Para quien hubiese visto el salón de Lymvordzar durante el tiempo que duró la conversión entre Iziaslav y Dylan, le habría parecido estar viendo la escena congelada de una película, porque aparte de la ilusión creada por Iván y por Istval, éste último se había procurado la ayuda de Slavick y Axier en el sentido de manipular el tiempo y el espacio, de modo que todo parecía suspendido. Cuando recibieron la orden de devolver todo a la normalidad, Seoane seguía mirando a Dylan, pero ya el brillo carmesí había desaparecido de los ojos de Dylan y le estaba hablando casi con amabilidad.
Por un momento nadie pareció entender con la posible excepción de Derek, Iván y quizá Henri, porque los demás estaban divididos entre la confusión, el asombro y el franco terror en el caso de los Lymhakim que no eran Levjaners, porque ya se veían siendo ellos enviados a Zatvor por desobedecer una orden real. Los Levjaners estaban asombrados, porque en más de veinte años nunca habían visto a Dylan actuar de aquella manera, mientras que Iziaslav e Iyul estaban confundidos, porque él acababa de decirles, o al menos eso habían entendido, que propondría alguna clase de castigo para Louis. No obstante, antes de que Dylan pudiese agregar algo en el supuesto de que hubiese sido su intención hacerlo, tanto Seoane como los demás Lymhakim se habían postrado ante él.
Dylan lo miró durante un largo minuto que al pobre infeliz le pareció toda una eternidad antes de volver a hablar.
Los Levjaners que habían entendido, tenían deseos de ponerse a aplaudir, Derek e Iván que tenían una idea aproximada de lo que planeaba Dylan, no estaban muy seguros que fuese muy juicioso o que Louis fuese a someterse a su decisión, pero Dylan acababa de colocarle una soga al cuello, porque si no aceptaba, la alternativa era terminar en Zatvor. Iziaslav e Iyul estaban pensando que Dylan era muy astuto, porque después de hacer sentir aterrorizados y miserables a los Lymhakim, se había salido con la suya de forma muy diplomática, ya que dejaba claro que Louis recibiría un castigo, pero sin que esto lo hiciese faltar a su palabra. Y en el caso del directamente involucrado, estaba a medio camino entre el asombro y la ira, porque si bien una vez allí y después de escuchar a los Lymhakim, estaba seguro que independientemente de lo que hubiese prometido el Rybik, terminaría en Zatvor, cuando escuchó que aquellos individuos estaban dispuestos a obedecerlo, pero al mismo tiempo escuchar a Dylan decir que igual pensaba imponerle un castigo, se sintió furioso, porque eso demostraba que aquel bastardo no tenía palabra y estaba reprochándose haber confiado en él.
Henri no había tenido dificultad alguna en captar el mensaje de Dylan y que estaba orientado justamente a lo que acababa de hacer, es decir, mantener a Louis a raya.
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Editado: 16.10.2021