Cuando Lucien regresó a Yaroslavl iba pensativo, algo que Istval no dejó de notar cuando se reunió de nuevo con él.
Sin embargo, Lucien no le contestó del modo habitual, lo que alertó a Istval que algo sucedía. No obstante, Lucien tenía los suficientes años como para realizar un bloqueo efectivo a sus pensamientos, algo innecesario, porque ningún Lovet estaba autorizado a intentar ver en los de los miembros de la familia real, aparte de que no muchos habrían podido, y aunque sin duda los Korsacov sí podían, esa era la única regla que Istval jamás se saltaba a menos que el mismo Iziaslav se lo ordenase o los príncipes tuviesen un escándalo difícil de ignorar. De modo que dejó a Lucien en paz y decidió que dependiendo la gravedad y la naturaleza del asunto que lo ocupaba, ya se lo diría si lo consideraba conveniente.
Lucien localizó a Dylan y sin decir nada a Istval que en ese momento estaba hablando, lo dejó y caminó hacia él. Dylan había estado conversando con Iván, el padre de Yvaylo cuando Lucien llegó hasta ellos.
Como Dylan sabía que Lucien no le mentiría, se tranquilizó.
Dylan asintió a su vez y dándole la espalda comenzó a alejarse, pero él lo detuvo.
Aunque a Lucien le extrañó, pensó que de momento tal vez era mejor así. De allí Lucien se acercó a Iziaslav que conversaba con Janos y con Istvan, y por la expresión que llevaba, los tres supieron que algo no iba bien.
Los tres lo miraron con idéntica expresión de asombro, primero porque un Adestrarshy era un Consejo General o Mayor que reunía a los Levjaner del Ledviacir en funciones, los antiguos, los consejeros reales, los veldeky y obviamente los miembros de la familia real. Este se convocaba por dos motivos, la sesión ordinaria que tenía lugar cada 50 años y donde se discutían posibles reformas a las leyes por las que se regían, cambios importantes que modificasen de algún modo la convivencia, o la aparición de grupos o sociedades potencialmente peligrosas como sucedió con los razverevied y donde se les dio esa denominación, por ejemplo. Y la segunda, porque apareciese algo que los amenazase o afectase en forma en general como raza, algo que solo había sucedido dos veces, una a raíz de la maldición Siglair, y más recientemente por el mismo asunto y para informar acerca de la reversión de la misma para aquellos de sangre Yaroslávich. Y por supuesto Iziaslav tenía la potestad de convocarlo si lo juzgaba necesario por cualquier otro motivo. Pero en cualquier caso, Lucien nunca había asistido a ellos después que se marchó de Illir, aunque era su obligación, de modo que era por todas partes insólito escuchar aquella petición de su parte.
Sin embargo, Iziaslav no había vivido tantos años por desestimar asuntos importantes, y conocía lo suficiente a su hijo como para saber que no estaría pidiendo algo que básicamente consideraba un enorme fastidio si no tuviese buenas razones para ello. De manera que, aunque ya había decidido que si Lucien lo estaba pidiendo, él lo haría, igual preguntó.
Istvan miró a Iziaslav y él asintió, pero Lucien lo detuvo.
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Editado: 20.08.2021