Riùrik. Diciembre, 2006
Kýevska y Bobby fueron conducidos a una habitación, pero si esperaban ver a Mia en ese momento, no pudieron equivocarse más. Kyv preguntó por la chica, pero concluyó que los levramzyks que los habían escoltado, o bien solo hablaban su idioma, o simplemente no se les antojaba responder.
Bobby había conservado una calma impropia de él, pero la misma parecía haber llegado a su fin, pues en cuanto estuvieron solos, sujetó a su amiga por los hombros.
Sin embargo, él no contestó, sino que miró hacia todos lados haciendo que Kyv comenzase a preocuparse.
Kyv no había pensado en nada de eso, pero ahora que Bobby lo mencionaba, cayó en la cuenta de que era cierto, pero si no estaban en un hotel superlujoso, ¿dónde estaban entonces? No obstante, Kyv era la más racional del grupo, así que comenzó a repasar de nuevo lo que sabía y consideraba creíble, porque desde luego no creía la fantasía que les habían contado con relación a unos seres inexistentes, pues creerlo equivalía a creer en vampiros, duendes y hasta en el hada de los dientes. Ella recordaba el accidente, aunque no tenía idea con qué habían colisionado, pues al menos en su caso, había perdido el sentido casi inmediatamente. Era posible que Mina hubiese muerto en el impacto, pero si Mia no, no tenía sentido que no estuviese con ellos a menos que Bobby tuviese razón y también hubiese fallecido. Aquella idea la llenó de tristeza, pues si bien apreciaba a Mina, el afecto que sentía por Mia era muy superior y siempre pensaba en ella como en su hermana, pero hizo su dolor a un lado para intentar comprender lo que estaba sucediendo. Siguiendo en el camino de las suposiciones, y que Bobby estuviese acertado con el asunto del secuestro, tampoco le lucía muy lógico, pues de los cuatro, quien habría representado mucho dinero, habría sido Mina, aunque luego miró a Bobby con aprensión, porque si su amigo se había esforzado por olvidar a una madre que parecía nunca haberlo recordado a él, la susodicha existía, era una doctora famosa y nadaba en dinero, así que lo que posiblemente aquella gente ignoraba, era que el hijo podía serlo, pero no tenía ninguna relación con esa mujer y de ahí que viviese con mucha precariedad, pues se negaba a aceptar nada de ella. Después de todo aquel veloz repaso, las cuentas seguían fallándole a Kyv, porque suponiendo que se tratase del secuestro que Bobby estaba imaginando, no le veía objeto a que aquella gente se hubiese tomado tantas molestias inventando una historia tan rebuscada. En este punto, otra idea asaltó la mente de Kyv, y estaba relacionada con lo que acababa de decirle a Bobby en el sentido de que hubiesen sido drogados, y que fuera por eso que Bobby estuviese imaginando que todo aquel disparate de los devrigs podía ser cierto.
Los chicos se pasaron toda la mañana en aquella angustiosa espera, aunque no sabían, exactamente, qué esperar, así que cuando fueron por ellos poco después de mediodía, ellos ya habían tomado una decisión.
Acto seguido, ella le lanzó una patada al individuo, mientras que Bobby, que se había hecho con un pesado candelabro, se lo acomodaba en la cabeza al otro. Por mucha fuerza que hubiesen podido tener, y comparados con un devrig, no la tenían en realidad, ya que ellos eran mortales comunes y corrientes, de manera que fuera de la molestia que les produjo a los levramzyks el verse injustamente atacados, los chicos no lograrían nada más.
Los levramzyks por su parte, decidieron participar a Istvan la situación, pues no encontraban la mejor de las ideas, tener que llevar a aquellos dos chicos a rastras, de modo que Istvan, que los había estado esperando para conducirlos hasta las habitaciones de Mia, emitió un suspiro y fue por ellos, pero finalmente se decantaría por utilizar la habilidad que tenía todo devrig sobre aquel que no lo fuese, y así los condujo hasta donde estaba Mía.
Como Istvan había ordenado que les llevasen la comida allí, decidió dejarlos solos un momento.
Después de un largo abrazo, los chicos se separaron y miraron bien a Mia. Ellos no tenían la percepción de un devrig, pero siendo que todos los seres humanos tenemos por lo menos una décima parte de la mencionada percepción, ellos notaron algo diferente en Mia, aunque no sabían el qué.
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Editado: 16.03.2022