Dalía se retiró del comedor en cuanto escuchó el timbrar del teléfono, Cameron quedó pensativa ante las palabras de su antigua y apática vecina, no quería pensar que sus palabras pudiesen ser ciertas pero era una posibilidad. Más después de lo que su amiga Noa le había contado hace un par de noches atrás en casa de Nick.
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La hora de dormir estaba cercana Nick pidió un par de pizzas para los tres celebrando que Noa y Cameron consiguieron empleo en una zapatería el sueldo era una porquería pero no podían abusar de Nicholas ya el chico había hecho mucho ofreciéndoles un techo.
Cameron salió del baño después de lavarse los dientes y allí vió a su amiga sentada abrazando su panda de felpa desgastado, en cuanto Noa se percató de la presencia de Cameron limpió sus lágrimas con rapidez.
—De nada sirve que limpies tus lágrimas ya te vi, se que estás llorando y tú a mí no me gustan engañas. —Espetó la pelirroja rodando sus ojos.
—No es nada Cameron, es la pelusa de Paul el panda se metió a mi ojo y...
Se sentó a su lado Cameron conocía a su amiga como la palma de su mano; ya esa expresión la había visto antes y en ella misma se hacía una idea del porque las lágrimas de Noa.
—Te dije que no te enamoraras pequeña estúpida, pero no me escuchaste, ya es tarde decir te lo dije, pero si te lo dije Nini —rió con desgano—, Noa no quería que tú también pasaras por esto.
—Pensé que podía Cameron, yo pensé que sería algo pasajero y...
La oración quedó a medias las lágrimas murieron en el pecho de Cameron Noa hundió su rostro en un fuerte abrazo, Cameron consolaba en silencio a su casi hermana.
—Linda todo estará bien no volverás a verlo, al menos no tuvieron nada más allá de su relación de trabajo.
Noa se incorporó mirando a Cameron, no hizo falta palabras en cuanto la pelirroja vió la expresión de Noa entendió su error.
—Noa.
—Si Cameron, no preguntes más ya sabes la respuesta.
Noa se metió a la cama se cubrió con la cobija de pies a cabeza, no quería mirar a Cameron a la cara era hipócrita hacerlo, ella que más de una vez le dijo que se olvidara de Frans Von Parker y siguiera su vida, ahora era ella quien entregó su corazón y se enamoró perdidamente de alguien que obviamente no correspondería.
Cameron se metió a la cama abrazó a su amiga para decirle al oído:
—Todo estará bien Noa nos tenemos tú y yo mutuamente y juntas saldremos adelante.
Con ese pensamiento ambas cayeron en el mundo de Morfeo esperando deshacerse de aquel sentimientos no correspondido.
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Noa regresó con Alejandra al pequeño comedor, la morena tomó asiento, estaba algo pálida y aún sin buen semblante.
—Noa, te prepararé un poco de té —dijo Lexi caminando a la cocina—, aún no entiendo hace minutos estabas bien. —Habló Alejandra desde la cocina hirviendo agua para la infusión.
Cameron miró a Noa quien estaba sentada frente a ella, pensó en si hablar con ella sobre esos mareos espontáneos esa no era la primera vez, ya tenía al menos tres días en eso.
—Noa creo que tenemos que hablar y de paso ir a una farmacia.
Abrió los ojos ante lo dicho por la pelirroja, ella tenía la misma interrogante pero era cobarde estaba aterrada de solo ver los resultados.
—Cameron tengo un par de días pensando lo mismo que tú, pero lo he pospuesto una parte de mi quiere salir de dudas, pero otra tiene terror de los resultados. —Confesó Noa cabizbaja lo que estaba diciendo era cobarde e inmaduro por no decir otra cosa.
—Eso no puedes seguir postergandolo no seas tonta, si es un embarazo no puedes esperar mucho tiempo.
—¿Cómo que un embarazo?
Noa y Cameron se dieron la vuelta al escuchar la voz de Alejandra, por un momento ambas mujeres ignoraron que estaban en el departamento de su amiga la enfermera.
Lexi tomó asiento puso la taza de té frente a Noa, con una expresión que despertaba comprensión.
—Nini no te preocupes yo no soy como mi abuelita de comunicativa —rió—, si quieres puedes ir al hospital mañana y salir de dudas, será más eficaz que una prueba cacera.
—Pero Lexi...
—Sin peros Nini, Lexi tiene razón es mejor salir de dudas definitivamente y ya mejor afrontar todo.
—Tienes razón Cameron mañana iré con Alejandra y me haré una prueba de embarazo es lo mejor.
Las dos chicas tenían razón lo mejor era dejar de darle vueltas a ese asunto y enfrentar la verdad de una vez por todas.
•••
En la mañana como habían acordado la noche anterior a primera hora fue a realizarse una prueba de sangre. Al retirar los resultados sintió todo su mundo desmoronarse lentamente. Afortunadamente allí estaban Cameron y Nick acompañándola en ese momento.
Nicholas llevó a ambas chicas a casa antes pasó por algo de comer para animar a Noa.
Al bajar del auto Noa entró a la casa Cameron la siguió pero Nick detuvo a la pelirroja a medio camino, ella miró extrañada a Nick este solo negó con un movimiento de cabeza.
—No puedo dejarla sola Nicholas, mi amiga no está bien.
—Lo sé Cameron pero Noa nececita pensar en muchas cosas en este momento con tu sobreprotección no puede hacerlo se siente saturada solo dale tiempo.
—Pero no puedo dejarla sola Nick —respondió Cameron soltandose del agarre del castaño—, no la dejaremos sola Cameron solo la dejaremos respirar un poco.
Suspiró no quería aceptarlo pero Nick tenía razón, quizás Noa solo necesitaba de un tiempo sola.
—Gracias Nicky —dijo Cameron más calmada—, tú te has convertido en alguien muy importante para mí amiga y para mí.
—Bueno ustedes dos se han convertido en personas muy queridas, son como mis dos hermanas ahora entremos hace frio Cameron.
—Si —respondió segundos después al escuchar aquello de parte de Nicholas sintió un sentimiento extraño, una parte estaba aliviada pensó que los sentimientos de Nick hacia ella eran otros y por eso estás últimas semanas se había sentido incómoda, aunque el alivio no duró mucho pues la imagen de Frans se dibujó en su mente no sabía nada de él si estaba vivo o muerto. Tenía claro que no debía pensar en Frans él tenía a su esposa—. Espérame Nick.
Editado: 17.03.2024