La dolorosa vida de Ángel.
CAPÍTULO 23
Llegamos al sector 3.
Crismei está dentro de mí camisa en su forma como hada.
—Bien son las 10:43, aún tenemos mucho tiempo.
—Oye, mira, es el anciano que estaba con Merteo, supongo que es uno de los jefes.
Crismei señala con su dedo índice a un anciano comiendo un pan sentado en medio de la calle.
—¿Segura? Se ve... Indefenso... No tengo ningún mal presentimiento... Pero por si las dudas, conviértete en espada.
—¡Sí!
Crismei sale de mi camisa, se convierte en espada y la tomo con mi mano derecha.
—Bien... Aquí vamos.
Me acerco al anciano.
—No se ve que quiera pelear... Qué raro.
Me paro frente al anciano.
—¿Es un jefe?
Levanta la mirada y me sonríe.
—Sí, lo soy, pero no quiero pelear.
—¿No quiere pelear?
—Espero que ganes tu pelea, el destino del mundo está en tus manos.
Pongo una expresión de confusión, ¿a qué se refiere con eso?
—¿Qué dices?
Saca una navaja de su bolsillo.
—Suerte, guerrero... La necesitarás. ¡Sacrificio Dex!
Se encaja la navaja en su cuello y me alejo de él asustado.
—¡¿Eh?!
Su cuerpo empieza a brillar y se vuelve polvo que se lleva el viento.
—¡¿Se suicidó?!
Crismei vuelve a su forma humana.
—Él se suicidó, Ángel.
—¿Por qué lo hizo?... ¿El destino del mundo está en mis manos? ¿A qué se refiere?
—No lo sé, todo esto es muy raro.
—Primero Nerma que no aprovechó la oportunidad para matarme, y ahora el anciano se suicida sin dar pelea... Esto es demasiado raro... Vámonos, supongo que solo quedan dos jefes, Merteo y Andrea.
—Vamos.
-Treinta minutos después-
Estamos frente el casino Veninfe. Crismei está en su forma humana a mi lado.
—Casino Veninfe... Supongo que aquí deben de estar... Creo que es un poco obvio.
—Sí... Entremos.
—Vuelve a tu forma como espada.
—Sí.
Crismei se convierte en espada y la tomo con mi mano derecha.
—Vamos.
Abro la puerta y una chica con un sombrero negro y usando un vestido negro nos da la bienvenida muy alegremente.
—¡Bienvenido! ¡¿Vienes por Merteo y Andrea?!
La veo confundido.
—Supongo que sí.
—¡Sígueme, es por aquí!
La chica empieza a caminar y la sigo.
Veo a mi alrededor, hay ruletas, juegos de cartas, bingo, entre otros juegos de azar.
—Este mundo no es muy diferente a mi mundo... Aquí también una semana son siete días, un mes son cuatro semanas, y un año son doce meses. Las horas también son iguales, y ahora veo que también hay casinos iguales que los que hay en mi mundo, obviamente sin las máquinas... Es demasiado parecido... Están muy avanzados... ¿Por qué no habrá electricidad?
La chica abre una gran puerta.
—¡Suerte!
Veo un gran salón... Es como un teatro. Hay filas de sillas donde están sentadas decenas de personas con trajes elegantes. También hay un enorme escenario.
En el escenario está Merteo y Andrea.
—¡Nuestro invitado especial llegó!- Dice Merteo.
Todos voltean a verme y me dirijo a ellos.
—¿Qué tiene planeado?
—¡Las apuestas se han cerrado!- Dice Andrea.
—¡Traigan a la chica!- Dice Merteo.
Dos hombres suben al escenario y jalan con unas cadenas a Cristal, que tiene las cadenas en su cuello y brazos.
—A-Ángel.- Dice Cristal asustada.
—Cristal... ¡Déjala!- Digo enojado.
Me dirijo a ellos corriendo.
—¡Las piernas!
—¡Sí!- Dice Crismei.
Salto al escenario y me paro frente a ellos.
—¡La acción comenzará!- Dicen Merteo y Andrea.
Los hombres bajan del escenario y extienden sus manos apuntando al escenario. Aparece un campo de fuerza azúl transparente alrededor de nosotros.
—¡Las reglas son simples, el que sobreviva, ganará!- Dice Merteo.
Me acerco a Cristal.
—¿Estás bien?
—S-sí... No me hicieron nada.
—Me alegro.
Corto las cadenas de sus brazos con mi espada.
—Espera, deja te quito las del cuello... ¿Cómo lo haré sin lastimarte?
—¡Ángel, toma!- Dice Merteo.
Volteo a ver a Merteo y veo que me lanzó una llave y la atrapo.
—Es la llave de las cadenas.
—¿Gracias?
Libero a Cristal de las cadenas.
—Bien, aléjate un poco, esto se pondrá intenso.
Me dirijo a ellos.
—¿Comenzamos?
—¡Claro!- Dice Andrea.
—¡¿Qué te parece una pelea sin magia?! ¡Solamente armas!- Dice Merteo.
—¡Por mí está bien!- Digo con una mirada seria.
Los dos gritan al mismo tiempo "¡¡Espada sepo dex!!"
Espadas blancas aparecen en sus manos derechas.
—¡Vamos!- Dicen los dos emocionados.
Me dirijo a ellos y los dos me intentan atacar al mismo tiempo. Me protejo con mi espada, haciendo que nuestras espadas choquen.
—¡¡Esto será divertido!!- Gritan emocionados.
Editado: 12.09.2020