Pateo la pelota de tal forma que de curva y que caiga en el ángulo del arco. Eso debe de ser gol, pero la mano de Javier aparece para evitar que entre. La pelota rebota en su mano para después salir por el lado izquierdo del campo. Es saque de banda a nuestro favor.
-¡¡Yori!!-gritó lanzándole la pelota.
Recibe la pelota y la domina un rato antes de devolvérmela. La adelanto un poco y corro para volver a guiarla. Voy por la banda izquierda hasta llegar casi al borde. No veo ningún compañero libre ¡Ni modo, yo solo! Me quito al defensa y sigo. Solo quedamos Javier y yo.
Javier sale a achicar. Por instinto me muevo a la derecha para evitarlo pero pone su pie justo cuando paso a centímetros de él. Su pie toca la pelota y la detiene de golpe. No tuve tiempo a reaccionar. Cuando me di cuenta ya se la estaba lanzando a uno de sus compañeros.
-No estás muy fino-me dijo con el ceño fruncido-Sé que no me responderás pero igual pregunto ¿Qué te pasa?
-No he dormido bien-admito bufando.
-Hablamos después
Perdimos por la mínima diferencia. Y como era de esperarse la culpa recayó en mí. No los culpo, jugué como el asco. Tengo parte de la culpa.
-Tierra llamando a Jose...-Javier me dio un golpe en la nuca con su gorra.
-Lo siento
-Si estabas en este estado no hubieras venido, amigo. Toma-me dio un volt.
-No te hubieras molestado
-Lo sé, pero eres mi ex-profesor; te debo mucho-sonrió-¿Te volviste a encontrar con ella?
-No, me habló por WhatsApp
-Y no le contestaste ¿verdad?
-La moneda dijo
-Jose...-se pasó su mano izquierda por sus cara-Cuantas veces te he dicho que no dejes todo a la suerte.
-Me ha funcionado siempre. Siempre acierta. Bueno, en mi caso, sí lo hace
-Ella no es de las personas que se rinden-miró al cielo y se puso su gorra- Apuesto mis guantes y gorra que te mandará otro.
-Se nota que fueron amigos-saqué mi celular para ver la hora. Son las nueve y cuarentaicinco.
-¿Aun recuerdas como nos molestaban en el cole?
-Si-reí-Yo aposté que serían novios
-Lo sé. Y perdiste.
-Si...
-Bueno-se levantó de la vereda en la que estamos sentados-Estoy aburrido y creo que no estamos para jugar
-¿No seguirás jugando?
-Me duelen la pierna izquierda y el brazo derecho
-¿Muchas caídas?
-Sabes como es mi estilo-se encogió de hombros-¿Quieres ir a mega plaza?
-No tengo nada mejor que hacer-me levanté.
Tomamos el carro en el paradero. No nos hemos cambiado pero no es necesario. No hemos sudado mucho. Lo bueno de estas horas es que los carros van vacíos. Asientos libres cerca de la ventana. Mi lugar preferido.
Conozco a Javier desde hace tres años. Fuimos maestro y alumno por un año escolar. Este chico me dio más problemas...
-¿Café o sushi?-me preguntó cuándo bajamos en el paradero
-Me vendría bien un café
Entramos en el Starbucks y nos separamos. El iría por los cafés mientras que yo, en busca de una mesa libre. Cuando cumplí mi misión empecé a buscar alguna red Wifi libre. No soy un aficionado al internet pero lo necesito por si manda otro mensaje.
-Doble para ti-puso el vaso frente a mí y a su lado otro-Y un caramel macchiato pa' mi
-¿Canciones para paula?-tomé un poco. Me quemé la lengua.
-Lo estoy releyendo. Espera a que se enfríe, hombre, que recién está hecho
-Cállate
Javier comenzó a reír entre dientes tapándose la boca con ambas manos. No le gusta llamar la atención. Aunque tiene una risa...
-¿Hay Wifi?-preguntó sentándose.
-Si
-Que bien-sacó su celular-Quiero leer algo
-Ye te perdí, amigo
-No seas exagerado
-La última vez casi te mata un carro por ir leyendo
-¡Estaba en verde!
-Ese no es lo que yo vi...
Recibí un golpe en la cabeza como respuesta. Hubiera respondido pero me detuve al ver a Tere cruzar la puerta del local. Nuestras miradas se encontraron y sonrió. No tengo escapatoria.