Istval salió dando un portazo y venía todas luces furioso, de modo que los ZD se miraron y ahogaron la risa, ya que tenían pocas dudas de la razón por la que su jefe se encontraba en aquel estado. Desde que había llevado a Aureliè a su casa, aparte de que se veía obligado a ir a diario a la misma como si fuese un crío, algo que en su opinión le restaba tiempo para ocuparse de cosas realmente importantes, el entrenamiento le estaba resultando la cosa más frustrante del mundo. Se peleaba con la chica un día sí y otro también, aunque todos pensaban que la pobre niña no tenía la culpa y todo se debía a que Istval no quería hacer aquello y se estaba comportando como un niño malcriado. Sin embargo, Irakli que en opinión de todos era el que más deseos tenía de perder su cabeza, no dejaba de hacerle la misma pregunta a diario.
No obstante, cuando se detuvieron, los chicos pensaron que Istval había escogido el peor destino en las presentes circunstancias al darse cuenta que estaban en Darnley, pero no tuvieron ocasión para decir nada, porque en ese momento vieron que iba saliendo Brian y todos aceleraron sus energías. Istval no tuvo mucho en cuenta eso y entró en el castillo.
Sin embargo, se sorprendieron mucho al verlo regresar tan pronto y pensaron que la pequeña sizviteliani había batido su propio record en deshacerse del Lovet a tanta velocidad, pero Istval no se detuvo y lo vieron correr por lo que lo siguieron para encontrarse casi inmediatamente en Livingstone
Los Lovets compusieron cara de sorpresa, pero aquellos individuos no eran de la clase que pudiese guardar silencio.
Al amanecer, Dylan se había ido a su habitación con la intención de bañarse y cambiarse de ropas para estar listo cuando despertaran los niños, pero cuando se estaba vistiendo, Lucien entró en la habitación.
Dylan se giró y lo miró con atención, realmente aquel individuo era muy necio, pero él no tenía tiempo en ese momento para su infantil comportamiento, porque había dos que sí eran niños, eran sus hijos y despertarían breve.
Pero sin importar qué pensaba decir, esto quedó suspendido y olvidado cuando la puerta se abrió con estrépito y entraron los niños.
Dylan sonrió mientras que Lucien juntaba las cejas
Por un momento la niña miró con preocupación a su padre, pero como Dylan no tenía aspecto de estar molesto, se volvió hacia Lucien, aunque en lugar de decir algo se limitó a sacarle la lengua.
Luego de eso bajaron y después que los niños saludaron a los Levjaners pasaron al comedor. En esta ocasión hubo otro problema con la comida, porque apenas destaparon las charolas con los huevos, tanto Dylan como su hija compusieron expresión de asco, pero Lucía además comenzó a hacer arcadas, y aunque a Alex tampoco le gustaban, parecía menos exagerado. Después que los Levjaners y Lucien se habían servido, las bandejas fueron retiradas a toda prisa de la mesa.
Dylan estaba por ofrecer su ayuda a Lucía que intentaba picar una manzana, cuando se fijó en un detalle al que no había prestado atención la noche anterior, giró la vista hacia Alex y vio el mismo asunto, de modo que miró son sorna a Lucien.
#13988 en Otros
#1115 en Novela histórica
#10578 en Fantasía
#3976 en Personajes sobrenaturales
violencia odio injustificado venganza, amor eterno verdad oculta, alegria efimera amor familiar
Editado: 29.09.2021