Cap. 59 Esencia II
Derek se había ido a ver a sus sobrinos y se había tranquilizado por el camino, afortunadamente él no era de la clase que pudiese estar mucho tiempo disgustado y menos con sus hermanos, pero además llegó a la conclusión de que Alexander tenía razón y no debió dirigirse de aquel modo a Nadège.
- ¿Cómo están? – le preguntó a Aleksèi
- Bien, por ahora duermen mientras sus cerebros se reponen de la presión
- ¿Hubo mucho daño?
- Tú eres un portador del mismo poder de Iván, Phillipe – le dijo – de modo que sabes los daños que pueden ocasionar. Lo afortunado en este caso, fue que los niños no eran el blanco de Iván y solo sufrieron un daño colateral
- Voy a apalear a ese infeliz
- Suerte con eso
- Espero que no estés hablando de mí – escucharon a Alexander y se giraron
- No digas estupideces, Alex, esas déjamelas a mí
- Derek, lo…
- ¿Acaso eres sordo? – lo interrumpió
Aleksèi no tenía idea de qué estaba sucediendo, pero fuera lo que fuere, estaba consciente que no era asunto suyo y que no debía ser testigo de aquella conversación, de modo caminó hacia la ventana y mientras miraba hacia el exterior, él miso creo el aislamiento.
- No, pero lo lamento lo mismo – le dijo y antes de que dijese otra cosa, lo abrazó
- Pues no tienes por qué, mamá siempre decía que me amaba pero que en ocasiones quería apalearme, así que no lo lamentes, porque supongo que esta fue de esas ocasiones en las que merecía la sacudida – dijo y Alexander rio
- Vamos, aún no hemos terminado y supongo que no quieres perderte las explicaciones
- Bueno, tal vez no quieran…
- Aunque no quisieran se aguantarán lo mismo, porque eres un condenado príncipe ¿recuerdas? – puntualizó utilizando la expresión como lo hacía Derek , pero como de costumbre, Derek pasó de una cosa a otra sin transición
- ¿Y a este infeliz qué…?
- Derek, es como debe ser – lo interrumpió pues él había notado lo que su hermano no
- Vamos Alex, ese hombre te trajo al mundo
- Y porque lo amo, es que no lo haría sentir miserable
- ¿De qué hablas?
- Derek, tanto si te gusta como si no, tú y yo somos príncipes, así que él no consideraría ni por un minuto escuchar una conversación que juzgase privada
- Pero no…
- Créeme que a mí o me importaría que me escuchase disculparme contigo, pero para él eso sería criminal, así que si lo amas y lo respetas como yo, déjalo en paz
Si Derek tenía algo que decir fue irrelevante, porque en ese momento les llegó la voz de Lucía urgiéndolos a regresar, de modo que le dijeron a Aleksèi que les avisase cualquier novedad con relación a los niños y salieron.
Los demás se habían reunido nuevamente en el salón, Iziaslav había estado hablando con Nadège mientras Istvan se encargaba de proteger aquella conversación para malcriada molestia de Lucien, pero cuando la misma concluyó y antes de que todos tomasen asiento, escucharon a Nadège que se había girado hacia la ventana y miraba el exterior.
- Lo que tengo que decir solo concierne a la familia y a los Levjaners
Los consejeros miraron a Iziaslav que les hizo un gesto para que se retiraran, mientras que los Shahim ya se habían inclinado ante los príncipes y abandonaban el salón.
- Tú no, Janos – dijo sin volverse – no solo es la sangre lo que une a la familia, y en cualquier caso, aunque de forma lejana, tú también la llevas.
Janos volvió sobre sus pasos y todos tomaron asiento en el momento que entraban Derek y Alexander, pero aún tuvieron que esperar unos minutos que se les hicieron eternos por lo menos a Derek y a Iliar.
- Como ya aclaré, lo que voy a decir solo concierne a ustedes, razón por la cual no deben repetirlo
Aunque Derek se preguntó por qué tanto misterio, guardó prudente silencio.
- Todos están al tanto de lo que somos y no me estoy refiriendo a la condición, sino al principal componente de todo, es decir, la energía. Somos pequeñas partículas del elemento primordial y juntos formamos un todo. Sin embargo, cada pequeña porción de ese todo tiene tareas específicas e importantes en el concierto universal, y para llevarlas a cabo necesita desacelerarse, volverse sólida para poder desenvolverse en esta dimensión, pero esa estadía es por un tiempo determinado, no obstante, nosotros fuimos creados para permanecer.
- Disculpa Nadège – dijo Iliar que tenía los mimos problemas de Derek para guardar silencio – pero… lo nuestro es una maldición consecuencia de nuestros actos
- Lo es, pero no por eso es menos necesaria ni anula la perfección universal, pues todo lo que sucede está en perfecta concordancia con el plan original y desde luego tiene un fin. La humanidad está compuesta por pequeñas partes de la energía primigenia y cada ciclo en esta dimensión se corresponde con un proceso de aprendizaje. Todos lo que hicimos, toda la barbarie de la que fuimos protagonistas, nos enseñó – y en este punto Dylan elevó las cejas pues no se imaginaba a aquel sujeto cometiendo ningún acto de barbarie – Nos enseñó a respetar, a ser agradecidos y a amar; ahora nos toca velar por aquello que casi destruimos y que nos fue confiado, y ayudar a que las partes restantes de nuestro todo, se equilibren. Pero también es una verdad que siendo seres vivos, podemos dejar esta dimensión cuando el ciclo de un determinado aprendizaje ha llegado a su fin, pero eso no significa que la tarea está concluida, significa simplemente que hay que hacer un alto para aprender otra cosa que aquí y en ese momento, no vamos a aprender, pero luego podemos volver a completar la tarea y a ejecutar otras – hizo una pausa y los miró a todos – Hoy se han presentado ante nosotros dos energías que nos son familiares, conocidas y muy cercanas – se acercó a Milorad y para sorpresa de Derek y Dylan, tanto él como Istvan tenían los ojos velados por las lágrimas aunque no era el caso de Istval – Ya lo sabes – le dijo a Milorad colocando una mano en el hombro – él te formó, ahora es tu turno