La Doble Vida De Noa

Unión.

Salió por un poco de aire su matrimonio en lugar de ser un gran día se convirtió en un evento más para la prensa; le había dicho a su ahora esposo que no quería medios pero incluso Kody estuvo de acuerdo en hacer público su unión con Takeru.

—Noa ¿Qué estás haciendo?, deberías estar en el salón recibiendo a los invitados, Takeru esta solo tú deberías estar a su lado...

—Ya lo sé, maldita sea ya lo sé —espetó la morena ofuscada—, lo siento Kody pero de verdad no estoy bien. No sé cómo tú y Cameron se casaron con tan solo ocho meses de relación ¿Quién hace hoy día? —cuestionaba Noa arqueando una ceja.

—Escucha se que esto no era lo que querías Noa, pero los ejecutivos de Experia Music querían hacerlo...

—Ya lo sé no debes darme explicaciones...

—Así que aquí estabas.

Kody miró al recién llegado, luego a Noa, la pelinegra le pedía con la mirada que no la dejara sola, el representante optó por retirarse y dejar a los recién casados solos arreglar las cosas entre ellos.

—Si te hace sentir mejor yo tampoco quería algo así, pero me dejé convencer por Kody aparentemente esto era bueno para ti, pero de saber que te pondrías así no lo habría permitido...

—No es tu culpa, creo que tampoco de la disquera —suspiró agotada por no tener una respuesta a su inconformidad—; sabes que mejor olvídalo sí, ni yo misma entiendo lo que está pasando conmigo.

—Yo creo que lo que te molesta es que Alexander Von Parker este aquí. —Dijo Takeru sin tapujos.

Se dió la vuelta parpadeando repetidas ocasiones, no esa no era la razón ¿O acaso si lo era? Ya no sabía que pensar solo sabía que no quería esa fastuosa e innecesaria recepción de bodas.

—Tu silencio me acaba de responder...

—Mi silencio se debe a que no se que responder Takeru, me parece infantil tu reacción para empezar lo que dices no tiene sentido yo no siento nada por él, ademas me da igual que este aquí, es tu socio así que tiene lógica sea un invitado.

—¿A quién quieres engañar Noa? —no quería verlo pero era obvio las acciones de Noa eran reacciones de una mujer herida—, no hay otro motivo para que te pusieras así, se supone que este día sería para ambos celebrar nuestro matrimonio no estar así.

—Sabes algo Takeru yo no estoy para esto, no voy a insistir en convencerte de lo contrario —tomó el ramo de flores que descansaba en la mesa de cristal, salió de la habitación dejando solo al japonés —, no tardes ya casi es hora de irnos, recuerda solo tenemos tres días de luna de miel.

—Si —respondió el japonés desviando la mirada, Takeru se quedó solo, no podía evitar preguntarse si esto era lo correcto.

———

La veía caminar hacia él lentamente ataviada en un hermoso vestido blanco Marfil, tenía escote de corazón y hombros caídos haciéndole ver delicada, su cabello ondulado se movía precioso con su andar.

La expresión de la pelinegra cambio en cuanto su vista se posó en los invitados, de inmediato movió la cabeza encontrándose con su futuro esposo, Noa sonrió mostrando unos hoyuelos en sus mejillas pero ya era tarde él había visto la reacción de la mujer que en unos momentos se convertiría en su esposa.

—Te ves hermosa. —Halagó en cuanto la muchacha llegó junto a él.

—Tú también lo estás —respondió ella—, ya estamos aquí.

—Si ya estamos aquí —secundaba Takeru tratando de verse natural, sabía que ella le quería y también se esforzaba. Pensó por un momento en cancelar todo y detener  este circo dónde el era el bufón principal aún así no era capaz, tenía la pequeña esperanza de que Noa y él tendrían un futuro juntos amaba a esa mujer—. Te amo.

De sus labios salió un "yo también". Él sabía que solo lo hacía para no hacerle sentir mal, no era capaz de responder de igual forma, la pelinegra se delataba desviando su mirada chocolate evitando verle al rostro para corresponder esas dos palabras que si bien eran pequeñas tenían mucho peso.

———

Sacó esos pensamientos negativos que tenía turbando  su mente no era un hombre inseguro y nunca lo fue y no comenzaría a serlo a estas alturas de la vida.

•••

Tomó una copa de champagne de uno de los meseros que estaba ofreciendo copas a los invitados, un par de ojos azules tan profundos como el mar la miraban con atención, la morena dió un par  de pasos acercándose al rubio de sobrio traje negro y cabello dorado peinado hacía atrás.

—Felicidades señora Shinomoto. —Saludaba Alexander con ironía.

—Gracias señor Von Parker —respondió ella en el mismo tono de voz y una sonrisa fue el detalle final a su respuesta.

—Veo que lograste tus objetivos Noa, no imaginé que Shinomoto era uno de tus posibles candidatos, eres rápida y astuta siempre tienes un plan b para todo.

—Respetame Alexander —espetó la morena molesta, sus manos hervían en ira creciente—, no permitiré que sigas humillandome y menos en este momento; te digo lo mismo que te dije aquel día yo solo te oculte que era Azul nada más.

—Noa ya nada de lo que me digas me importa, no me importó en aquel momento y mucho menos ahora, no te molestes en intentarlo. Tú dices una cosa pero yo veo otra muy diferente —rió con sarcasmo recordando las mentiras de la pelinegra,  aquellos momentos le llenaba  la furia   con él mismo aumentaba—. ¿Crees que creeré la historia de la bailarina nocturna decente? No me hagas reir conozco a las mujeres cómo tú son unas...

La frase fue cortada con una sonora bofetada que propinó Noa, a Alexander el rubio posó su mano en su enrojecida mejilla fulminaba a la mujer frente a él con la mirada inyectada en enojo.

—No se te ocurra decirlo Von Parker ya estoy cansada de todo, ya no soy esa mujer que conociste —rió sin ganas—, aunque Ahora que lo recuerdo nunca me conociste, solo me humillaste y señalaste en cuanto tu ego de hombre fue burlado por una bailarina nocturna.

Se dió media vuelta encontrándose con Takeru y Cameron, la morena avanzó ignorando a los testigos de su discusión con Alexander, Cameron se disculpó con Takeru yendo  tras su amiga.




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