La Doble Vida De Noa

Cuerda De Huída.

La llamada finalizó, dejó el teléfono en el buró quizás Takeru no era la mejor opción pero necesitaba salir y despejar su mente saturada de tantas cosas; hacer a un lado su realidad así solamente fuera solo unos pequeños instantes.

—Noa por ahora no colapses todo estará bien, no te ahogues en un vaso de agua.

Escuchó a alguien tocar la puerta, limpió su rostro rápidamente quitando así el rastro de haber estado llorando.

—¿Puedo entrar?

—Si pasa.

Al ver a la persona que abrió la puerta entendió porque tocaba, Nick era un chico muy educado y a pesar de que ella y Cameron estuvieran viviendo en su casa él siempre les daba su espacio y era caballeroso con ambas.

—Vine a traerte algo.

—¿A mí?

El castaño asintio como respuesta, sacó una hoja de papel del bolsillo de su camisa, Noa desdobló la página al ver el contenido de esta sus ojos se tornaron cristalinos nuevamente llevó una mano a su boca ahogando así un grito de emoción.

—Te extraño —susurró con voz entrecortada—, Nick no debiste...

—Es para ti ella no ha sido la misma desde que no estás a su lado.

—Yo también  la extraño Nick, Luna ganó un lugar muy importante en mi corazón, también extraño a Betany y mucho más las ocurrencias de Lilly.

—Lo sé y ellas a ti también, Lilly no sabe que vives en mi casa, pero Betany si  siempre pregunta por ti.

—Cada vez dibuja mejor —delineaba las dos figuras en la hoja de papel abajo de la frase te extraño estaban dos personas una era la pequeña Luna y junto a ella su niñera—, asumo   no se ha  podido adaptar a otra cuidadora.

Nicholas negó ante la pregunta de su amiga, él como el chófer de la mansión Von Parker sabía lo que allí ocurría y también tenía trato con la pequeña Luna al llevar a la escuela y a sus lecciones de música, la niña le tomó confianza y en el recorrido diario ambos tenían conversaciones y juegos de veo, veo para distraer a la pequeña Luna.

—Si, es muy talentosa —secundó Nicholas—, bueno también quería decirte que vengas a ver una peli conmigo es  domingo y no las veré mucho está semana.

—Bueno estaré un rato con ustedes en un par de horas saldré.

—¿Saldrás y a dónde? —meditó en sus palabras no quería parecer entrometido—, disculpa si soné como un entrometido...

—No, no Nick en absoluto —rió tratando de sonar como si no hubiera llorado minutos atrás—,  no suenas como entrometido ni nada de eso, saldré con Takeru Shinomoto ya lo conoces.

—Entiendo, bueno espero te diviertas.

Nick salió de la habitación dejando a Noa sola, el castaño cerró la puerta tras él, no sabía que su amiga seguía teniendo contacto con ese sujeto. Aquello no le daba un buen presentimiento, pero no era quien para decirle algo a Noa, solo esperaba que todo esto resultara bien para ella, la chica se había convertido en alguien especial para Nick, al inicio quedó atraído por la belleza de la chica pero a medida que la iba tratando comenzó a ver a Noa como una amiga cercana incluso una hermana.

•••

Imaginó que irían a un restaurante, quizás al teatro o al menos a algún lugar de moda pero no ahí estaban los dos dando un tranquilo paseo nocturno por central park comiendo una salchicha.

—Esta delicioso iré por otro de estos en cuanto termine este, dime algo Takeru no crees que están buenos estos hotdogs...

Noa guardó silencio en cuanto se dió la vuelta notó que su acompañante apenas y dió un bocado.

—¿Qué ocurre? —cuestionó para luego darle el último mordisco.

—No nada ¿Por qué lo preguntás?

—Pues no has probado tu hotdog ¿Te sientes mal?, ¿o acaso no te gusta?

Miró el hotdog en su mano, no era que no le gustase simplemente se había distraído escuchando a Noa, usualmente era él quien hablaba y los demás a su alrededor los que escuchaban aunque ahora era diferente no le molestaba en lo más mínimo.

—Takeru ¿Sigues ahí? —Noa miró extrañada al chico ella solo  hablaba y el estático ahí sin hacer o decir nada le resultaba un poco incómodo.  

—No es nada solo es interesante escucharte —dijo esbozando una sonrisa de boca cerrada—. Te regalo mi hotdog, está rico pero en este momento no tengo apetito.

—Gracias de verdad están buenos —aceptó ella sin timidez—, seguro no quieres. —Habló ella con la boca llena.

Takeru negó con un movimiento de cabeza sin abandonar su sonrisa, sin previo aviso se acercó a la pelinegra que quedó estática ante el gesto de Takeru con una servilleta limpió la comisura de sus labios a pesar de estar la servilleta de por medio Noa sintió los nudillos de él sobre su piel.

—Disculpa —dijo apenada por sus modales—, como cual cerdito.

—Pues no te preocupes, hasta con mostaza en tu rostro eres preciosa.

—Gracias —el Takeru frente a ella era tan diferente al patán que conoció, no sabía que hacer,  o decir escuchó música—. Muy bien guapo ahora que ya comimos y charlamos es hora de movernos.

Noa tomó la mano del pelinegro para llevarlo al lugar de donde venia esa música. La chica terminó de comer el hotdog para acto seguido tomar al chico.

—Yo, yo no sé bailar espera...

—Pues aprendes darling —dijo la animada pelinegra arrastrando a Takeru al medio de la pista—, solo relájate, tus músculos están tensos, en la danza no debes ser rígido al contrario debes ser flexible.

Al compas de la música de salsa, Noa guiaba al inexperto Takeru, con el  pasar de los minutos el japonés tenía movimientos un poco más fluidos gracias a Noa.

Era  un poco más que una cabeza más baja que él,  tenía su mirada puesta en él alzando su rostro.

—Tenia mucho sin ver estás clases de baile en central park, solía venir antes era súper desestresante y...

—Noa —habló interrumpiendo a la chica—, el jueves en la noche Nova cumplirá diez años de salir al mercado americano y haremos una fiesta para celebrar el aniversario, me gustaría que fueras.

—¿Lo dices en serio? —cuestionó   soltandose de Takeru.




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