La DinastÍa (libro 8. Rhyfeldstar)

Cap. 39 Cerdeña

 

La Evesbriel de aquel año, tuvo varias reacciones, la primera, fue de alivio para los miembros del Clan Yaroslávich que llevaban la sangre de éstos en sus venas, la segunda, de ira como era natural en aquellos que no eran portadores de la misma y que constituían una gran mayoría, pues incluía a los Savaresce y los antiguos Lothian. Sin embargo, e independientemente de a qué Clan perteneciesen, la inesperada aparición de Radek, a quien aquellos que lo habían conocido habían decidido asumir que estaba muerto por el tiempo que hacía que había desaparecido, les sentó aun peor que lo primero, pues si había alguien peligroso en el mundo devrig, ese era Radek Izbork, porque a pesar de que Iván era en extremo peligroso y todo el mundo lo sabía, Radek había hecho mucho más ruido que Iván en su época, así que su regreso no alegra a nadie que le debiese algo ni a aquellos que habían escuchado de él y que solían tener un comportamiento con el que podían agenciarse la persecución de aquel individuo. Bien mirado, su regreso no habría tenido por qué preocupar a nadie a menos que le debiesen algo, como era el caso de Giorgio, pero se daba el caso de que al menos los itsliev, recordaban bien que aquel individuo era muy parecido a Mikha Yaroslávich, y aunque Radek no era un príncipe, quizá el mucho tiempo que pasó al lado de Mikha, lo hacía comportarse como uno, y adicional a lo anterior y justamente por eso, era de la clase que fastidiaba a todo el mundo. Así que no, nadie estaría contento con aquel inesperado regreso.

 

A Radek por su parte, seguía molestándole el asunto Lucía, porque a pesar de que después de la conversación que había tenido tanto con Iván como con Yves, había recordado con mayor precisión algo que en principio no debía saber, pues él no era miembro del Ledviacir, en una ocasión había escuchado a los levjaner cuando hablaban de la profecía que hacía referencia a que los descendientes de Iziaslav y Seren darían fin a la maldición Siglair, pero siendo que había comprobado que no era así, pues Mikha había muerto, entonces la había descartado como no válida, pero en teoría, y, aunque seguía negándose a creerlo, aquella muchachita era la prueba de la veracidad del asunto, la cuestión era que seguía descomponiéndolo mucho.

 

A pesar de que la intención de Radek no había sido la de quedarse, finalmente lo haría, lo que no contribuiría en nada a mejorar el ánimo de casi nadie con relación a su persona. Como Istvan sabía todo esto y conocía bastante bien al personaje, cuando sostuvo una entrevista menos tensa con Radek, intentó ponerlo al corriente de cómo estaban las cosas.

  • Resumiendo – dijo Radek después de escucharlo y el levjaner se encomendó a los cielos, pues una cosa era lo que él había dicho, y otra peligrosamente diferente lo que el niño aquel hubiese entendido – Primero, los Savaresce y los Lothian siguen siendo la escoria que han sido siempre, aunque los segundos hayan sido afortunadamente librados del degenerado de Swaney, pero además, tenemos dentro de nuestro propio Clan, a unos sujetos no menos estúpidos y que fastidian tanto como los anteriores. Segundo, que ahora hay una escuela – dijo refiriéndose al Laki – para enseñar a los niños a conducirse como guerreros competentes. Tercero, ahora somos una nación civilizada – puntualizó – y no intentamos apropiarnos de lo que no nos pertenece. Cuarto, ya no somos víctimas de la maldición gracias a Rybik. Y…
  • Su nombre es Dylan – lo interrumpió Istvan
  • Ajá, pero nadie y eso te incluye, lo llama de otra manera hasta donde he podido notar, pero eso no interesa, así que volviendo a lo que sí, por último, intentarás – dijo haciendo énfasis en el verbo – enviarme a Zatvor si comienzo a cobrar cuentas pendientes.
  • Radek…
  • Lo tengo todo claro, pero interesa que tengas claro tú, que nada me inducirá a no quitarle la cabeza a Boyko si tiene la desdicha de encontrarme; que Giorgio Savaresce no tendrá más suerte si me molesta, y que respire ya lo hace, pero prometo no ir a buscarlo y su inútil cabeza estará a salvo mientras no sea él quien me busque a mí. Y que de ninguna manera me encerrarás en una escuela  para aprender algo que ya sabía antes de que ninguno de los que está allí hubiese nacido
  • Radek, si bien es cierto que creciste como un guerrero, las cosas han cambiado, hay normas, reglas y estudios que no se impartían antes
  • Con respecto a los fulanos estudios, si me interesa, lo aprenderé lo mismo sin necesidad de estar encerrado. Y con relación a las normas y reglas, lo único importantes es que nadie me fastidie y no romperé la que supongo es la que interesa como es la de no matar a nadie, de ahí en más, no estoy dispuesto a someterme a ninguna otra clase restricción que viole mi libertad
  • El respeto no es una violación de libertad, Radek, así que no puedes ir por ahí haciendo lo que se te antoja o fastidiando a personas que nada te han hecho, porque si lo haces y como dijiste, me obligarás a encerrarte

Istvan casi se sintió estúpido diciendo aquello último y Radek debió pensarlo también, pues se le dibujó una maligna sonrisa en los labios.

  • En principio, no es mi intención fastidiar a nadie – dijo aunque Istvan lo encontraba difícil, pues parecía hacerlo aún sin querer y en realidad dudaba que no quisiera la mayor parte del tiempo – Hacer lo que se me antoje, no tiene por qué fastidiar a nadie puesto que no es asunto de nadie lo que yo haga. Y suponiendo que lo fuese o que tú lo juzgases así y pretendieras encerrarme en Zatvor, creo que encontrarás eso como mínimo problemático, primero, porque asumo que aprecias a tus levramzyk y no querrás exponerlos, y segundo, porque si recuerdas bien, estuve no sé cuántos años desaparecido y no pudiste encontrarme, así que ¿qué te hace pensar que ahora podrías hacerlo?




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