—El señor Alexander dió permiso para comenzar con las decoraciones, a Luna le fascina la navidad y si a la niña le hace feliz él estará de acuerdo. —Dijo Betany con una gran sonrisa.
—¿Escuchaste eso? —preguntaba Lilly a Noa, la castaña guardó silencio pues la morena parecía estar en otro mundo, uno donde ignoraba a todos a su alrededor—. Noa ¿Estás ahí?
En vista de respuestas Lilly movió a Noa tomándole del brazo.
—¡¿Qué ocurre?! —prorrumpió la morena saliendo abruptamente de sus pensamientos.
—Estoy hablando mujer y tú simplemente pareces estar metida en otra galaxia.
—¿Qué pasa Noa? —cuestionó Betany preocupada por la actitud de la muchacha, en lo personal en lo que tenía de conocer a esa chica siempre era alegre y ruidosa, pero últimamente aquella energía ya no era una de sus características.
—No es nada —dijo levantándose del comedor, ya había terminado de cenar—, chicas nos vemos el lunes a primera hora tengan lindo día.
Salió del comedor por la puerta de servicio a la salida de la mansión un taxi la esperaba, en cuanto se montó en el vehículo apagó su celular, no iba a responder en unas cuantas horas dejaría de ser Noa la niñera, para ser Azul la bailarina de poledance.
•••
—No esperé verte después de tanto tiempo querida estás espléndido. —Halagó Fabrizio sirviendo más vino a la rubia frente a él.
—Tú tampoco estás nada mal Fabio —respondió la rubia recibiendo la copa de vino.
—Pero dime qué te trae a la gran manzana ¿Algún negocio, o bajas pasiones? —Fabio conocia perfectamente a la mujer sentada frente a él, sabía que la mujer frente a él no era una mansa paloma precisamente.
—Un poco de ambos darling —tomó un sorbo de la espumosa bebida esbozó una sonrisa a su compañero él era un viejo amigo y tenía confianza—, vine a ambas cosas Fabrizio.
—Oh me intrigas Neta ¿Quien es la víctima si se puede saber? —cuestionó con un tono exagerado de intrigas.
La rubia captó la curiosidad de Fabio, Neta era una mujer que lo que tenía de hermosa y sexy, también lo tenía de ambiciosa e inteligente, eran buenos amigos y cómplices de algunas travesuras, Fabrizio pensó que si tenía un poco de suerte Neta lo podría incluir en sus jugadas.
—Cuenta mujer que me tienes intrigado.
—Esta bien si insistes tanto te contaré —dijo ella con una risa cómplice para luego acabar de un trago el vino en su copa—, quiero casarme con mi cuñado, bueno mi ex cuñado mi hermana Leonora ya murió, es un estorbo menos me estaba acercando, ya hasta tenía a la mocosa de mi sobrina comiendo de mi mano, pero Alexander se fue y por eso estoy aquí.
—Te escuchas decidida...
—Porque estoy decidida —aseguró la rubia tomando un trago—, no podía quedarme en Alemania sabiendo que Alexander puede conocer a alguien más, ya perdí el amor de Alexander una vez por culpa de mi estúpida hermana. Ahora que está solo no dejaré que cualquier mujercita me lo quite eso no pasará, no bajo mis ojos no lo permitiré.
—Uff toda una fiera defendiendo a su hombre. —Comentó Fabrizio con burla.
—Burlate si quieres, pero si tú supieras la fortuna sobre la que está sentado Alexander Von Parker tampoco lo dejarías ni sol, ni a sombra. —Finalizó Neta sirviéndose ella misma otra copa.
—Ya decía yo que esto no era solo porque el viudo de tu hermana te gusta; ese hombre yo lo conozco.
—Tú ¿Y dime de donde conoces tú a mi Alex? —preguntó Neta con curiosidad.
—Pues tu Alex —dijo el pelinegro con sornia—, le encanta ir a mi club, ya lo he visto ir un par de veces y se queda bien imbécil viendo a una de mis bailarinas.
La sonrisa en los labios de Neta se esfumó lo dicho por Fabio evaporó su bien humor.
—No puedes estar hablando en serio.
—Pues no puede haber dos Alexander Von Parker, ceo de una importante compañía alemana —dijo el pelinegro encogiéndose de hombros—, Eso sería mucha coincidencia ¿No crees?
—¿Quién es? —cuestionó ella con desespero por una respuesta, luego de su reacción meditó las cosas mejor, una bailarinucha prostituta no era competencia para ella—. Bueno las mujeres de tu burdel no es el tipo de mujer que Alexander buscaría para algo serio.
—Oye me ofendes —refutó el italiano con fingida indignación, mi hermoso Caleidoscopio no es un vulgar burdel, además tú no conoces a mis chicas son lo mejor de lo mejor. Yo ofresco calidad y variedad. —Dijo Fabrizio pavoneandose de las mujeres de su club.
—Son solo prostitutas de monta alta, ya debo irme te veo luego Fabrizio tengo cosas que hacer y entre esas está conquistar a mi presa.
—Suerte en eso.
La rubia dejó a Fabrizio con la palabra en la boca, el buen momento que pasó con su amigo se vió interrumpido por ese comentario que dejó muchas dudas en Neta, lo que si era seguro era que nadie le quitaría a Alexander.
•••
Otra vez estaba ahí sabía que dentro de poco se presentaría como cada fin de semana, pero ahora quería avanzar un poco más.
Quería más que solo mirarla, eso ya no era suficiente para él.
Avanzó al interior del club escogió su lugar de siempre frente a la barra, pidió un martini seco para empezar y variar un poco.
—Hola —saludó Frans tomando asiento junto al rubio.
—Hola —dijo Alex con nervios sintiéndose descubierto por su primo—, no esperaba verte.
Rió al ver el rostro de su primo, le hubiera gustado tomar una foto de ese momento, pero eso ya sería mucho para el pobre rubio, Frans decidió está vez dejarlo en paz.
—Me alegra que el lugar te haya terminado gustando Alex, es bueno para desestresarse y las nenas. Dios esas mujeres son..
—Ya te entendí, no hace falta ser detallista primo.
—A ti por lo visto te dejo encantado este lugar, no hace falta que yo te lo explique —dijo el castaño guiñando un ojo—, pero no solo vengo para ver a las mujeres. —explicó Frans pidiendo un trago que de inmediato fue servido—, hay una chica en especial que me fascina.
Editado: 17.03.2024