían sido testigos de aquel fenómeno en particular, eran los miembros de su grupo, pues en realidad le había sucedido pocas veces y como se dijo, solo cuando había forzado a su cerebro más allá de lo recomendable. Como todos los presentes eran sus amigos de más confianza, procedió a las explicaciones mientras Radek intentaba hacer algo por él.
Dicho esto, comenzó el relato de lo que habían descubierto, y naturalmente todos pensaron lo mismo.
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Editado: 11.02.2023