Su mente era un compendio de emociones, entre esas el enojo y la decepción ellas predominaban. Creyó que podía tener algo verdadero con Noa pero nada de lo ocurrido en Florencia fue real, esa mujer no era realmente quien decía ser.
—Pero que estúpido fuiste Alexander —rió amargamente—. ¿Cómo no viste que la niñera y la bailarina eran la misma mujer? Solo se acercó a ti porque es una oportunista.
Caminó para servirse un trago, no era de tomar pero en este momento era más que necesario, quería olvidarla a toda costa fingir que esas caricias no lo hicieron estremecer hasta erizar el último vello de su cuerpo, no debió escuchar a nadie solo estaba bien, de seguir hermético se hubiera ahorrado muchos problemas.
—Maldita sea la hora en la que llegaste a mi vida —dijo tomando todo el líquido ambarino de un solo trago dejando el vaso a un lado—, yo fui tan imbécil, de seguro te burlaste de mi hasta el cansancio.
—Señor...
Betany calló al ver el estado de Alexander, tenía mucho de no ver a su señor en un estado así, el ama de llaves no sabía que estaba pasando entre Alexander y Noa lo único seguro era que esos dos tenían algo.
—¿Qué quieres Betany? —cuestionó el alemán tratando de mostrarse imperturbable ante el ama de llaves.
—Señor Alexander solo venía a decirle que ya la niña está dormida, estaba algo intranquila preguntándome por Noa y...
—Esa mujer no volverá Betany. —Dictaminó el rubio tajante.
—No entiendo Alexander, Luna está adaptada a esa muchacha y Noa...
—He dicho que Noa no volverá, Luna tendrá otra niñera Betany, una que si sea profesional. —Dijo Alexander alzando la voz molesto con los cuestionamientos de Betany.
—Si señor Von Parker. —Musitó Betany con la mirada baja.
—¿Esa mujer ya se marchó?
Asintió cómo respuesta a la pregunta de su jefe.
—Recogió sus cosas y se marchó, el hombre que trajo la señorita Neta también se marchó...
—Perfecto no quiero ver a ese hombre en mi casa —dijo tajante—, Betany tampoco quiero volver a ver a esa mujer en casa, no la quiero ver cerca de mi hija.
—Si señor. —Secundaba el ama de llaves en tono cohibido.
—Puede retirarse.
La mujer salió de la oficina de su jefe.
Una vaz solo dejó salir un suspiro de frustración, aún teniendo las pruebas ante sus ojos seguía pensando en esa mujer y eso era algo que le molestaba de sobremanera.
•••
—Ya sabía que eras listilla Noa, Noa sabía que tenías tan alta tus aspiraciones querida —habló Fabio con mofa—, asumo creíste que tú y el alemán tendrían un lindo cuento de hadas, no sabía que creías en esas cosas...
No dijo nada, no tenía ánimos ni fuerzas de hablar nada de lo que Fabio dijera la lastimaría más de lo que ya estaba. Ver el rostro de Alexander lleno de decepción era algo que simplemente no olvidaría.
—Los hombres como Alexander Von Parker no se enamoran de zorras como tú, eso ya deberías saberlo linda. —Comentó Fabrizio encendiendo un cigarrillo.
—Ya lo sé. —Susurró Noa sin alzar la mirada.
—Te alegrará saber que a pesar de tus travesuras estoy dispuesto a darte otra oportunidad; no debería hacerlo eres una chica muy desagradecida pequeña Noa, aún así yo estoy aquí abriendote las puertas una vez más...
—No volveré al Caleidoscopio Fabio, prefiero vivir debajo de un puente y mendigar antes que volver a ese lugar, no te preocupes te pagaré hasta el último centavo que aún te debo pero no me ataras a ti nunca más. —Respondió Noa alzando el rostro tenía tantas ganas hace mucho de y ir decir eso, sabía que cualquier cosa era posible hasta morir sabía los alcances de Fabrizio pero ya estaba cansada de vivir así, si es que a eso se le podia llamar vida.
—La fierecilla sacó las uñas —aquello iba más allá de lo que ganaba con Azul en el club, tampoco era que le importara la deuda que la pelinegra tenía con él, nada de aquello era tan importante él solo la quería a su disposición y Noa le tenía en un círculo vicioso desde que la tuvo bajo su cuerpo por primera vez—. Te oyes muy decidida muñeca.
—Lo estoy ya no tienes poder sobre mi.
—¿Acaso ya no te importa lo que ocurra con Cameron...?
Rió ante las burdas amenazas de Fabrizio, él estaba enterado de sus movimientos.
—Cameron ya está muy lejos Fabio, no puedes chantajearme con eso y ya te dije te pagaré tu maldito dinero, búscate a otra y con un demonio ya déjame en paz.
La morena salió del auto del italiano, había sido llevada a la fuerza por los escoltas de Fabrizio.
—¿Quiere que vaya por la chica señor? —inqirió Richard mirando a Fabio tras su espejo retrovisor.
Botó el humo de la última calada de su cigarrillo.
—No Richard, soltemos un poco la correa de la gatita, ya volverá.
—¿Seguro? —cuestionó el escolta y chófer confundido por la decisión de Fabio, Richard sabía la obsesión que su jefe tenía con la bailarina.
—Si Richard, estoy seguro que volverá ahora vámonos.
El moreno no agregó más, arrancó el auto nuevamente obedeciendo las órdenes de Fabrizio.
•••
—¡¿Entonces mi amiga ya no está en la mansión?! —habló Cameron sorprendida por lo que el chico de cabello castaño decía.
—Si, no entiendo del todo lo que pasó, pero según Betany el ama de llaves la señorita Noa se fue muy mal, llegó un hombre y dijo que ella era una bailarina de un club nocturno.
—¡Fabrizio! —Dijo la pelirroja levantándose del sofá—, ya Fabio la descubrió se lo dije pero esa tonta enamorada no quiso escucharme.
Parpadeó perplejo ante las revelaciones de la chica.
—¿Entonces todo es cierto y la señorita Noa es una bailarina nocturna?
Cameron asintió ante lo dicho por el chófer.
—Si Nick, Nini y yo trabajamos en un club nocturno llamado Caleidoscopio.
—¿Ustedes son los colores...?
—Si Nick somos colores del Caleidoscopio, pero Noa no quería hacer esto...
—Cameron no se preocupe no las juzgaré Noa es una muy buena amiga y ahora tú también lo eres...
Editado: 17.03.2024